John Francis Bongiovi estaba decidido a ser una estrella de rock, incluso antes de descubrir que tenía el talento para serlo.
Quizás por eso, cuando era adolescente, dos profesores de canto le dijeron que no tenía titulación y lo rechazaron. “Les dije que lo tenía”, concluye ahora, cuatro décadas después, con una sonrisa ganadora plasmada en su rostro, como se puede comprobar en un fragmento del documental. ¡Gracias, buenas noches!: La historia de Bon Jovise estrenó en Star+.
Pero ese no es el tono de la obra, sino todo lo contrario. La historia se articula, por un lado, en la cronología precisa del ascenso de una de las bandas que dominaron el mundo en los glamorosos años 80; y por el otro, en la reflexión actual de un hombre de 62 años, que lucha por curar heridas en sus cuerdas vocales.
“Recuerdo correr por este escenario como un loco. Cuánta fuerza tenía entonces. El fue uno de los mejores. Ahora el campeón está cansado”, dice un honesto y frágil Jon Bon Jovi en un fragmento del primer capítulo.
Esta situación se irá profundizando a medida que pasen las horas de la docuserie, hasta el punto de estar al borde de las lágrimas.
Esa batalla por recuperar el poder de su garganta (“aceptar la diferencia entre lo que soy ahora y lo que era”) se contrasta con el brillo del comienzo, cuando tuvo el impulso de un cohete para acabar convirtiéndose en una estrella global.
Por supuesto, también tenía los compañeros de banda adecuados (especialmente su némesis y al mismo tiempo compañero ideal, Richie Sambora), las miradas y las canciones.
Pero lo que el documental también confirma son las convicciones que aún mantiene hasta el día de hoy: creció en la clase trabajadora de Nueva Jersey (donde aún vive), en una era brillante del sueño americano.
Y hasta el día de hoy deja clara su dedicación a la ética del trabajo: dice que no hace esta devolución por dinero, lo hace porque necesita hacerlo bien. “Nunca voy a ser el Elvis gordo, me jubilaré temprano”, se repite como una frase que le respira en la nuca.
El sueño de los aficionados
El documental es extenso (dura cinco horas divididas en cuatro episodios) y está lleno de un archivo fabuloso, que va desde los excesos y espumas de los 80, hasta la era de los estadios de los 90, y las actualizaciones en las distintas décadas. que la banda estaba logrando. Todo mezclado con la relectura que hoy hacen los integrantes del grupo.
Pero el documental dirigido por Gotham Chopra (producida por la argentina Giselle Parets) pone el foco en la cantante, que a sus 60 años está obsesionada con el legado.
Ahora, mientras lucha por recuperar su poder vocal, admite ante sí mismo que le falta el poder y la convicción para liderar a sus compañeros de banda, en uno de los pasajes más vibrantes de la serie.
En poco más de un mes estará publicado para siemprenuevo disco del grupo, y tocará ver si esa duda se resuelve.
Mientras tanto, los fanáticos pueden probar esta gira que ofrece la serie. El viaje vale la pena.
Para ver
¡Gracias, buenas noches!: La historia de Bon Jovi Ya estrenó sus seis episodios en Star+.