Frente al mar hacia el Caribe, pero detrás de la Sierra Nevada de Santa Marta – .

Frente al mar hacia el Caribe, pero detrás de la Sierra Nevada de Santa Marta – .
Frente al mar hacia el Caribe, pero detrás de la Sierra Nevada de Santa Marta – .

Por: Rito Pineda Bonett

En esta ocasión quiero hacer una simple alusión a la importancia de las ventajas y desventajas de los territorios a la hora de buscar un verdadero desarrollo territorial. Las desventajas, de alguna manera, nos permiten encontrar debilidades para mejorarlas, superarlas y/o reacondicionarlas. Mientras que las ventajas deben ser los puntos diferenciales del territorio respecto de otros territorios con condiciones similares, de tal manera que se conviertan en el punto generador de transformación y desarrollo socioeconómico.

El desarrollo territorial, objetivo y estable, reconoce e interactúa con las condiciones económicas, sociales, culturales, políticas, administrativas, pero también y no menos importantes, con las ambientales.

Santa Marta fue fundada, según registros históricos en 1492, por el entonces notario español Rodrigo de Bastidas; posteriormente declarado Patrimonio Cultural e Histórico mediante Acto Legislativo del 3 de diciembre de 29 de 1989; Luego, el reconocimiento con el título de “La Perla del Caribe”. Estos hechos de gran relevancia han marcado a Santa Marta en medio de su entorno territorial, sin embargo, ha quedado en una simple percepción social, no se observa la gran capacidad que tiene el territorio para un verdadero desarrollo territorial.

A través de la Ley 2058 de 2020, el Congreso de la República de Colombia, asoció a la Nación a la celebración del Quinto Centenario de la Fundación de la ciudad de Santa Marta, dado que Santa Marta se acerca a sus 500 años de existencia. En estos quinientos años siempre ha existido una visión del Mar Caribe como modelo, casi exclusivo, de desarrollo de la ciudad, ignorando otros aspectos y ventajas, a mi juicio, de igual o mayor importancia para el desarrollo socioeconómico. de Santa Marta, II me refiero a la Siena Nevada de Santa Marta.

La Sierra Nevada de Santa Marta es quizás la cadena montañosa más cercana al mar, con mayor potencial de desarrollo económico. Cuenta con cinco (5) pisos térmicos permitiendo la producción de una gran cantidad de alimentos, principal zona geográfica del Caribe en disponibilidad de agua potable, las condiciones de fertilidad orgánica de sus tierras lo convierten en el espacio geográfico deseado por muchos, pero tomar ventaja de. por pocos.

Santa Marta ha elevado su desarrollo socioeconómico basado en el turismo, su expansión urbana, su crecimiento poblacional y su atractivo para los no nativos, llevando a nuestra ciudad a ser un referente del turismo nacional e internacional. Sin embargo, este gran interés turístico ha dependido de alguna manera, sí de sus playas, pero en mayor medida de Sierra Nevada y su entorno.

La competitividad de una ciudad, decía al principio de este artículo, depende de sus ventajas. Santa Marta, sus dirigentes y administradores no han identificado que el valor agregado del desarrollo socioeconómico es la Sierra Nevada de Santa Marta. Las comparaciones no son buenas, pero miren, por ejemplo, a Barranquilla, ciudad que según datos históricos fue fundada aproximadamente en 1813, es decir, con casi 288 años de diferencia entre la existencia de la “Perla del Caribe” y la actual Barranquilla. “La Puerta de Oro” es identificada como la ciudad de mayor crecimiento económico del Caribe colombiano.

Barranquilla, a pesar de no contar territorialmente desde sus inicios con playas propias con las mismas condiciones que Santa Marta, pretende ser una ciudad turística al mismo nivel o superior a Santa Marta. ¿Cuál será entonces la gran diferencia entre Santa Marta como territorio respecto a Barranquilla y otras ciudades del mundo en términos de turismo? Sí, la condición diferencial en materia turística es la Sierra Nevada de Santa Marta. Si no convergen el turismo y la exploración económica (ecoturismo y producción agrícola) del macizo montañoso, Santa Marta sólo será conocida como la “Perla del Caribe” con fines turísticos.

Es por ello que el desarrollo socioeconómico de una ciudad como la nuestra no debería depender en la mayor medida del turismo como vocación económica exclusiva. El turismo es parte de la economía terciaria y, con la experiencia que nos dejó el Covid, este tipo de economías son fluctuantes, es decir, cambian exponencialmente porque de alguna manera dependen de economías primarias como la agricultura. Las economías primarias son más estables dado el nivel de importancia para la existencia de la sociedad y del propio ser humano.

La trompa Caribe, por ejemplo, ha tenido una recuperación económica de sus pueblos y aldeas gracias al ecoturismo luego de la crisis de 2005 a 2012: pérdida de tierras y valor de propiedades, migración a Santa Marta entre otros factores, pero al ser el turismo una economía fluctuante, los niveles de desempeño económico y la economía local disminuyen, generando nuevas crisis económicas regionales, no sólo para la Tronco Caribe sino para el Distrito de Santa Marta, por lo que es necesario impulsar economías primarias que estén a nuestro alcance, ahí está la tierra: la Sierra Nevada de Santa Marta, un diamante agrícola en bruto.

Imagínate, teniendo un millón de pesos, tienes dos opciones: a. Salir un fin de semana en familia a tomar el sol en la playa, tomar unas copas, etc. y b. Garantiza el suministro de alimentos de tu familia. ¿Por qué creer que sería la opción gastar estos recursos?

Sí, efectivamente, garantizar la subsistencia de usted y su familia. De ahí, la importancia de las economías primarias para el verdadero desarrollo socioeconómico de los territorios. Santa Marta tiene ese potencial, su Sierra Nevada. No es descuidar y desconocer el turismo, es mirar la Sierra como un tesoro escondido en el tiempo o subyugado por una hora de sol en la playa. Más vale pan en mano que una hora de sol. Si no, ¿cómo se explica el nivel de adquisición de tierras por parte de extranjeros en nuestra Sierra Nevada, fenómeno que está invadiendo el territorio rural de nuestra ciudad?

Todavía estamos a tiempo de: poner en valor Sierra Nevada con toda su riqueza, convertirla en un punto de crecimiento económico para nuestra ciudad, fuente de producción agrícola y de economía local sin convertirla en un precipicio medioambiental, porque prima el desarrollo socioeconómico bajo responsabilidad ambiental.

Miremos la Sierra Nevada de Santa Marta en la mañana del Día y el sol en su atardecer cubiertos por el Mar Caribe para disfrutar del verdadero desarrollo territorial.

 
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