Un título universitario es cada vez más decisivo para conseguir un empleo

En España, el auténtico ascensor social, la palanca que asegura a los jóvenes de cualquier clase social un futuro laboral estable, es la finalización de una carrera universitaria o de formación profesional superior. Tener una educación superior no sólo facilita enormemente Conseguir un empleo es notable, pero cada año que pasa es un factor más determinante para poder conseguirlo. Así lo demuestra el dossier ‘Jóvenes, oportunidades y futuros’, publicado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa.

Cuando empezó el siglo, en 2001, la brecha en la tasa de empleo entre los jóvenes españoles con estudios superiores y los que tenían como máximo la ESO, la formación obligatoria, era notable, en torno a los once puntos entre los 25 y los 34 años. viejo. Entre los primeros, casi el 76% tenía empleo y entre los segundos, el 64,6% había conseguido empleo. Pero, con el paso de las próximas dos décadas, con datos de 2021, la brecha laboral entre unos estudios y otros no ha dejado de crecer. Actualmente es de 19 puntos, ocho más que en 2001. La razón es que el empleo de los jóvenes con titulaciones superiores ha aumentado tres puntos, hasta el 78%, mientras que ha aumentado el logro de empleo entre los que no superan la educación secundaria obligatoria. . cayó cinco puntos, hasta el 59%.

Entre quienes al menos tienen un título de secundaria superior (Bachillerato o FP media) el problema es algo menor, pero la tendencia es muy similar: una brecha cada vez mayor en la obtención de un empleo. Si a principios de siglo la diferencia entre las tasas de empleo de unos jóvenes y otros era de sólo tres puntos, ahora es de nueve, con un aumento de seis puntos, lo que significa que la brecha de empleo según las cualificaciones se ha reducido. triplicado en veinte años. Los titulados de educación superior están empleados en el 78% de los casos (tres puntos más que en 2001) y los titulados de educación secundaria superior lo están en el 69% (cuatro puntos menos que entonces). La educación secundaria está empezando a quedarse corta.

El problema en España, sin embargo, no reside en el porcentaje de titulados superiores, que suponen casi la mitad de los jóvenes de 24 a 34 años (49%), tres puntos por encima de la media de la UE, sino en el gran número de quienes no tienen más que la ESO o ni siquiera eso, debido al alto porcentaje de abandono escolar prematuro, que casi duplica al de otros países de nuestro entorno. El resultado es que mientras en la UE sólo el 12% de los jóvenes ha permanecido en la educación obligatoria, en España sigue siendo el 28% de los que tienen entre 25 y 34 años, casi 2,5 veces más, lo que dificulta, y cada año más, sus posibilidades de encontrar o conservar un empleo.

Duración más corta

El dossier publicado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa aporta otros dos estudios sobre la situación de la juventud española. El primero demuestra que la reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno en 2021 ha reducido sustancialmente la temporalidad de los contratos juveniles, que disminuyeron un 21% en el segundo semestre de 2023 respecto al mismo periodo de 2017.

El tercer estudio señala que los jóvenes españoles de 18 a 34 años son los más sociables con sus familiares y amigos de todo el continente, seguidos de griegos y portugueses y casi 20 puntos por encima de la media europea. El análisis también indica que los niños españoles sufren menos aislamiento social que la media europea, aunque el problema se acentúa más entre los de origen extranjero, los de peor situación socioeconómica y los desempleados.

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