Dillom regresa al Luna Park para su consagración definitiva con un disco sombrío y atrevido bajo el brazo

Dillom regresa al Luna Park para su consagración definitiva con un disco sombrío y atrevido bajo el brazo
Dillom regresa al Luna Park para su consagración definitiva con un disco sombrío y atrevido bajo el brazo

Por cesárea, el segundo álbum de Dillom, es una rareza en estos tiempos. En la era que rige la lógica desesperante del algoritmo, donde sólo existen singles de 2 minutos y sentarse a escuchar un LP, entero, seguido, es un ejercicio de otro siglo, un argentino de 23 años El músico que surgió de los bosques del rap y que está en boca de todos lanza un álbum conceptual.

Dillom nos pide que nos detengamos un segundo, que dejemos de hacer tonterías y que prestemos atención: no cae en el tema predominante de lo que parece ser el único objetivo de la vida actual: ganar dinero y demostrar que se tiene dinero. Esta vez habla en serio. Su nuevo disco apuesta por una historia oscura donde el trauma psicológico es el protagonista. Dylan León Masa, junto a sus productores, Fermín Ugarte y Luis Lamadrid, se arriesgaron y tras dos años de gestación dieron a luz al sucesor de su primer gran éxito, Post mortem (2021), hace unas semanas a través de Bohemian Groove, su sello independiente. La jugada salió bien: Dillom sigue causando sensación en los medios y en cuestión de horas agotó las entradas para las dos fechas en las que presentará el nuevo material, el 19 y 20 de junio en el Luna Park.

Por cesárea Es un cuento de terror, muerte y destrucción: narra el nacimiento, ascenso, consumación y caída de un niño perturbado, misógino y feminicida, con estrés postraumático y complejo de Edipo. En este turbio mundo, la música está al servicio de la historia, y Dillom utiliza todo el arsenal que tiene a su alcance para contarla. Durante 35 minutos y 12 canciones, la música fluye desde el trip-hop hasta el punk, pasando por el jazz, el indie y el hard rock. Todo aderezado con una pizca de trap y las colaboraciones de Andrés Calamaro y Lali Espósito.

horror psicológico

El disco arranca con “Últimamente”, una atmósfera de bajo y sintetizadores trip-hop que irrumpe en un crudo trap para marcar el origen de esta historia: el intento de suicidio de una madre adicta, una infancia oscura. En “La novia de mi amigo”, esa niña (la voz infantil, aguda) ahora canta sobre un amor platónico que se vuelve tóxico, con una melodía alegre y pastillada. En el coro repite y repite “Me estoy volviendo loco”, todavía inofensivo. Esa disonancia entre letra y música se mantiene en “Cirugía”, el hit del rock nacional y el indie de guitarras con fuzz. “Por ti voy a una misión suicida”, dice una voz que confiesa con ternura ideas inquietantes.

Nuestro protagonista alcanza la madurez y se enfrenta a su verdadero yo en “Mi peor enemigo”. La introducción jazzística, la melodía en constante descenso y la voz de Calamaro hacen que el álbum adquiera una oscura melancolía. “Estoy tan cansado de este sentimiento / La vida es una polla y me está levantando”, canta Dillom, con angustia tanguera y lirismo contemporáneo. Y con un sencillo pero nada ingenuo “tu perro muerto”, que Calamaro recita arrastrando las erres, inserta su crítica política.

“(White Lies)” es puro Herbie Hancock en decadencia: un interludio experimental y borracho donde nuestro héroe escucha las voces de sus demonios. La historia continúa escalando, volviéndose cada vez más oscura. En “La carie”, quizás la canción más atrevida musicalmente, Lali sorprende cantando con voz fantasmal versos de María Elena Walsh — “Plegaria Desvelada”, de 1976. Órgano, piano y violines construyen el clímax dramático de Por cesáreadonde el protagonista acaba pasando al lado oscuro.

A mitad del álbum llega el rock con “Buenos Tiempos”, un escape drogado y vigoroso que retoma brevemente el humor irónico de Post mortem. Dillom juega con las palabras y repite enérgicamente: “El día que muera, moriré según mi ley”, hasta que el sonido adquiere otro significado. Entre samples de Kanye West, Beastie Boys y una voz distorsionada, escuchamos la ruptura definitiva en la psique del narrador. Intoxicados, da paso al tema clave de Por cesárea: “Muñecas”. Comienza con una divertida melodía de radio mientras cuenta su primer encuentro con una chica. Pero los botones del hip hop pronto adquieren un sintetizador oscuro y la música se vuelve turbia. A medida que él se obsesiona y se vuelve violento con ella, su voz se vuelve enojada. Y la siniestra tensión crece hasta explotar en feminicidio. En “Muñecas” Dillom sirve todo lo que lleva cociendo a fuego lento desde el minuto cero.

golpes crudos

La parte más salvaje de esta historia ocurre en el instrumental “(Irreversible)”, el segundo interludio, que con una percusión primaria y un compás irregular traduce en sonido los duros golpes del asesinato. En “Coyote”, nuestro feminicida se entrega a un punk rock que persigue la paranoia. Ella todavía finge locura por el acto cometido, pero las cosas están a punto de caer. Con el lamento de “Reiki y yoga” llegamos al final de la tragedia. Un piano decidido y un coro dramático de espíritus encarnan la depresión y la ansiedad en todo su esplendor. “Lo voy a hacer, creo que es hoy / terminar con este dolor / ya tomé una decisión”, se despide el suicida, y las notas comienzan a desvanecerse hasta desvanecerse.

A modo de epílogo, en “Ciudad de la Paz” nuestro villano suena aliviado en un limbo de groove. La muerte le sienta bien. La música resucita en ese indie rock del principio mientras el fantasma sin reflejo se pregunta si el mundo es mejor ahora sin él. Después de un puente deudor Memorias de acceso aleatorio de Daft Punk, la canción comienza de nuevo, pide otra oportunidad.

Con este álbum Dillom no intenta enseñar nada. Pero se desnuda y señala: esto pasa y es así de horrible. ¿Cómo puede no dar miedo? Después de su propia muerte ficticia en Post mortem, el rapero revive y arma algo mucho más cercano a la realidad de su presente y la ansiedad y depresión que vive su generación. Y al hacerlo, desobedece las reglas del mercado. “Vengo a declararle la guerra a Miami”, dijo, haciendo de la apuesta una causa, en su gira promocional de programas de streaming. Quizás estemos ante el nacimiento, por cesárea, de un elocuente caballo de Troya en la escena musical urbana local. Un álbum intrépido que busca distinguirse de su entorno como esencia y comenzar a romper el sistema desde dentro. «

¿Cuando?

Dillom presentará Por Cesarea los días 19 y 20 de junio en el Estadio Luna Park, Av. Eduardo Madero 470.

Dillom – Por cesárea

  1. “Últimamente”.
  2. “La novia de mi amigo”.
  3. “Cirugía”.
  4. “Mi peor enemigo” (con Andrés Calamaro).
  5. (“Mentiras piadosas”).
  6. “La carie” (con Lali).
  7. “Buenos tiempos”.
  8. “Muñecas”.
  9. “(Irreversible)”.
  10. “Coyote”.
  11. «Reiki y yoga».
  12. “Ciudad de la paz”.

Dillom tiene sólo 23 años y una elocuente convicción artística.

 
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