Seis disparos acabaron con la vida del dragonero del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), cuando se encontraba en un automóvil oficial de la institución, en la Carretera Panamericana, de Popayán a Cali.
Inpec solicita “a la Procuraduría General de la República, Policía Nacional y demás autoridades competentes, tomen las medidas necesarias para esclarecer estos hechos a la mayor brevedad posible”.
En la primera semana de abril, fueron Asesinan al guardia del penal de Buga, Léider Romo. Murió por disparos de desconocidos. Al mismo tiempo, se registró otro ataque contra integrantes del penal de Tuluá, municipio ubicado en el centro del Valle del Cauca. El dragonero Nicolás Torres Noreña resultó gravemente herido y fue operado en un centro asistencial de Tuluá.
Otro ataque ocurrió el 8 de abril contra Óscar Quevedo, expresidente del Sindicato de Trabajadores Penitenciarios, de Palmira. Le dispararon afuera de su casa. Él también murió.
“Es muy grave lo que está pasando. Esta es una situación que los alcaldes deben tomar en cuenta para que refuercen la seguridad perimetral de los penales”, dijo Óscar Robayo, presidente del Sindicato de Trabajadores Penitenciarios.
MICHEL ROMOLEROUX Y CALI
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