Asombra la soberbia de los nuevos concejales de la ciudad de Neuquén, quienes, a meses de asumir, quieren saber más que quienes aprobaron, luego de meses de preparación, la Carta Orgánica Municipal en 1995.
Tampoco se avergüenzan quienes fueron funcionarios de gobierno en administraciones pasadas y que continúan involucrados en el servicio público, ahora como concejales. Los famosos “políticos de carrera”, aquellos que tienen “cintura política”, atributo que los diferencia de los ciudadanos comunes y corrientes que quieren participar en política.
Señores lo que tienen que tener es dignidad, honestidad y respeto a quienes les han dado su voto para que estén donde están.
La carta reformada indica claramente qué se define como audiencia pública y las condiciones para solicitarla.
-Artículo 157 La audiencia pública es el derecho colectivo o individual que tienen los habitantes a dar y recibir opinión e información sobre actuaciones político-administrativas, de forma verbal, en unidad de acto y con una agenda preestablecida, de conformidad con lo que establezca el la ordenanza correspondiente.
-Artículo 158 La audiencia pública podrá ser convocada por decisión de los órganos ejecutivo o legislativo, o a solicitud del tres por ciento (3%) de los electores. La audiencia deberá celebrarse dentro de los treinta (30) días siguientes a su solicitud.
Nada dice sobre las interpretaciones que cada concejal da a la solicitud, como la del concejal Artaza por ejemplo. Es una pena.
¿Cómo es posible que no se den cuenta que las firmas presentadas por los vecinos demuestran que hay algo que no está bien? ¡Sus clientes les llaman la atención y no se dan cuenta! Orgullo o estupidez, ambos incompatibles con el ejercicio del cargo público.
Es hora de repensar qué tipo de representantes del pueblo queremos y actuar en consecuencia. Tenemos las herramientas, sólo necesitamos la participación. ¿Vamos por ella?
Ricardo Dougall
10.532.537
Neuquén
