El accidente ocurrido este domingo 2 de junio en una carretera de Villa Clara entre un automóvil y un autobús de la empresa turística Trangaviota dejó al descubierto, una vez más, la dura realidad que vive Cuba.
Después de este martes Se reveló que los 38 pasajeros de la unidad eran turistas canadienseslo que implica que los 26 heridos resultantes –incluidos 6 niños– también lo fueron, tenía mucho sentido el gran despliegue del régimen en el incidente.
Y desde el día del accidente circularon imágenes de las numerosas flamantes ambulancias que llegaron al lugar, e incluso en ese momento se hablaba de siete unidades en total que acudieron para atender y transportar a los heridos.
En Videos y fotos que circularon sobre el incidente. Se pudo ver hasta ocho unidades de respuesta llegando al lugar y transportando a los heridos a hospitales y clínicas cercanas.
La situación era clara para muchos: mientras los cubanos de a pie tienen que morir en las calles o en sus casas esperando la atención de los cuerpos de emergencia cuando ocurre un accidente, los extranjeros reciben una atención pronta y eficaz incluso en el interior de la Isla. .
Parece que para la dictadura cubana las vidas que valen son las que pueden pagarlo en dólares, las que vierten sus no tan pequeñas fortunas en sus hoteles de lujo –a pesar de sus múltiples carencias– y las que pueden recomendar el destino a otros. . privilegiados de sus países de origen.
El régimen se ha esforzado una vez más en priorizar el bienestar de sus visitantes extranjeros, y en mantenerlos, atendiendo a su inmediatez en un esfuerzo por minimizar los daños que el accidente puede causar a su imagen, que sin duda intenta proteger. ocultar, ya que los medios extranjeros hablaron ante el propio régimen sobre la nacionalidad de los afectados.
Son múltiples los casos de cubanos heridos o enfermos, transportados por taxistas, por desconocidos que pasan en automóviles que la policía obliga a llevar al hospital por “deber ciudadano”, en carruajes tirados por caballos, o incluso en carretillas o llevados por sus compañeros.
También se han dado casos de quienes no llegan a tiempo, quienes mueren en el camino por falta de atención, o quienes tienen que gastarse todo el dinero que les queda en mototaxis para poder cruzar media provincia hasta el hospital.
El régimen siempre se ha excusado en una eterna “falta de combustible” -que siempre sobra para eventos oficiales y ahora también para atender a los extranjeros- y en el “mal estado” de sus ambulancias, pero ahora los cubanos confirman que aquellas ambulancias que otros países Han sido entregados a la Isla, cuyo paradero se desconocía desde hace mucho tiempo, no están descompuestos, ni vacíos, ni fuera de servicio, sólo están reservados para ciudadanos de primera.
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