La capacidad de la humanidad para producir melodías, escribió Charles Darwin en 1874, “debe figurar entre las más misteriosas de las que está dotado”.
Según los criterios de
Todas las sociedades humanas hacían música y, sin embargo, para Darwin, no parecía ofrecer ninguna ventaja para nuestra supervivencia. Especuló que la música evolucionó como una forma de ganarse a parejas potenciales.
Otros científicos victorianos se mostraron escépticos. William James dijo que la música era simplemente un subproducto del funcionamiento de nuestra mente, una “mera peculiaridad incidental del sistema nervioso”.
El debate continúa. Algunos expertos están desarrollando ahora nuevas explicaciones evolutivas. Otros sostienen que la música es una invención cultural, como la escritura, que no necesitó de la selección natural para existir. En los últimos años, los científicos han estudiado estas teorías con big data. Han analizado las propiedades acústicas de miles de canciones de decenas de culturas.
Ahora 75 investigadores han publicado investigaciones personales sobre música. Cantaron canciones de sus propias culturas.
El equipo de musicólogos, psicólogos, lingüistas, biólogos evolutivos y músicos profesionales grabó canciones en 55 idiomas, incluidos árabe, vasco, cherokee, maorí, ucraniano y yoruba. Los investigadores descubrieron que las canciones comparten ciertas características que no se encuentran en el habla, lo que sugiere que Darwin puede haber tenido razón: a pesar de su diversidad actual, la música puede haber evolucionado en nuestros ancestros lejanos.
Puede resultar difícil para los investigadores comprender la estructura y la letra de canciones de otras culturas. Las computadoras tampoco analizan muy bien la música. “Pensamos que deberíamos incorporar a los involucrados”, dijo Yuto Ozaki, quien obtuvo su doctorado en la Universidad de Keio en Japón al liderar el proyecto.
Todos los miembros del equipo eligieron canciones tradicionales de sus culturas para grabar. También recitaron letras de canciones sin melodía para que el equipo pudiera comparar la música y el habla. Y los investigadores tocaron sus canciones en una amplia gama de instrumentos, incluidas cítaras y melódicas.
En cada grabación, los investigadores midieron seis características, como el tono y el tempo. Todas las canciones compartían características que las diferenciaban del habla. El tono era más alto y estable, por ejemplo, y el tempo más lento.
Daniela Sammler, neurocientífica del Instituto Max Planck de Estética Empírica de Frankfurt, que no participó en el estudio, advirtió que los cantantes eran en su mayoría académicos y que las canciones elegidas podrían haber introducido sesgos. El material, dijo, “puede no ser representativo”.
Pero también señaló que otro estudio llegó a una conclusión similar. En ese estudio, los investigadores analizaron canciones de 18 idiomas e identificaron muchas de las mismas características.
Las canciones pueden tener características distintivas porque desempeñan un papel especial en la comunicación humana además del habla, dijo Aniruddh Patel, psicólogo de la Universidad Tufts en las afueras de Boston, que no participó en el estudio. Nuestros cerebros parecen ser sensibles a esas características. En 2022, dijo Patel, los investigadores descubrieron neuronas humanas que respondían solo al canto, no al habla o la música interpretada con instrumentos.
“Hay algo distintivo en las canciones de todo el mundo, como una señal acústica que quizás nuestros cerebros se han sintonizado” con el tiempo, dijo Patel.
Ozaki dijo que cantar en coros y compartir ritmos podría haber unido a la gente, ya sea como comunidad o en preparación para la batalla.
Pero Sammler no creía que el nuevo estudio descartara otras funciones de la música, como ayudar a los padres a vincularse con sus hijos. “Podría respaldar muchas teorías”, dijo.
