El Ministerio de Justicia anula la expulsión del Gran Maestre y reactiva la crisis de la masonería cubana

El Ministerio de Justicia anula la expulsión del Gran Maestre y reactiva la crisis de la masonería cubana
El Ministerio de Justicia anula la expulsión del Gran Maestre y reactiva la crisis de la masonería cubana

La Habana/Casi seis meses de tensión y varios intentos de cisma entre altos funcionarios no han sido suficientes para resolver la crisis de la masonería cubana. El 3 de junio, el Ministerio de Justicia intervino por segunda vez en la discusión con una medida drástica: invalidar la decisión de la Gran Logia de Cuba y del Consejo Supremo del Grado 33, los dos órganos más importantes de la fraternidad. quien había expulsado en marzo pasado al entonces Gran Maestre, Mario Alberto Urquía Carreño, responsable del robo de 19.000 dólares de su despacho.

Como se informó a 14ymedio Una fuente masónica que pidió no ser identificada, Urquía Carreño “ya se encuentra en su despacho” desde este miércoles. El ministerio, sin embargo, cae en una especie de trampa: reconoce las leyes masónicas, aunque cree que fueron infringidas, una carta que los altos funcionarios masónicos sabrán jugar a su favor.

El ministerio envió un documento al Soberano Gran Comandante José Ramón Viñas Alonso –máxima autoridad masónica, junto al actual Gran Maestre, Juan Alberto Kessel, y acusador de Urquía Carreño–, que fue divulgado este jueves por el medio digital Cubanet. El texto, firmado por la directora de Asociaciones, Miriam García, reivindica el derecho del ministerio a intervenir mediante “inspecciones” en la masonería si considera que ésta incumple lo que establece la ley cubana.

También revelan que Urquía Carreño no está imputada de ningún cargo ante la Fiscalía.

Sostiene también que la Gran Logia de Cuba y el Consejo Supremo del Grado 33 son, para efectos legales, instituciones separadas en el registro de Asociaciones, y considera que hubo “violaciones” en el trato a Urquía Carreño. El ex Gran Maestre, subrayan, puede ser protegido por la ley cubana incluso si la ley masónica lo condena.

También revelan que Urquía Carreño no está acusado de ningún cargo ante la Fiscalía y que la denuncia por robo de dinero en su despacho de la Gran Logia “fue concluida como un caso sin mérito”. De hecho, consideran grave su expulsión de la Cámara Alta, que se reunió el pasado mes de marzo, cuando cientos de masones le impidieron la entrada a la sesión al grito de “fuera, ladrón”.

El Ministerio de Justicia alega que Urquía Carreño no fue tratado legalmente por la Cámara Alta, ya que no se realizó un juicio masónico ni se escuchó adecuadamente su testimonio, afirman. El Tratado de Amistad y Reconocimiento Mutuo que regula las relaciones entre los dos altos cuerpos masónicos fue violado, en virtud de una interpretación demasiado ligera de la ley de fraternidad, afirman.

Viñas es, en todo momento, depositario de las amonestaciones del ministerio, ya que lo considera responsable del trato que los funcionarios del Consejo Supremo le dieron a Urquía Carreño –a quien el documento se refiere coloquialmente como “Mario Alberto”–. A juicio del ministerio, es la ley ordinaria la que debe definir la culpabilidad o no del ex Gran Maestre, por lo que considera inválida cualquier decisión que tomen los masones sin que la Policía acredite que Urquía Carreño robó el dinero del Gran Maestre. Presentar.

En opinión del ministerio, es la ley ordinaria la que debe definir la culpabilidad o no del ex Gran Maestre

Urquía Carreño “debe hacer respetar todos sus derechos masónicos y garantías procesales”, concluye el texto, que señala que si bien el ministerio no puede “juzgar” a un miembro de la fraternidad, sí debe garantizar el “ordenamiento jurídico” y hacer cumplir su cumplimiento. las “leyes del país”.

El pasado mes de abril, el propio Urquía Carreño publicó un documento asegurando haber recibido la aprobación del Ministerio de Justicia para seguir ejerciendo su cargo de Gran Maestre. Anunció lo que ahora confirma la Dirección de Asociaciones: la nulidad, según la legislación cubana, de las decisiones tomadas por los más altos funcionarios de la masonería cubana en los últimos meses. Entonces, el también dueño de una MIPYME La constructora alegó que se había perpetrado un “golpe de Estado” en su contra y anunció que acudiría a recuperar su oficina en el histórico edificio de la Gran Logia, en la calle Carlos III de La Habana.

Entre las medidas tomadas por el Ministerio de Justicia “para evitar mayores incumplimientos”, según Urquía Carreño, se encuentran el bloqueo de cuentas bancarias, la prohibición de realizar actividades y expedir documentos oficiales y la suspensión de la Gran Logia –pero no de las logias. personas físicas del país – del registro de Asociaciones.

Hasta que el Ministerio de Justicia dé el visto bueno, afirmó Urquía Carreño, lo mejor es “no seguir tomando decisiones” y advirtió que, si se contradijera su autoridad, habría “medidas más drásticas y perjudiciales” porque -como publicó el documento demostrado este jueves – para el oficialismo, el Gran Maestre sigue siendo él.

Estos meses de “descrédito en todo el ámbito profano y masónico” -la frase es del propio Urquía Carreño- comenzaron en enero pasado, cuando la Gran Logia denunció en la comisaría de Zanja, en Centro Habana, la pérdida de 19.000 dólares que le fueron sustraídos a Urquía. Carreño está a salvo. A raíz del suceso, 18 grandes maestros de toda la isla exigieron la “renuncia inmediata” del alto cargo, a lo que el acusado se negó.

“Este Gran Maestro no puede permitir que un grupo de miembros del Consejo Supremo tome el control de la Gran Logia y nunca lo hará, aunque caigan sobre mis hombros todos los insultos y tergiversaciones que se han generado y que aún se traman a mis espaldas. persona… “Este Gran Maestro nunca se doblegará”, dijo en una de sus declaraciones.

Viñas, asegura, “no les escucha”, por lo que el régimen se ha visto obligado a intervenir en una acción “sin precedentes”, al menos públicamente

Como se dijo a 14ymedio Su origen en la Gran Logia, la “intromisión” que las instituciones estatales han cometido contra la fraternidad en la Isla es algo “sin precedentes”. “Desde que llegó al poder, Fidel Castro puso sus ojos en los masones y desde entonces el Gobierno y la Seguridad del Estado han metido la mano en la gestión interna de las logias”, a través de “asesoramiento” a sus altos cargos. .

Viñas, asegura, “no les escucha”, por lo que el régimen se ha visto obligado a intervenir en una acción “sin precedentes”, al menos pública. Sucedió una vez, pero discretamente, cuando la directora de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, Caridad Diego, vetó expresamente a un candidato al Consejo Supremo: el académico y preso político Gustavo Pardo.

Tras los últimos acontecimientos, la masonería cubana no sólo corre el riesgo de una mayor infiltración y vigilancia por parte de la Seguridad del Estado –que, según varios masones, es la mano detrás de la crisis–, sino que también arriesga su propia supervivencia frente a un Gobierno al que nunca ha visto con buenos ojos. sobre su existencia.

 
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