“No podía vivir mi vida normalmente, no podía ni levantarme de la cama” – .

Ana Hierro es una de las trabajadoras que ha ejercido su derecho a la incapacidad temporal por menstruaciones dolorosas desde la entrada en vigor de la ley, aunque no se trata de un tema nuevo para ella, que dentro del capítulo de ‘enfermedad común’ ya se había tratado. sido obligado a ausentarse del trabajo. Para Hierro, educadora social, todo empezó a tener sentido cuando, tras diez años padeciendo intensos dolores, recibió el diagnóstico de endometriosis. Esta es una patología en la que el tejido que recubre el útero (endometrio) se desarrolla fuera de él, provocando inflamación y aumentando las afecciones durante la menstruación.

– ¿Cómo fue el proceso hasta que supiste lo que te estaba pasando?

–Desde los 15 o 16 años ya sufría muchos dolores. Fui varias veces al centro de salud pero el médico me dijo que era normal por la edad. Pero estos dolores aumentaron hasta que un día, en 2020, me desmayé mientras corría. Luego tuve varios diagnósticos erróneos, incluso dijeron que podía tener una ETS, algo que me afectó psicológicamente. Mientras tanto, no podía vivir mi vida con normalidad, había semanas en las que ni siquiera podía comer ni levantarme de la cama. Terminé enfermándome mucho y tuvieron que intervenir y fue cuando descubrieron que lo que me pasaba era que tenía endometriosis. Es una enfermedad aún desconocida a pesar de lo extendida que está.

POCAS BAJAS

“Son enfermedades que llevamos mucho tiempo ocultando por miedo a fracasar o al qué dirá la gente”.

– ¿Estuviste diez años soportando estos dolores sin saber qué era?

– Había asumido completamente el dolor de mi vida, por ejemplo, si no podía ir a un evento social, no iba. Lo tenía muy normalizado, pensaba “esto tiene que ser así”. Tenía endometriosis grado IV (grave), algo que me incapacitaba, mis reglas eran horribles, tenía dolores horribles y no podía hacer nada.

– ¿Cómo ha mejorado su situación desde que tuvo el diagnóstico?

– Tener un diagnóstico me da tranquilidad y, sobre todo, que desde el punto de vista médico ya saben cómo actuar. El tratamiento que existe es hormonal, tomo hormonas todas las mañanas que detienen mi período menstrual y es algo que me afecta física y mentalmente. Hay mucho que avanzar en la endometriosis en cuanto a reconocimiento, tratamiento e investigación, que existen alternativas.

– ¿Qué ha significado esto para usted a nivel laboral?

– Mis dolores vienen principalmente por las mañanas y tengo turno de tarde, por lo que no me ha afectado en gran medida. Sin embargo, ha habido días de dolores horribles en los que no he podido trabajar y he tenido que tomarme uno o dos días de descanso. Y en general no he tenido problemas con este tema, ha sido valorado y respetado.

– Entonces, antes de la nueva ley ya había recibido la incapacidad temporal por ello.

– Sí, aunque antes se consideraba una enfermedad común y en este aspecto efectivamente ha cambiado, se reconoce como tal y la baja se cobra desde el primer día.

– Estas dolorosas patologías afectan a muchas mujeres pero sólo ha habido dos víctimas en diez meses en La Rioja…

– Creo que hay un poco de estigma, son enfermedades que llevamos mucho tiempo ocultando, tratamos de que no se note, decimos “bueno, me tomo un nolotil y sigo adelante”… Hay miedo a fracasar en el trabajo y al qué dirán.

– ¿Qué opinas de las críticas que hubo cuando se implementó la ley que reconocía las menstruaciones incapacitantes?

– Bueno, quien no lo sufre no lo siente. Se nota una falta de empatía, no saben lo que es vivir con este dolor, esta sensación extrema. La endometriosis se considera una de las veinte enfermedades más dolorosas.

 
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