¿Argentina abandonó los derechos de los niños? – .

¿Argentina abandonó los derechos de los niños? – .
¿Argentina abandonó los derechos de los niños? – .

Argentina enfrenta un Reducción alarmante de las políticas destinadas a proteger los derechos de niñas y niños, especialmente en áreas cruciales como la salud y la educación. Las cifras hablan por sí solas: en los últimos seis años, más de 3,5 millones cayeron por debajo del umbral de pobreza y más de 3,1 millones viven en condiciones de indigencia.

Desde hace algún tiempo vivimos un proceso de empobrecimiento de la población que impacta desproporcionadamente y cruelmente en la niñez, privando a niñas, niños y adolescentes de derechos básicos y condiciones de vida dignas. Una de las estrategias más efectivas y celebradas regionalmente para revertir la reproducción intergeneracional de la pobreza es Plan ENIA, una política pública impulsada por el gobierno federal para prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia. Curiosamente, una de las pocas políticas públicas que logró consolidarse como política de Estado, trascendiendo diferentes esfuerzos gubernamentales (comenzó a implementarse en 2018 y continuó hasta ahora), ahora se ve golpeada por recortes presupuestales, desmantelando la estructura institucional sin dar razones. e interjurisdiccional que apoye la rectoría, la promoción y la implementación de un plan exitoso en las regiones más desiguales del país.

La dura realidad que viven millones de niñas y niños en Argentina llevó a organizaciones del colectivo “Infancia en Deuda” a presentar un informe ante el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, integrado por expertos que supervisan el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, del cual nuestro país es parte. El documento detalla deficiencias en el acceso a los alimentos, destacando que el 57% de las familias de provincias como Santiago del Estero padecen inseguridad alimentaria; barreras estructurales en el acceso a la educación de niñas y niños con discapacidad; y falta de servicios de cuidado, precisando que sólo el 19,1% de las niñas y niños entre 0 y 3 años acceden a este tipo de servicios y que el 70% de los hogares con miembros que necesitan cuidado lo resuelven a través del trabajo no remunerado, generalmente asumido por niñas, adolescentes o mujeres en el hogar.

Además, advertir sobre la definición de políticas públicas con impacto positivo en los derechos de niñas, niños y adolescentes, como la Educación Sexual Integral (ESI) y el Plan ENIA, aportando datos que muestran su relevancia para detectar y prevenir situaciones de abuso sexual (un estudio del Ministerio de Tutela Pública de la Ciudad de Buenos Aires reveló que el 80% de los adolescentes que tuvieron información y asesoramiento sobre salud sexual lograron entender que estaban maltratadas después de recibir clases de ESI) y reducir los embarazos no intencionales en la adolescencia (los datos del último censo muestran que la tasa de fertilidad adolescente se redujo del 49% al 27%).

El informe también destaca las marcadas diferencias regionales en la garantía de estos derechos. Lamentablemente, el lugar de nacimiento sigue siendo un factor determinante para una vida con o sin derechos. El Comité ya había advertido sobre estas disparidades en 2018, instando a Argentina a tomar medidas para revertir esta situación.

Contrariamente a las obligaciones establecidas en la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley N° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, El Gobierno ha decidido recortar drásticamente los recursos destinados a los niños. El presupuesto de 2024 es un 72,7% inferior al de 2023 y un 78,5% inferior al de 2021. Según UNICEF Argentina, de mantenerse este recorte, la cobertura y calidad de servicios clave para la infancia se verán gravemente afectadas. afectado.

Las reglas del juego parecen estar cambiando con un claro desinterés por el impacto que esto genera en la población. Políticas públicas que han tenido impactos positivos, como el Plan ENIA, están siendo desmanteladas sin interés en mitigar las consecuencias que la maternidad temprana tendrá en las trayectorias de vida de las niñas adolescentes., asociado con el abandono escolar y la inserción laboral de baja calidad. La maternidad temprana contribuye a la reproducción de ciclos intergeneracionales de pobreza y mala salud. En lo que respecta al desempeño económico, nada de esto parece contribuir a la productividad agregada del país. Estas políticas, valoradas por gobiernos de diferentes tendencias políticas, han buscado equilibrar oportunidades entre personas de diferentes provincias y niveles socioeconómicos.

Las desigualdades territoriales en el acceso a los derechos son históricas, pero empeorarán si continúan los recortes. En esto

distopía de reveses impensables

Si bien el gobierno parece abogar por un “federalismo de sálvese quien pueda”, la comunidad internacional y amplios sectores de la sociedad cuestionan estas medidas y su impacto en los más vulnerables.

Como sociedad comprometida con la dignidad, la igualdad y la no discriminación, no vamos a naturalizar la existencia precaria de millones de personas. Enfrentaremos la sinrazón exigiendo explicaciones con razones públicas, produciendo pruebas, explorando y activando todas las herramientas democráticas posibles. Recordaremos hasta el cansancio que los derechos son para todos, que la igualdad no es sólo ante la ley, que es mucho más que eso.

El autor es responsable del área jurídica de ELA.

JI/TM

Argentina enfrenta un Reducción alarmante de las políticas destinadas a proteger los derechos de niñas y niños, especialmente en áreas cruciales como la salud y la educación. Las cifras hablan por sí solas: en los últimos seis años, más de 3,5 millones cayeron por debajo del umbral de pobreza y más de 3,1 millones viven en condiciones de indigencia.

Desde hace algún tiempo vivimos un proceso de empobrecimiento de la población que impacta desproporcionadamente y cruelmente en la niñez, privando a niñas, niños y adolescentes de derechos básicos y condiciones de vida dignas. Una de las estrategias más efectivas y celebradas regionalmente para revertir la reproducción intergeneracional de la pobreza es Plan ENIA, una política pública impulsada por el gobierno federal para prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia. Curiosamente, una de las pocas políticas públicas que logró consolidarse como política de Estado, trascendiendo diferentes esfuerzos gubernamentales (comenzó a implementarse en 2018 y continuó hasta ahora), ahora se ve golpeada por recortes presupuestales, desmantelando la estructura institucional sin dar razones. e interjurisdiccional que apoye la rectoría, la promoción y la implementación de un plan exitoso en las regiones más desiguales del país.

 
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