Acaba de salir el sol y dos jilgueros sacan el pecho para cantar. Junto a ellos, un grupo de afganos sentados en círculo escuchan atentamente cuál de los pájaros canta más tiempo.
Cada viernes, si el tiempo lo permite, cientos de hombres se reúnen en una cancha de baloncesto en desuso al oeste de Kabul, la capital afgana, para asistir Concursos de canto de pájaros.
Jamaluddin, de 50 años, dice sentir mucha “emoción” y “tranquilidad” al participar en esta antigua tradición afgana. “La vida es corta, hay que aprovecharla al máximo”, dice a la AFP, en un país donde Las actividades de ocio son cada vez más escasas bajo el régimen talibánque impone a la población su visión ultrarigorista del Islam.
Un grupo de hombres observa un duelo de cantos de pájaros en KabulAFP
El las apuestas estan prohibidas, porque el Islam prohíbe los juegos de azar y los talibanes recurren al castigo corporal contra los “pecadores”. Pero los concursos de canto de pájaros persisten y siguen siendo muy populares.
“Vengo a divertirme y relajarme”, explica. Ahmad Wahid Dostyarun funcionario de 42 años.
Una vez que todo está listo, los dueños de los pájaros abren las jaulas y dos jueces sostienen los pájaros en alto ante los espectadores, escenificando el duelo que se avecina.
Aves, siempre hombres, al igual que los espectadores, baten sus alas y comienzan a cantar. La regla es simple: el primero en detenerse pierde.
“Un campeón”
Los afganos siempre han tenido una amor particular por los pájaros y todas las actividades relacionadas con estos animales. Para las peleas prefieren codornices o gallinas. Tampoco es raro ver pavos reales o patos merodeando por los cafés de Kabul. También son muy populares los mercados de aves, donde se pueden encontrar aves de todas las especies, tamaños y colores.
Él precio de un jilguero, una especie originaria de Europa y Asia Central, depende de la calidad de su canto. El más barato puede costar 500 afganis (unos siete dólares). En caso de ganar un concurso de canto, el precio del pájaro se dispara.
Participantes de un concurso de canto de pájaros en Kabul muestran las jaulas en las que albergan a sus ‘competidores’AFP
Un pájaro que cantó en Kabul el año pasado durante 4 minutos y 44 segundos vendidos por mil dólaresen un país donde el 85% de la población vive con menos de un dólar al día.
Saeed Nassim Hashimi no dudó en pagar 270 dólares por su jilguero, que recientemente ganó un concurso. “Mi pajarito es un campeón”, dice orgulloso el joven de 30 años. “Cuando algo se convierte en una pasión, no tiene precio”, añade.
entre algodon
Estas aves reciben una cuidado especial. Se les alimenta con cereales especiales, se les lleva a pasear por jardines o bosques para estimular su canto y se les impide aparearse.
En la cancha de baloncesto donde se realiza el concurso se guardan las aves en la oscuridadesperando llegar su turno, en pequeñas jaulas cubiertas con mantas.
Durante la semana, Waris Hajizada vende cortinas. Pero los viernes, este afgano de 27 años se convierte en árbitro de estos concursos. Se necesita buen oído, “pero también hay que conocer y comprender a los pájaros”, explica. “El trabajo duro, las molestias, los cuidados… hacemos todo eso porque nos gusta escuchar a los pájaros cantar una y otra vez”, añade.
