A ocho años del feminicidio de Gisela López, Burlando va a colaborar con la familia

La familia de Gisela López, la joven asesinada hace ocho años en Santa Elena, continúa esperando justicia. El que el Ministerio Público no pudo entregarle para aliviar su dolor. La débil investigación y la falta de contribuciones concretas para convencer a un tribunal y un ADN que no coincide con ninguno de los sospechosos siguen causando daños muy profundos en la comunidad.

Gisela fue violada y asesinada el 22 de abril de 2016 en Santa Elena. Los sospechosos fueron encarcelados durante 10 meses y finalmente fueron absueltos por falta de pruebas. El caso llegó a la Corte Suprema en agosto de 2019 y fue detenido, pero ahora decidió darle audiencia al Fiscal General.

La fiscalía espera que se revierta la sentencia absolutoria dictada por tres jueces y confirmada por la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia. Sólo acompañó, como suele hacer en la mayoría de los casos en los que la Fiscalía recurre, a la Sala de Casación Penal, que ordenó un nuevo juicio.

El Fiscal General de la Corte, Eduardo Casal, emitió un dictamen a favor del sector representado por Jorge García. En su resolución, el titular de los fiscales nacionales falló a favor de la celebración de un nuevo juicio, tal como ya se había resuelto en su momento en la instancia de Casación.

Gabriel, hermano de Gisela, se mostró esperanzado con la colaboración de Fernando Burlando.

“Le envié un mensaje de WhatsApp cuando me enteré que vendría a Paraná el lunes 22. Esa noche estaba cenando con mi familia. Recibió un mensaje de Fernando Burlando pidiéndole que fuera el martes 23 a Paraná y conociera más sobre el caso. No lo dudó ni un segundo. Tiene una profesionalidad muy visible. Trabajó en muchos casos. “Él me escuchó y nos acompañará en la causa”.dijo el joven UNO.

“Me pidió los datos del fiscal. Va a comparecer ante el Tribunal. “Va a solicitar al Ministerio de Seguridad una prórroga de la recompensa”, dijo.

“Me sentí muy acompañada por él. Creo que estamos en tiempos procesales muy importantes. La justicia juega a la espera. Siempre recalcamos que la Justicia no hizo nada por Gisela. Le recordé que nos reunimos con Alberto Fernández y que nos dijo que el caso había que resolverlo en Entre Ríos.

Gabriel precisó que Burlando le pidió todas las resoluciones que se tomaron en la provincia. “Él va a analizar todo el material. En los próximos días se va a comunicar con nosotros”, y agregó: “Yo creo que la Justicia de Entre Ríos tiene que ponerse manos a la obra. No existe ningún precedente en el país donde un Abogado envíe al STJ a trabajar. “Nunca hicieron nada”.

El joven afirmó que en la provincia están acostumbrados a ignorar y pisotear a las víctimas. “Hay muchas cosas sin avances en justicia. Tienen que moverse y responder”, dijo el hermano de Gisela, quien sostiene que no saben qué se van a encontrar en el Juzgado. “Creo que se hará justicia”.

Finalmente, recordó que le escribió al fiscal que llevaba el caso, pero que nunca respondió.

El feminicidio

El 22 de abril de 2016, poco después de las 22.00 horas, Gisela López salió de la Escuela Secundaria para Jóvenes y Adultos No. 5 Padre Fidel Alberto Olivera y caminó de regreso a su casa, ubicada en la colonia 120 Viviendas, cerca del acceso a la localidad. entrerriana. Al principio acudió a un especialista preventivo de Paraná. Se decía que Gisela había estado en la capital entrerriana. Sin embargo, el detenido tuvo que ser puesto en libertad por falta de pruebas. El abogado García nunca ordenó que más fiscales colaboraran con Santiago Alfieri. Pasaron los días y recién el 10 de mayo, un niño que cruzaba a caballo el campo donde había sido secuestrada encontró el cuerpo de la víctima, escondido entre la maleza.

Según la autopsia, durante los 18 días que Gisela estuvo desaparecida, el cuerpo estuvo todo ese tiempo en el mismo lugar. Algo increíble pero real según datos científicos irrefutables. También el 10 de mayo de 2016, otro crimen de género reapareció en la memoria colectiva de esta maltrecha comunidad: el asesinato de Patricia Mariana Gómez, quien fue encontrada sin vida cerca del mismo lugar donde apareció el cuerpo de Gisela, por el arco de entrada. a Santa Elena. El feminicidio ocurrido en 2001 permanece impune. Y hay un tercer asesinato de una mujer por el que tampoco nadie ha pagado: el de Malvina Soledad Torales, la joven embarazada de 22 años, que fue asesinada a puñaladas en el barrio Nuestra Señora de Lourdes, el pasado 4 de marzo. 2003.

Por el feminicidio de Gisela fueron tres hombres los que fueron detenidos y juzgados un año después: Mario y Elvio Saucedo (padre e hijo de 54 y 29 años, ladrilleros) y Matías Vega (19 años). La Fiscalía les acusó de haber secuestrado a la joven, violarla en una “fiesta” en su casa, para luego asesinarla y descartarla en el lugar donde finalmente fue encontrada. En el juicio fueron absueltos porque el tribunal consideró que faltaban pruebas. La Sala de Casación Penal ordenó un nuevo juicio, tal como lo solicitó la Fiscalía.

Luego, la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia ratificó la sentencia absolutoria del Tribunal de Primera Instancia. Ahora, el caso espera una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Falleció Mario Saucedo.