Los impuestos representan más de la mitad del precio minorista de la ropa

Los impuestos representan más de la mitad del precio minorista de la ropa
Los impuestos representan más de la mitad del precio minorista de la ropa

Prendas similares pueden valer hasta 13 veces más según el canal de comercialización (Gustavo Gavotti)

El La industria textil y de confección atraviesa una situación compleja en medio del aumento de los costos de producción y de impuestos y la apertura de las importaciones.

Al mismo tiempo, la caída del poder adquisitivo de la población dificulta cada vez más el acceso de los consumidores a la ropa, a pesar de que el rubro aumentó por debajo de la inflación.

Según datos de la Fundación ProTejer para Infobae, en Argentina hay una enorme variedad de precios: prendas similares pueden valer hasta 13 veces más según el canal de comercialización. Los costes de alquiler, logística, intermediarios, publicidad y marketing y gastos fiscales, explican, marcan la diferencia.

“Si analizamos el precio de la ropa que se vende en un centro comercial, a pesar de la idea generalizada de que los empresarios industriales tienen la culpa del precio de la ropa, la industria textil y de la confección, incluida su rentabilidad, sólo representa el 8,5% del precio final. ”, aseguraron desde ProTejer.

El coste de la industria textil y de la confección, incluida su rentabilidad, sólo representa el 8,5% del precio final al público (ProTejer)

Mientras, los costes y rentabilidad de las marcas que desarrollan los diseños, marketing y publicidad, y costes de logística y marketing, representan el 24,8% del precio facturado.

Fuera de la cadena de valor, existen otros costes que componen el precio de la ropa y que representan un porcentaje superior al que remunera toda la actividad industrial.

Composición del precio de la ropa (ProTejer)

Financiar una tarjeta de crédito representa un costo que, según ProTejer, alcanza el 12,2% del precio de venta de la prenda, mientras que el alquiler del local donde se vende el producto representa otro 12,7%. A esto se suman los principales impuestos nacionales, provinciales y municipales que representan el 50,3% del precio de venta.

Es decir, el 75,2% del precio que paga el consumidor final por una camiseta, por ejemplo, en un centro comercial, se destina a pagar impuestos, servicios financieros y alquileres.

El 75,2% del precio que paga el consumidor final por una camiseta en un centro comercial se utiliza para pagar impuestos, servicios financieros y alquiler (ProTejer)

Particularmente en el caso de los impuestos, el gobierno de Javier Milei No los redujo y flexibilizó las importaciones para promover la competencia, generando preocupación en la industria.

En este sentido, se eliminó el requisito de que muchos productos textiles, calzados y con medidas antidumping deben ingresar al país por el canal rojo de la Aduana. Esto significa que ya no será necesaria la verificación física además de la verificación documental.

Por otro lado, el precio de la ropa en Argentina es elevado si se lo compara con el poder adquisitivo, que se ha visto fuertemente afectado en los últimos meses por aumentos de tarifas, transporte y alimentos, con salarios y pensiones que comenzaron el año perdiendo frente a la inflación.

De hecho, con datos a febrero, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) registró una caída trimestral del 24%, siendo la mayor desde que se creó el índice, según estimaciones de Salvador Vitelli.

El precio de la ropa en Argentina es alto si se compara con el poder adquisitivo, que se ha visto fuertemente afectado en los últimos meses (Bloomberg)

En cuanto a la inflación, Ropa no fue el rubro que más aumentó en marzo, incluso estuvo ligeramente por debajo del nivel general: los aumentos fueron del 10,9% y 11%, respectivamente.

“El vestido no sólo registra los menores aumentos en los últimos meses, sino que, considerando un período de tiempo más largo, 7 de los 12 rubros del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fueron los que más aumentaron: alimentos y bebidas, equipamiento y mantenimiento del hogar, salud, transporte. , recreación y cultura, restaurantes y hoteles y bienes y servicios diversos. Muchas de estas categorías incluyen incluso, además de bienes, servicios con precios regulados (o subsidiados) que hacen bajar el promedio”, afirmó ProTejer.

Según estimaciones de la entidad, la inflación fue de 4.726% entre diciembre de 2016 y febrero de 2024, mientras que los precios de la ropa aumentaron un 4.436% (290 puntos porcentuales por debajo del nivel general). “Esta realidad muchas veces se invisibiliza”, afirmaron.

La inflación fue del 4.726% entre diciembre de 2016 y febrero de 2024, mientras que los precios de la ropa aumentaron un 4.436% (ProTejer)

En la misma línea, en la Ciudad de Buenos Aires, según el Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre diciembre de 2022 y marzo de 2024, el nivel general de precios acumuló un aumento de 369%, mientras que las prendas de vestir subieron 249%. Eso representó una reducción relativa del 26 por ciento.

A marzo los precios de la ropa se ubican por debajo del nivel de inflación general por 14 meses consecutivos (CIAI)

“Esto se produce por dos fenómenos combinados: la falta de insumos y la falta de capacidad productiva para abastecer el mercado interno produjeron fuertes presiones sobre los precios durante la pospandemia pero con las inversiones que se hicieron, a través de expansiones productivas, se equilibraron en 2023 e incluso después tendieron a caer incluso por debajo de la inflación debido a un período de menores ventas”, dijo. Infobae Claudio Drescherpresidente del CIAI.

Respecto a la comparación con los precios internacionales, fuentes del sector consideraron: “Muchas veces los precios de la ropa en Argentina se comparan incorrectamente con los del resto del mundo. “Se comparan marcas muy diferentes -GAP, H&M, Zara o Louis Vuitton no son lo mismo- o productos de nueva colección con temporadas anteriores”.

Los precios de la ropa en Argentina a menudo se comparan incorrectamente con los de otros países para marcas y prendas de diferentes temporadas.

“Tampoco se incluyen los costos de financiamiento en los precios internacionales ni en los impuestos al consumo (Argentina los incluye en el precio de venta online mientras que EE.UU., en general, no). Otro tema es que no se considera la distorsión que genera el costo logístico de transportar un producto miles de kilómetros, en relación al peso que tiene en otros países”, agregaron.

Además, “suelen comparar precios con el dólar oficial cuando tanto una compra en el exterior con tarjeta como una importación no se hacen a ese tipo de cambio sino que pagan otros impuestos (PAIS) que lo encarecen”, explicaron.

“Suelen comparar precios con el dólar oficial cuando tanto una compra en el exterior con tarjeta como una importación no se hacen a ese tipo de cambio sino que pagan otros impuestos (PAIS) que lo encarecen”, dijo la fuente (Reuters)

Desde Fundación ProTejer indican que si se comparan marcas nacionales e internacionales similares, los precios en Argentina son más bajos. Y ejemplificó: “Vemos sujetadores de Caro Cuore o Selú (lencería de marca premium y calidad argentina) en promedio a $35.000 y bragas con precios entre $15.000 y $20.000 con impuestos. De esta manera, el conjunto ronda los USD 45 al tipo de cambio turístico ($1.414 en venta). El clásico conjunto de ropa interior de Victoria’s Secret supera los 60 dólares”.

Ahora bien, comparando la misma marca internacional en Argentina y en otros países, los precios son similares y en ocasiones incluso más caros. Por ejemplo, una sudadera clásica Adidas tiene un precio de USD 60 ($83.000), mientras que en el portal online estadounidense tiene un valor de USD 79. De igual manera, un jean Levis 501 vendido en el portal web italiano cuesta USD 140. En Argentina tiene un valor de USD 120 ($168.000), detallaron en la entidad.

Actualmente, “desde la devaluación de diciembre, varias industrias muy importantes del consumo interno han quedado paralizadas, con una caída de ventas absolutamente abrupta y sin precedentes, porque ha habido procesos recesivos importantes pero no con la velocidad y contundencia que se dio en esta oportunidad. En el sector de la confección y la confección hay una gran preocupación ya que vemos una caída que ronda el 35-40%”, dijo Drescher.

En el sector de la confección y confección hay gran preocupación ya que vemos una caída que ronda el 35-40% (Drescher)

Y agregó: “Nos preocupan las suspensiones y despidos que comenzaron en el sector, y que muchas Pymes están en condiciones de haber invertido su capital de trabajo en el desarrollo de prendas para la temporada de invierno, dejándoles remanentes que no ser vendido. “Esto va a afectar su estabilidad financiera”.

En este contexto, ProTejer mencionó, entre otros, algunos ejes de políticas públicas en los que es necesario avanzar para atravesar la situación y potenciar la producción y el empleo en la cadena de valor:

  • Ampliación del número de cuotas disponibles para el pago de impuestos para las Pymes;
  • Suspensión de los regímenes de IVA y de Retención y Cobro de Utilidades;
  • Moratoria de impuestos y pensiones;
  • Programa de sostenimiento de la producción para empresas y trabajadores (Repro);
  • Financiamiento con apoyo estatal accesible y favorable al capital de trabajo;
  • Programa de fomento de exportaciones con valor agregado industrial, diseño y marca argentina, que incluye misiones en el exterior, financiamiento, marca país y subsidios o reembolsos por sobrecostos argentinos. Aumento de las restituciones a las exportaciones industriales;
  • Programa de financiamiento al consumo de productos textiles nacionales (hoy Cuota Simple);
  • Restitución del Sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF) o mecanismo similar para regular a nuevos importadores;
  • Reforzamiento de los controles aduaneros para evitar maniobras evasivas y contrabando;
  • Incremento del Impuesto PAIS para las importaciones de bienes textiles finales. Progresividad basada en el valor agregado;
  • Liberación rápida del sistema de pagos por importación de insumos sin fabricación nacional o eliminación de incompatibilidad del CCL y el Mercado Único y Libre de Cambios;
  • Programa de Renovación para reducir aportes patronales para reducir la informalidad en la confección;
  • Plan de fomento de inversiones productivas (financiamiento y beneficios fiscales).
 
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