El precio y la autonomía de los coches eléctricos son dos factores fundamentales que influyen en las decisiones de compra de los consumidores. Si bien los vehículos eléctricos ofrecen numerosas ventajas en términos de sostenibilidad y eficiencia energética, el coste inicial y la posibilidad de recorrer distancias considerablemente largas sin necesidad de recargar son aspectos críticos a considerar.
En cuanto a la autonomía, la mayoría de ejemplares con etiqueta cero de la DGT ofrecen autonomías que oscilan entre los 200 y los 300 kilómetros con una sola carga. Algunos modelos más avanzados y con baterías de mayor capacidad pueden incluso alcanzar autonomías superiores a los 400 o 500 kilómetros con una sola carga. Incluso en ese caso, se trata de una autonomía insuficiente para hacer frente a un viaje entre Madrid y Barcelona de una sola vez.
El Citroën ë-C4
Citroën
A la hora de planificar viajes en coche eléctrico que requieran paradas para recargar la batería, hay dos aspectos que son fundamentales: el consumo eficiente y la posibilidad de realizar recargas rápidas en el día a día. Para analizar qué modelo de coche cero emisiones tarda menos en recorrer 1.000 kilómetros, un grupo de especialistas llevó a cabo un experimento en el circuito francés de Mortefontaine.
Un grupo de especialistas realizó un experimento con cuatro coches eléctricos para analizar cuál de ellos tarda menos en recorrer 1.000 kilómetros
En la prueba participaron cuatro modelos compactos generalistas de similares características y precios, todos equipados con baterías de más de 50 kW y una autonomía superior a los 400 kilómetros. Los coches probados fueron los siguientes: Citroën ë-C4 X, MG 4 Electric, Renault Mégane E-Tech y Volkswagen ID.3.
Los cuatro coches que participaron en la prueba y las características de sus baterías
stellantis
Para que los resultados fueran lo más consistentes posible, se estableció una pauta que los pilotos de los cuatro coches debían seguir estrictamente durante los dos días que duró la prueba en el circuito.
- Conducir a una velocidad estabilizada de 120 km/h.
- Inicio de la prueba con el vehículo al 100% de carga.
- La conducción se detiene cuando la batería alcanza el nivel de carga del 10%
- A continuación, el vehículo se recarga hasta el 80% (las recargas se alternan entre una estación de carga de 100 kW y una de 50 kW, según la capacidad del lugar).
- Esta secuencia de conducción y recarga se repite hasta alcanzar la distancia total de 1.000 kilómetros.
Cada 100 kilómetros, los conductores registraron el consumo medio. En total, tuvieron que hacer cinco paradas para recargar las baterías, alternando entre estaciones de carga de 50 kW y 100 kW, lo que explica los diferentes tiempos de carga.
El Citröen ë-C4
El resultado final situó al Citroën ë-C4 en total 11 horas y 57 minutos: 8 h 52′ de conducción y 3 h 05′ de carga. Los demás coches obtuvieron los siguientes resultados: MG 4 Electric, 13 h 04′ (9 h 05′ en conducción y 3 h 59′ en carga); Renault Mégane, 12 h 11′ (8 h 53′ en conducción y 3 h 28′ en carga); y E-Tech y Volkswagen ID.3, 12 h 24′ (8 h 58′ en conducción y 3 h 26′ cargando).
Renault Mégane E-Tech eléctrico, uno de los participantes en la prueba
Renault
El resultado de la prueba demuestra que en lugar de llevar constantemente una batería pesada y costosa, es más ventajoso tener una batería optimizada que se cargue rápidamente, como es el caso del Citroën ë-C4 y las breves que cubren paradas largas con distancias mucho más largas. se detiene. Esto se explica por la curva de carga, que disminuye a medida que aumenta el nivel de la batería.
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La prueba también reveló que la carga es más rápida al principio que al final de la recarga. Se tarda más en cargar la batería del 80% al 100% que del 0% al 80%. Por tanto, según los datos analizados por Stellantis, para un viaje largo, es más eficiente realizar varias paradas de carga cortas para beneficiarse de la mayor potencia de carga y reducir el coste de carga.
