“El ambiente del jazz sigue siendo difícil para las mujeres”

“El ambiente del jazz sigue siendo difícil para las mujeres”
“El ambiente del jazz sigue siendo difícil para las mujeres”

A los 5 años tocaba el piano clásico, pero a los 12 años la salteña descubrió el saxofón y comenzó a estudiar en la Escuela de Música de su provincia. Era la única mujer de su clase, aunque eso no la intimidaba. Yamile Burich, que se convirtió en un virtuoso instrumentista y compositor. Un talento que los sanjuaninos podrán disfrutar el día 28 de este mes, cuando será el broche de oro del 3er. Festival Nacional de Jazzorganizado por la Fundación Circuito Argentino en la Sala Auditorio del Teatro del Bicentenario, donde también actuará junto a las salas de jazz de EM.

“Escuché rock, folklore, tango. Cuando tenía 15 años, alguien me regaló un casete de Charlie Parker y así fue como me metí en el jazz, porque en mi infancia, en casa, nadie lo escuchaba. En realidad, descubrí el jazz a través del saxofón. “Así comencé a investigar y era muy difícil encontrar material porque no había Internet en ese momento”, dijo la dos veces nominada a los Premios Gardel, en diálogo con DIARIO DE CUYO sobre su Sus inicios y su desarrollo en un género “dominado por hombres”. “, según aseguró.

– ¿Cómo es el ambiente del jazz hoy en día?
–Antes ni el saxofón ni el jazz eran para mujeres, de hecho, fui la primera chica de la Escuela de Música de mi provincia. Y ahora, el ambiente del jazz sigue siendo difícil para las mujeres. Actualmente vivo en Buenos Aires y aunque hay más chicas tomando clases, no hay tantas posibilidades para ellas. Además, al no haber referencias, hay chicas que se interesan y no se atreven. Cuando escuchas jazz y ves solo hombres tocando y la única mujer es la cantante; o cuando vas a un conservatorio y todos los profesores son hombres, la mujer da un paso atrás. Es una locura porque incluso creo que la mujer se esfuerza tres veces más, está mucho más preparada porque se pone a prueba todo el tiempo.

– ¿Nada ha cambiado?
– Lo que sí pasa es que con la existencia de las redes sociales se vio a muchas mujeres haciendo jazz.

– ¿Se sintió discriminado?
– No es que me haya pasado a mí, me sigue pasando día a día. Imprimo mis partes y aprendo los temas porque me pongo en un lugar de autoexigencia al grano. La discriminación contra la mujer sigue existiendo en el entorno del jazz. Si vas a un club de jazz, todos los hombres tocan, la mujer es la que canta, la que cuida a los niños en casa.

– ¿Siempre fue así?
– Llevo jugando más de 30 años. Asimismo, cuando tienes 12 o 13 años no eres tan consciente de estas cosas. Pero van pasando los años y ves que no tienes las mismas oportunidades, no te dan fechas importantes ni un cronograma central, incluso en el tema del caché hay desigualdades.

–¿Tuviste que tocar muchas puertas para llegar donde estás?
– Para cumplir mi deseo siempre tengo que hacerlo. La sociedad es muy cruel con las mujeres y para ser valorado hay que ser el mejor. Tampoco existe una industria musical que apoye a las mujeres madres. Estuve de gira tocando con muchos artistas y en Argentina toqué con La Portuaria y Abel Pintos, por ejemplo, y es difícil cuando eres madre. En la música clásica se habla más de este tema, pero yo incluso tuve que pagar hoteles para ir con mi hija.

– Pero la pasión es más fuerte…
– Cuando hay pasión no hay error y no se puede parar, es como el deseo. Es como un tornado.

-¿Cómo intenta remediar esta situación, desde el lugar que ganó?
– Tengo un grupo de mujeres, la Latin Jazz Ladies Orchestra. Son muy pocos los hombres que llaman a las mujeres a tocar, casi ninguno diría… Intento dar trabajo y cambiar la vida de la comunidad musical de niñas que creé, porque el verdadero laboratorio de aprendizaje es el escenario. Me hace fuerte jugar entre mujeres.

-Hay una ley de cuota femenina…
– Sí, pero se ocupa de las cantantes, porque en las bandas todos son hombres.

-¿Cómo llevas esta profesión como músico y madre?
– Tengo una hija que se llama Victoria, ella me acompaña a tocar y ella hizo el dibujo de mi último disco que se llama Cantando al sol. La mayoría de mis álbumes están compuestos por canciones mías porque me gusta mucho componer, pero en esta última producción fusioné canciones de María Elena Walsh, a quien admiro mucho, porque creo que es muy importante en el ADN musical de todos. Es alguien que escuchamos desde muy pequeños y eso lo llevamos en nuestra memoria musical, es parte de nuestras raíces argentinas y me pareció chido hacer algo de su música con mi visión y de manera instrumental, con canciones. como Reina Batata, Como la cigarra, La mona Jacinta, Manuelita y Serenata por la tierra.

– ¿Vas a presentar algo de eso en San Juan?
– No. Ahora vamos a hacer canciones estándar y las mías con la banda de San Juan, pero las últimas no.

– ¿Cómo será la combinación con el grupo local?
– Ya le pasé mis partituras y grabaciones al pianista. Y ensayaremos un día antes, cuando también daré un ensayo abierto para los estudiantes, será muy lindo. Tiene que ver con la música que amo.

– Frente al espejo, ¿qué ves en esa chica que se fue de Salta por Bue?¿Nosotros Aires y recorrimos diferentes ciudades del mundo con el deseo de tocar el saxofón?
– Siento que cumplí mi sueño y quiero jugar cada vez mejor. Tener la oportunidad de vivir haciendo lo que amo es un sueño. Siento que no podría vivir sin tocar… y me siento libre tocando jazz.

HECHO

En el marco del 3er. Festival Nacional de Jazz, el espectáculo será el domingo 28 en la Sala Auditorio del Teatro Bicentenario. Entrada: $4000, en sala y en Tuentrada.com.

 
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