La universidad pública es necesaria para el futuro del país – .

La universidad pública es necesaria para el futuro del país – .
La universidad pública es necesaria para el futuro del país – .

Ayer se dio a conocer que dos estudiantes de Diseño Industrial de la Facultad de Arte de la UNCUYO fueron premiados por la NASA (Agencia Espacial de Estados Unidos) por realizar un modelo de una casa para vivir en el planeta Marte.

Lara Gauna y Mariano Tassin utilizaron una impresora 3D para su proyecto “Mars 3D Home”, y ganaron el concurso para que la organización espacial más importante del mundo los convocara y hiciera realidad su idea.

Hoy martes, en tanto, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores de todas las universidades del país, convocó a una “marcha federal” que espera ser masiva en Buenos Aires y que será replicada en Mendoza. .

Se trata de una manifestación “en defensa de la educación y del sistema universitario estatal”, ante la “grave” situación que vive por el ajuste del Gobierno de Javier Milei.

El presidente, por su parte, no deja de señalar que las universidades son lugares “de adoctrinamiento político”, con argumentos apenas refutables, sobre todo basados ​​en la presencia de los partidos gobernantes en los últimos años.

Sin embargo, ejemplos como los de Lara y Mariano existen todo el tiempo. Así ha sido en la historia de las universidades públicas y también en la actualidad, demostrando que pueden ser sinónimo de calidad académica y formación de grandes referentes. Lo que sin duda –como el caso de estos chicos– es un motivo de orgullo.

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De las universidades públicas argentinas salen cada año millones de profesionales de distintas disciplinas que se destacan aquí y en el mundo, y que poco tienen que ver con la política y el supuesto adoctrinamiento.

De hecho, en estas universidades se graduaron los cinco premios Nobel que nuestro país tiene para honrar en el mundo. Porque en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz 1980), hizo lo propio desde la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata.

Pero no sólo los premios Nobel son notables. Incluso el propio René Favaloro también se graduó en una universidad pública. El cardiólogo, que terminó dramáticamente su vida en defensa de las políticas de salud pública, estudió y se recibió de médico en la Universidad Nacional de La Plata, donde también realizó su doctorado.

Destacados locales

En Mendoza existen dos universidades nacionales estatales, la de Cuyo (UNCUYO) y la Facultad Regional Mendoza de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional).

En el primero se toman 101 cursos, de los cuales 68 son “pregrado” (tomado en facultades) y 33 son pregrado (en su mayoría cursos técnicos). Abarca disciplinas incluidas en las áreas de las artes, las ciencias básicas y tecnológicas, las ciencias sociales y humanas y la salud.

En la UTN se estudian cinco carreras de ingeniería, cinco de licenciatura y cinco de técnico de diferentes disciplinas.

Las universidades públicas locales también cuentan con graduados destacados. Un gran ejemplo es el oftalmólogo de fama mundial Roberto Zaldívar, quien se formó en la UNCUYO.

También se graduó en Medicina el neurólogo Fabián Cremaschi, referente nacional e internacional en ese campo.

En tiempos más recientes hay jóvenes titulados que destacan. Un ejemplo es Alexis Atem, quien se formó en Ingeniería en la UNCUYO y hoy es un prestigioso empresario de energía solar en el país.

También es ingeniero Lucas Paganini, quien trabaja en la NASA y hasta tiene un asteroide con su nombre. Otro que salió de esa unidad académica es el recién licenciado en Mecatrónica Marcos Bruno, cuya formación como astronauta sin duda pondrá “muy lejos” el nombre de nuestra provincia.

Son sólo algunos ejemplos que se suman a los de Lara y Mariano y a decenas de miles de estudiantes y profesionales formados en estas universidades que -es cierto- pagamos todos, pero que dejan claro que se trata de una inversión beneficiosa.

Sin duda, sus gestiones, derivadas de la política universitaria, pueden ser cuestionadas (las universidades son autónomas y periódicamente eligen democráticamente a sus autoridades). También se puede criticar la ideología de quienes eventualmente los lideran.

Lo que no se puede cuestionar es su historia y su capacidad para formar grandes profesionales, algo que viene sucediendo desde hace siglos. Esto incluso se opone a los ideales de aquella “generación de los 80” que a finales del siglo XIX comenzó a perfilar un futuro exitoso para el país y hoy, afirma el propio Milei.

Hoy más bien deberíamos imitar sus propuestas y apostar fuertemente a que el Estado se haga cargo de la educación. Esto resultará en un futuro mejor para el país.

No dudar.

 
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