Una semana clave entre lluvias salvadoras o calor que condena las cosechas

Los productores de cereales viven una semana clave. Después de una primavera en la que el cielo no ha dado lluvias, sobre todo en amplias zonas del valle, los agricultores esperan que caiga una ráfaga de agua que les permita soñar con que la cosecha llegue Buen puerto Pero estos días las previsiones hablan más de un golpe de calor, otro sumado al vivido en abril y que ha pasado factura a sus cosechas. De confirmarse, sería la sentencia definitiva.

Con casi cuatro décadas de trabajo en el campo, Óscar Salazar asegura que nunca ha visto “que no haya cosecha en Grañón por sequía”. Y este año sucederá. «Sólo una vez desde que soy agricultor he cobrado un seguro contra sequía. “Fue el año pasado”, recuerda. Su temor es que este año sea el segundo.

También está preocupado Samuel Muro, cerealista de Alberite, que reconoce que en la zona de Clavijo, La Unión o Ribafrecha la situación es mejor que en otras zonas de La Rioja, aunque hay “fincas que están sufriendo mucho”. Las pequeñas tormentas de los últimos días dan alguna esperanza de poder salvar la campaña. “Si aquí el tiempo es sano y fresco podremos recoger una cosecha aceptable, pero si ahora hace demasiado calor, todo se asfixiará”, afirma, recordando que llegan a esta situación de incertidumbre “después de un año desastroso” en el que “todo fue una pérdida”. ».

Algunos agricultores han optado por cortar, literalmente, el lado sano y han cosechado la cebada, ante la falta de grano, para envasarla y venderla como forraje.

El trigo, la cebada y el triticale, por este orden, son los cereales que dominan las cerca de 50.000 hectáreas riojanas destinadas a estos cultivos, que ocupan la mayor superficie de la región, por delante de la vid. Y así seguirá siendo, a pesar de que estos cultivos no están ofreciendo rentabilidad a sus productores. «El caso del trigo es un ejemplo de situación anómala. Llevamos casi 25 años con el mismo precio. Hace un par de campañas tuvimos una ligera alegría, pero ha sido un espejismo”, analiza Igor Fonseca (Arag-Asja). «El precio no ayuda, está sujeto a especulación en los grandes mercados. Entre otras razones, con el conflicto en Ucrania, los barcos están entrando en España, lo que hace bajar los precios. El cerealista está desprotegido y la Unión Europea debería dar un golpe sobre la mesa si quiere protegernos”, añade.

«El coste de producción de una hectárea de trigo ronda los 1.000 o 1.200 euros. Si en un año normal cogemos cinco toneladas, por poco más de 200 euros, no sale”, subraya Óscar Salazar (UAGR). Si la cifra también disminuye, como se espera este año, los esperados números negros acaban convirtiéndose en rojos. Y la situación, insostenible.

Preocupante situación en Aragón, Castilla y León o Valencia

La Rioja no es el único territorio de España que ha sufrido esta extraña primavera, con semanas de intenso calor en un momento clave para el crecimiento del cereal y falta de lluvias cuando más se necesitaba. En Aragón, por ejemplo, la margen derecha del Ebro y una amplia zona de Teruel dan por perdida la mayor parte de la cosecha. También zonas de Soria, como Ágreda, Valverde o Vozmediano, temen que cuando lleguen las recolectoras el grano será insuficiente para pagar los costes de producción. Menos kilos y menor precio es una ecuación insostenible para los agricultores. En Cataluña, mientras tanto, el problema se extiende también al arroz. Y en la Comunidad Valenciana, especialmente en algunas zonas de Alicante, ya se habla de catástrofe, con pérdidas superiores al 80%.

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