El persianas bajas del lugar al otro lado de la calle son una especie de revelación de lo que está por suceder. Allí, sobre la calle Sarmiento y a pocas cuadras de la Plaza Congreso, había un negocio dedicado a la venta de instrumentos musicales que, con dos carteles, anunciaba que se mudaba a otro local. Cercano y mucho más pequeño. Ese es el ecosistema en el que, este martes, Antigua Casa Nuñez, quizás la casa fabricante de guitarras más emblemática de Buenos Aires, abrirá sus puertas por última vez antes de cerrar su local. ¿Para siempre?
Hay al menos dos maneras de medir la importancia de la Antigua Casa Núñez, cuya tienda a punto de cerrar dice orgullosa en su vitral: “Fundada en 1870”. Una forma es que sus guitarras iniciaron a artistas como Gustavo Cerati y fueron parte de las trayectorias de músicos como Carlos Gardel, Atahualpa Yupanqui y Luis Salinas.
La otra forma es que, desde hace nada menos que siglo y medio, han habido generaciones y generaciones de argentinos que aprendieron a tocar la guitarra con una de las que elabora la Antigua Casa Núñez, primero en su taller del barrio de Flores, luego en la zona del Congreso. A través de personas anónimas y grandes estrellas, es entonces una icono de la cultura musical y popular de nuestro país.
Pero ese valor simbólico no es necesariamente suficiente para sostener la estructura de una tienda en la calle, por mucha historia que esa tienda y, sobre todo, esa marca tengan detrás. Este parece ser el caso de la Antigua Casa Núñez, que anunció en sus redes que este 30 de abril sería su último día de puertas abiertas en su sede de Sarmiento al 1500.
“Hoy es un día lleno de nostalgia y agradecimiento para todos nosotros en Antigua Casa Nuñez. Después de 150 años de historia, es hora de cerrar las puertas de nuestro histórico local comercial (…) Tomamos esta decisión, tal como empezamos un camino de reestructuración que nos permitirá, en algún tiempo, volver a dedicarnos plenamente a lo que amamos”, dice el comunicado que la marca publicó este lunes en su cuenta de Instagram.
“Ha sido un viaje increíble, lleno de música, pasión y dedicación al oficio de la guitarra. Desde que Francisco Núñez llegó a estas tierras con un sueño en el corazón, hasta que nos convertimos en la fábrica más emblemática de Argentina, cada guitarra que salió de nuestras manos llevaba consigo una parte de nuestra historia y amor por este arte”, continúa. . el comunicado, que agradece “por cada nota, cada melodía, cada momento compartido”.
“Aunque cerramos el comercio, seguiremos trabajando. Entiendo que se va un pedazo de la historia de Buenos Aires y de la música, pero la idea que tenemos los integrantes es actualizarnos al siglo XXI, que tengas un buen Sitio web de ventas y enfoque en redes sociales.“, dijo Ezequiel Spinelli, dueño de la sociedad anónima que controla la marca desde hace medio siglo, a Clarín tras la noticia del cierre de la tienda.
El cierre compulsivo al que tuvieron que someterse durante el pandemia del coronavirus, que duró más de seis meses, fue un golpe del que Antigua Casa Núñez no pudo recuperarse. La crisis económica de los últimos tiempos tampoco contribuye a la recuperación del establecimiento, aunque, desde el comunicado y a través de declaraciones de Spinelli, la marca se encarga de deslizar que una cosa es que cierren su establecimiento en la calle Sarmiento y otra muy distinta es que Antigua Casa Nuñez desaparece por completo.
“Hoy cierran, pero seguirán permaneciendo en los rincones de muchos hogares. La buena música perdurará”, escribió una usuaria de Instagram en su despedida de la marca. Otro compartió: “Debería ser herencia argentina. Siempre en mi corazón”. “Para mucha gente, esta fue nuestra primera guitarra. Hoy cierra sus puertas un gran pedazo de la historia de las guitarras y los guitarreros de la Argentina, es imposible no sentir un poco de tristeza”, escribió uno más, y acompañó a sus historia con un rasgueo Yupanqui.
Ese pedazo de historia comenzó a escribirse alrededor de 1858, cuando Francisco Núñez, inmigrante español de la zona de Pontevedra, radicado en Buenos Aires. Quería, dice el sitio web oficial de la casa, “convertirse en el mejor constructor de guitarras del país”.
En 1870 su sueño estaba encarrilado: fundó la Fábrica de Guitarras Francisco Nuñez y Cía. y unos quince años después trajo de Europa las máquinas más modernas que tenía a su alcance para fabricar guitarras a gran escala. Fue el propio Francisco quien abrió la tienda en la calle Sarmiento, e instaló el taller en Flores: hacían mandolinas y bandurrias, pero las grandes estrellas fueron y son las guitarras.
Tras la muerte de Núñez en 1919, fueron su esposa y su sobrino quienes quedaron a cargo del negocio familiar, al que decidieron rebautizar con el nombre que perdura hasta el día de hoy: Antigua Casa Nuñez. Por esos años, el taller se trasladó de Flores a la misma cuadra de la calle Sarmiento donde ya funcionaba la venta pública, y en 1929 ya estaba todo instalado en Sarmiento 1573, donde este martes cerrará las puertas de la Antigua Casa Núñez. por última vez.
Toda esa historia, pero sobre todo las historias personales y familiares que se construyeron en torno a cada una de esas guitarras vendidas por una marca que se convirtió en símbolo, son las que este martes despiertan la nostalgia de mucho. Aunque Antigua Casa Nuñez, en su comunicado, afirma que no es un adiós para siempre, este martes es, para muchos, el día de luto por una tradición que se va. El día de tocar una canción de despedida.
