Al contrario de lo que parecía que iba a suceder en medio de la crisis pandémica, La cesta de la compra está más llena en un supermercado de calle ahora que antes de la irrupción de la covid. En 2019, alrededor del 70% de la población compró en un establecimiento físico, un 3,5% optó exclusivamente por la compra online y un 27% combinó ambos formatos. Cinco años después, tras varios altibajos claramente influidos por el contexto sanitario, este panorama se ha polarizado. Con datos recopilados en 2023, Casi el 73% de la población compra en un establecimiento físico y el 4,8% opta exclusivamente por la compra online, pero sólo el 22% combina ambos formatos. Y uno de los elementos clave de esta fuga parece haber sido la inflación.
Esto lo muestra el Observatorio del Comercio Electrónico en Alimentos eso hace que Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) en colaboración con dos profesores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Autónoma de Madrid, María Puelles y Gonzalo Morena. El informe –resume la asociación– “confirma la tendencia ya observada el año pasado de vuelta a la tienda física como forma de controlar el gasto”, así como una fórmula, también, para dar valor a las compras locales.
Para empezar, esta encuesta a unas 2.600 personas nos permite descubrir que El nivel educativo y económico son factores que inclinan la balanza hacia un tipo de compra u otro (“El nivel más alto de ingresos se inclina hacia el canal ‘online’”, precisan los autores del estudio). Pero independientemente de eso, los comportamientos parecen generalizados. Casi seis de cada diez de los ‘súper’ seguidores digitales que han abandonado este tipo de compras lo han hecho por el precio, porque creen que en la tienda física pueden comparar mejor. Son la mitad, en el caso de quienes se mueven indistintamente entre un canal y otro.
La segunda razón más citada es la percepción de que comprar ‘online’ acaba siendo menos cómodo que acudir a la tienda física. Así lo indican el 37% de los compradores que optan por comprar en un establecimiento tradicional, el 28% del público que combina ambos formatos y el 14% de los consumidores que utilizan un carrito virtual.
Estrategias de ahorro
“Además de la comodidad, El abandono de las compras online es fruto de la búsqueda de ahorro“La primera es una línea que se mantiene en el tiempo, la segunda es la continuación de una tendencia ya observada en 2023 y motivada por la crisis inflacionaria”, contextualiza el informe, que presta buena atención, en general, a la serie de Comportamientos que se modifican con el fin de reducir el coste final de la cesta de la compra..
Los cambios más notables son El 30% de las personas dice haber reducido la cantidad de pescado y marisco que compra, Un 31% que ha empezado a comprar productos de droguería y limpieza ‘marca blanca’ (el 27% ha hecho lo propio con la comida envasada y el 25% con el aseo y artículos de cuidado personal), o Un 30% que afirma acudir a tiendas más baratas para comprar frutas y verduras. En el otro lado de la balanza, sorprende cuántos consumidores (66%) afirman no haber cambiado en absoluto su comportamiento a la hora de comprar comida para sus mascotas.
A pesar de toda esta serie de estrategias, Cuatro de cada diez consumidores dudan de si realmente han conseguido ahorrarfrente a un 39% que tiene claro que lo ha hecho y un 19% que está convencido de que no ha servido de nada.
