Juan Carlos Baglietto vuelve a escena con El Principito. El espectáculo que se estrenó en 2003, y que marcó su debut en una comedia musical, regresa a la cartelera porteña con una actuación renovada. Bajo la dirección de Eduardo Gondell, el músico suma al proyecto a sus hijos Joaquín y Julián. El estreno será este sábado a las 16.30, en el Teatro Ópera (Corrientes 860), y durante las vacaciones de invierno habrá funciones de martes a domingo. Las entradas se pueden adquirir en https://www.ticketek.com.ar/el-principito/teatro-opera
“Fui un poco impulsor de esta idea de volver a hacer este trabajo, quizás motivado por ese maravilloso recuerdo que tengo de las casi 160 funciones que hicimos. Y en esta ocasión, hubo una gran oportunidad de compartir esto con mis hijos e involucrarme más en el hecho estético del escenario”, dice Baglietto, quien volverá a interpretar el personaje del Aviador, que no es otro que el alter ego del escritor que dio vida al clásico.
Pocas historias logran traspasar épocas, generaciones y fronteras. Y el escrito por Antoine de Saint-Exupéry Es, sin duda, uno de ellos. Los números hablan por si mismos. Publicada en 1943, la novela fue traducida a más de 250 idiomas y dialectos, y ha vendido más de 140 millones de copias en todo el mundo. El musical que se estrenó hace 21 años, protagonizado por el carismático Sebastián Francini, cosechó parte de ese éxito con más de 100.000 espectadores y múltiples premios.
La experiencia se repite, pero de forma diferente. Y Joaquín y Julián Baglietto, como su padre en ese momento, también debutan en el formato musical. Joaquín, que supo interpretar a un joven Baglietto en la serie El amor después del amor, sube al escenario en el papel del Empresario, un personaje obsesionado por calcular números y acumular activos. Y Julián, por su parte, se encarga de la dirección musical. “Este proyecto nos saca de nuestra zona de confort”, afirman ambos.
El equipo es grande. Walas, el líder de Massacre, también incursiona en el musical, con el desafío de interpretar al “Rey”. Y otro gran debut es el de Luis Rodríguez Echeverría en el papel de El Principito. El reparto se completa con la actuación de la rapera Zaina (El Vanidoso); Flor Otero (La Serpiente); Valentina Podio (La Flor); Carlos March (El Bebedor) y Roberto Catarineu (El Zorro).
– ¿Cómo es afrontar de nuevo este proyecto tantos años después?
Juan Carlos Baglietto:–Hoy soy mucho más consciente de en lo que me estoy metiendo, y en aquel momento no sé si era tan consciente. Ya había trabajado con niños, y había hecho teatro infantil, pero en ese momento pensé que no iba a aceptar la rutina de hacer lo mismo en todas las funciones. Y lejos de parecer aburrido, con el paso de las presentaciones me di cuenta de lo maravilloso que era construir sobre una base sólida. En los tiempos que corren, este material está completamente resignificado. La obra creció y se actualizó en cuanto a la actualización de los conflictos que, si bien son universales, mutan en la forma. Y los personajes también tienen otra huella.
–¿De qué manera se reflejaron estas transformaciones?
JCB:-Este escenario no es una mera repetición de lo ocurrido hace 21 años. Realmente creo que esta versión es mucho mejor que la que hicimos en aquel entonces. En esta versión, queda más expuesto el hecho de que El Principito es el “yo infantil” del aviador, y que el aviador es Antoine de Saint-Exupéry, quien escribe la obra sobre la marcha. En la versión anterior la obra se presentaba como un viaje donde el foco estaba en la curiosidad de El Principito, y en este caso el viaje es a través de las miserias del aviador.
–Eran niños cuando se lanzó esa versión. ¿Qué significa ser parte de este regreso?
Julián Baglietto:-Para mí es un desafío muy bonito. Como músico, hice muchos discos. Primero con mi banda Huevo, y luego como solista. Pero nunca he hecho música para una comedia musical y es una oportunidad increíble. Estoy muy agradecido y orgulloso. Arriesgarse en el arte es algo importante.
Joaquín Baglietto:-Es muy fuerte participar en este proyecto que vimos hace tanto tiempo. Nunca imaginamos que sería reeditado y menos que podríamos ser parte de él. Es algo soñado. Como actor, nunca imaginé estar en un musical, y además compartir escenario con mi viejo. Realmente estoy disfrutando este proceso.
–Tienes que interpretar al “Hombre de Negocios”, un personaje que dialoga directamente con la actualidad, debido a su obsesión por el Mercado.
Joaquín B.:-Sí. Es un personaje que tiene una frialdad con la que no me identifico en absoluto, y por eso me permite explorar otras facetas. Es un hombre que está involucrado en el negocio de las criptomonedas. Una especie de “lobo de Wall Street”. Es un papel muy rico en el que trabajar.
–Hay un trabajo musical muy cuidado en relación a la composición de cada personaje. ¿Cómo fue ese trabajo?
Julián B.:-Teníamos la referencia de lo que ya se había hecho, y partimos de ahí. Los problemas hoy no son los mismos que cuando se realizó este trabajo hace 20 años. Entonces me propuse actualizar eso desde el lado musical, con ritmos particulares. Cada personaje canta su propia canción, algunos se mantuvieron similares y otros fueron cambiados. Tuvimos que analizar cada papel para descubrir qué sonidos estaban relacionados con su personalidad. Entonces, por ejemplo, ahora “El Vanidoso” es reggaetonero y “El Rey” es rockero. Por eso, para ese rol se me ocurrió llamar a Walas, quien, por suerte, asumió. Por otro lado, para “La Flor” hicimos una canción pop porque la imaginábamos más empoderada. Y ahí me inspiré en la figura de Dua Lipa…
–¿Y qué música acompaña al “Business Man”?
Joaquín B.: -Esa fue la música que más se respetó respecto a la versión anterior. Es algo muy glamoroso. Jazz con estilo Broadway.
–El Principito Reivindica, en cierto modo, esa idea del niño interior que se pierde con la edad adulta.
JCB:-Sí, aunque en este caso El Principito no es un niño sino un adolescente que constantemente pone en crisis al adulto con sus ideas. También existe una especie de conflicto propio de una relación entre un padre y un hijo. Porque El Principito plantea al Aviador problemas que él, que ya ha perdido a su niño interior, no comprende.
–La obra llega a cartelera en un contexto económico delicado. ¿Qué expectativas tienes al respecto?
Julián B.: -Sabemos que es una propuesta muy ambiciosa para este momento. Pero sentimos que los eventos artísticos no tienen por qué disminuir, sino todo lo contrario, porque son cosas que dan alegría.
Joaquín B.:-En una época donde hay tanta incertidumbre, creo que es bueno sentarse en un teatro y ver algo que te desafíe y te haga pensar en algo que vaya un poco más allá de lo cotidiano.
JCB:-Hay mucha malaria, pero el que tiene un manguito que antes guardaba, ahora prefiere invertirlo en sí mismo. Y ir a ver un espectáculo o tomar una copa de vino es invertir en ti mismo. Estamos haciendo una apuesta técnica. Pero, más allá de eso, lo que importa es la historia, que es muy emotiva y para toda la familia.
