Antioquia en recesión

Antioquia en recesión
Antioquia en recesión

Se entiende por recesión una caída significativa y prolongada de la actividad económica, visible en los ingresos, el empleo, la producción industrial y el nivel de actividad comercial. Aunque con algunos detractores, se suele definir que una economía está en recesión cuando su Producto Interior Bruto (PIB) disminuye, año tras año, durante dos trimestres consecutivos.

Esto es exactamente lo que acaba de suceder con la economía del departamento de Antioquia.

Según el Indicador Trimestral de Actividad Económica Departamental (ITAED) publicado el 30 de mayo por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de crecimiento de la economía antioqueña para el cuarto trimestre de 2023 fue negativa, -0,4 %. Este resultado, sumado a la caída de 1,6% observada durante el tercer trimestre del año anterior, indicaría que Antioquia ha entrado en recesión.

Un resultado que empeora si se compara con el resto del país: si bien la desaceleración de la economía colombiana se ha hecho evidente con los últimos datos del DANE, el desempeño de las economías de Cundinamarca, Valle del Cauca, Atlántico, Bogotá y Santander registró cifras, aunque cercano a cero, en terreno positivo durante el último trimestre de 2023. Según las mismas cifras, Antioquia apenas logró un crecimiento del 0,2% en 2023, pero al desglosarlo por segmentos surgen importantes preocupaciones.

Por un lado, si excluimos los segmentos asociados a gastos e impuestos de la administración pública, la economía antioqueña disminuyó en términos reales. Además, la mayor contracción se observó en los sectores de construcción y manufactura, que registraron caídas de 8% y 7% respectivamente, tendencia que, particularmente en la construcción de viviendas, podría agravarse en 2024 y 2025 debido a la caída en las ventas asociada a mayores intereses. tarifas y problemas en la asignación de subsidios gubernamentales como “Mi Casa Ya”. Aún no hemos visto reflejado en las cifras del sector el efecto completo de la caída de las ventas de este último largo año, que puede manifestarse entre 12 y 24 meses después.

El segmento de la economía antioqueña que más crece es el de las actividades financieras y de seguros, seguido de las actividades artísticas, de entretenimiento y recreativas, con un crecimiento del 9% y 7% respectivamente. Sin embargo, en el caso del entretenimiento, las noticias no son tan positivas: el sector pasó de crecer más del 30% en 2021 y más del 40% en 2022 a crecer en un solo dígito en 2023. Aunque hay indicios del gran potencial del Medellín en este sector todavía representa menos del 4% de la economía del departamento.

En contraste, sectores como el comercio, que con 19% son los que más pesan en la economía antioqueña, exhibieron una contracción en términos reales.

Todo este reguero de cifras deja claro un mensaje: Antioquia necesita urgentemente medidas de choque para la reactivación económica. Los sectores público y privado de Medellín y Antioquia, ahora nuevamente en diálogo luego de las elecciones regionales del año pasado, deben trabajar de la mano. Este no es el momento de señalar con el dedo o buscar culpas.

El departamento no puede darse el lujo de perder más tiempo sin crecimiento económico, ya que esta es la única manera sostenible de abordar, en el mediano y largo plazo, los desafíos de la pobreza multidimensional, el hambre, la educación y el envejecimiento de la población que enfrenta. la región.

 
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