un encuentro en medio de la diferencia que da esperanza – .

un encuentro en medio de la diferencia que da esperanza – .
un encuentro en medio de la diferencia que da esperanza – .

Me parece poco probable que Jorge Suárez, hijo del ‘Mono Jojoy’-mi marido-, y Álvaro Uribe Vélez, ex presidente de colombia.

Siendo las 7:00 am del 2 de junio aterrizamos en Montería con un poco de nervios porque tendríamos una reunión que Sabíamos que generaría muchos sentimientos en la opinión.pero sobre todo sería un punto de partida para lo planteado en nuestro libro ‘Se puede ir en paz, el reto de la reconciliación de un país’.

Dicho esto, llegamos a Ubérrimo, la finca del expresidente, bajamos y allí estaba él debajo de un árbol con dos vinos tintos esperándonos. Jorge permaneció silencioso y pensativo durante el viaje. Saludé al expresidente y le presenté a Jorge Suárez, mi marido. Un apretón de manos, un vino tinto y un diálogo que empezó con el presente.

Jorge, firmante del acuerdo de paz logrado por el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, le contó cómo ha sido su vida gracias a la segunda oportunidad, le contó que en siete años ha logrado rehacer su vida, estudiar comunicación social , especializarme y actualmente cursar una maestría. Uribe le dijo que creía que ese amor estaba predestinado desde Es curioso tener el mismo cumpleaños y el mismo apellido.. Además, dijo “es increíble lo diferentes que son sus pensamientos” y destacó que siempre respetó las cosas del corazón.

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El calor iba subiendo, salimos a caminar y, diferente de lo que pensábamos, empezamos a hablar de árboles, de historia. ¿17 años en las FARC? preguntó sorprendido. Jorge le dijo que se fue por amenazas de paramilitares cuando apenas estaba en la escuela. ¿Visitó a su padre? Jorge pudo relatar que siempre fue un padre presente, a quien amó y ama, a lo que el expresidente preguntó ¿le rezas a tu padre? Y Jorge le dijo que sí y que también lo visita sin falta en el cementerio.

“Mi padre lo es todo para mí, y aunque en la selva solo compartimos más hasta los últimos días, siempre sentí su amor”, dijo Suárez. El expresidente expresó que esa relación era personal y que cree que en temas de intimidad o familia, nadie, Por mucho debate que haya entre diferencias o políticos, él debería interferir.

El calor iba aumentando, parecían no notarlo, pero en mi situación comencé a sentirme mal así que fuimos a la casa y me dio un Dolex, La señora Lina Moreno nos recibió y se rió cuando me dijo que el expresidente se cree médico y por eso me había recomendado tomar algo. Nos sentamos a hablar.

En ese momento se entregaron los libros que le habíamos llevado, en los que en la dedicatoria hubo un segundo punto de encuentro: la necesidad de una invitación en la que trabajemos por un país sin etiquetas. Después nos dijeron que podíamos ir a descansar y nos prepararon una habitación, Sabía que el expresidente es devoto de la virgen, así que le traje una.

Luego de descansar un poco y poder bañarse, el expresidente continuó diciendo “Colombia ha sufrido mucho con la guerra” y nos contó cómo fue el asesinato de su padre, años de gobierno con la bandera de la seguridad democrática y los intentos que hizo por lograr algún diálogo de paz con las FARC.

Recordó que pese a una narrativa de que es enemigo de la paz, en el gobierno que presidió Se desmovilizaron 35.000 paramilitares y más de una decena fueron extraditados. También se desmovilizaron 18.000 guerrilleros y los secuestros se redujeron en un 90%.

Jorge quiso empezar contándole sobre el asesinato de su padre a manos del Ejército, cómo empezó esa percusión y que Jorge estaba a sólo 200 metros. Le dijo que el dolor no está escrito porque en la guerra no había tiempo para duelos y que él ha podido hacer duelo desde que llegó. Habló del abandono del Estado y de la falta de oportunidades en tantas regiones por lo que tantos acudieron a esas filas; Expresó experiencias de su vida en las FARC.

Un punto de encuentro: Colombia necesita hablar de paz con acciones reales. Jorge comentó sobre los libros que leyó mientras estuvo allí y cómo pudo desarrollar una cartilla de alfabetización para enseñar en esos años. Él le dijo que El acuerdo ha traído esperanza y muchos de los firmantes hoy son padres y madres que confían en que el acuerdo se fortalecerá. y cumplir íntegramente.

Uribe maneja a Monito

Pasadas horas fuimos a dar una vuelta por Montería, vi una segunda escena que nunca me había imaginado, el expresidente conduciendo y mi esposo como copiloto. Ese diálogo comenzó a través de historias y ríos de Colombia. Uribe recordó el día que se tiró al río Vaupés, después de un consejo comunitario. Jorge le dijo que su río favorito era el río Guejar en el departamento del Meta, pero él le dijo que conocía mejor la selva del Caquetá.

En Montería pudimos ver parte de la historia de la violencia, cómo el EPL, guerrilla que firmó un acuerdo en el gobierno del expresidente César Gaviria en el 91, había causado tanto dolor en esa región del país y luego el paramilitarismo. . Visitamos la ronda del Sinú, un parque ubicado a orillas del río Sinú construido en 2005, año que él presidió.

Tenían ubicado al ‘Mono Jojoy’ en el Gobierno Uribe

Al llegar a casa, el presidente nos recordó cómo habían localizado al padre de Jorge tiempo antes del bombardeo. Habló del avance de la inteligencia militar y de cómo al mismo tiempo las FARC avanzaban en la estrategia de guerra, cómo vivieron un viaje desde aprender a vivir en comunidad. Jorge expresó que puede definir esa vida como una vida familiar.

La frase seguida por el expresidente fue “Colombia ha sufrido mucho”. Llegó el almuerzo, un plato típico de la región, el famoso mote de queso con chicharrón, ensalada de patacones y arroz.

Hablamos de temas de país. Jorge recordó que apoya al presidente Petro y que quizás la única objeción que tiene es que ojalá haya un acelerador para cumplir con la implementación del acuerdo de paz. El expresidente nos comentó que ha sostenido reuniones con el presidente Petro en el marco del diálogo, el respeto y el pensamiento de país, lo que Nunca ha atacado a su familia ni le gustan ni comparte ataques personales, Pero sí ve con preocupación el futuro del país, la economía y la seguridad, una cuestión que al fin y al cabo es transversal y necesaria en la búsqueda de la paz, ya que sin seguridad no hay nada.

Nos dijo que está muy preocupado El discurso del presidente Petro. frente a los colombianos que cada día genera más diferencias entre ellos.

En la mesa compartimos más que comida

También hablamos de frivolidades, del día a día de los hogares cuando el amor llama a la puerta. En uno de esos momentos expresó que Ya sabía por qué me había enamorado de Jorge, porque parecía inteligente y respetuoso.

Después del almuerzo recordamos detalles del matrimonio, le decimos que no ha sido fácil que ninguno de los dos espera cambiar al otro, pero que somos honestos en nuestros principios, que nunca nos hemos peleado por política y que esperamos hacerlo. Continuar, aunque parezca difícil y los ataques vengan de todos. los lados, generando encuentros que hablan de paz en lo cotidiano y de respeto en la diferencia. Nos hizo saber que vio un matrimonio fuerte, Incluso preguntó cuándo nacerían los niños, quizás ese fue el único momento en el que Jorge no tuvo respuesta.

Encuentros que dejan una semilla

Después quisimos grabar un vídeo del encuentro porque a nadie le convenía que fuera secreto, al final un apretón de manos honesto después de una recepción que fue muy amigable. Cuando hay honestidad sobre la mesa nada puede ser diferente. ¿Las diferencias van a continuar? Por supuesto que síConocer a alguien que piensa diferente y hablar nunca es sinónimo de agachar la cabeza o ceder.sino una muestra de espíritu democrático, de madurez y de priorizar el bien común por encima de las diferencias personales.

Estos encuentros deben ser entre todos, son semilla de cambio para todos. Por supuesto que genera comentarios a favor y en contra porque No estamos acostumbrados a vernos hablar sin atacarnos, sin creernos enemigos, pero ese es el camino urgente como país para reinventarnos.

Una reunión en la que el propio expresidente se pasó los chicharrones, en la que hubo risas, en la que nadie dejó de ser quien es, en la que no hubo conversación debajo de la mesa. En el que creemos que cuando escuchas a los demás das un paso hacia el reconocimiento de que todos tenemos heridas y quizás eso es lo que hay que sanar, Escuchar historias reúne partes de la historia que conectan mucho más.

Agradecimos el encuentro y volvimos a nuestra vida cotidiana, con la esperanza de que algún día sentarnos entre diferentes personas sea la norma, al final la paz está en la vida cotidiana cuando las acciones son honestas. El presidente dijo “muchachos, ustedes tienen una familia muy hermosa, los felicito y Espero que siempre sigas recordando que eso es lo más importante.. Fue un placer para mí recibirlos” y nos acompañó hasta la salida.

Por su parte, Jorge expresó “gracias por el encuentro, a su esposa Lina por el respeto, espero que algún día el país supere el desafío de la reconciliación y Demos siempre pasos hacia una Colombia mejor en la que la verdad siempre nos una”.

Sonreí y me despedí, al final una llamada a mis padres en la que me agradecieron el encuentro y me ofrecieron una invitación a su casa para conversar.

Fui el último en despedirme, para recordar que es para esas reuniones que debemos trabajar. No necesitamos dejar de pensar diferente para sentarnos con los demás, basta con tener la voluntad de plantear con sinceridad las conversaciones difíciles que sean necesarias.

Al final es por no saber dar esas conversaciones que este país ha sufrido años de guerra. Recuerdo que al hablar de los niños expresé que quiero que no sean extremos, espero como dicen que sean tibios, pero siempre desde las ideas y la humanidad sea lo que quiera, siempre lejos de la violencia.

Cuantas risas escuché, cuantos momentos que me erizaron y al final dos hombres con convicciones honestas que se abrieron a hablar desde lo que nos hace reales hasta nuestro lado más humano. En toda familia debe haber personas con ideologías contrarias, El diálogo es una necesidad para dejar de destruir a quienes tenemos más cerca.

Mi ejercicio de opinión siempre ha sido sincero porque creo que cada uno debe hablar honestamente de sus creencias, pero, aunque tengo profundas reservas sobre este gobierno, y sobre tantos políticos, creo que la agenda de construir un país sin violencia comienza en vida diaria. , así que a los que me preguntan si me sentaría con él. Presidente Gustavo Petro, Yo les digo que si.

Conversar no es ceder, es madurez ante un país que lleva años matándose por no aprender a tener conversaciones heterogéneas y por la indiferencia. Somos más que eso.

Crítica siempre respetuosa. Una lección que me llevé del expresidente en la reunión fue: “fuerte con las discusiones, suave con la gente porque la vida es larga y la intimidad de quién es cada persona nunca debe romperse”.

Este es un aparte de una crónica que tiene detalles e historia de la que seguramente conocerás más adelante. Cuando las etiquetas desaparecen, el ser brilla. Ojalá ambas partes puedan leerlo sin odio, el país es más que un debate de polarización entre dos bandos, necesita que nos escuchemos en medio de nuestros discernimientos.

Cierro con un poema de Lástima Bonet, el escritor colombiano que ganó el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Las cicatrices

“No hay cicatriz, por brutal que parezca, que no contenga belleza. En él se cuenta una historia concreta, un dolor. Pero también su fin. Las cicatrices, entonces, son las costuras de la memoria, un acabado imperfecto que nos cura dañándonos. El camino que el tiempo encuentra para que nunca olvidemos las heridas”.

Encuentro entre Álvaro Uribe y Jorge Suárez. Foto: Al oído.

 
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