En medio del achique del Estado, la administración de Javier Milei tomó la decisión de desmantelar el Plan Embarazo No Involuntario en Adolescentes, programa que en los 10 años que estuvo vigente logró reducir a la mitad las concepciones en ese grupo etario.
La medida fue cuestionada por especialistas que la consideran un enorme retroceso.
El anuncio oficial
“En el marco de las fiscalizaciones que está realizando el gobierno, en este caso en el Ministerio de Salud de la Nación… Se concretó el contrato con 619 consultoras por alrededor de 1,150 millones de pesos en el marco del rediseño del Plan Enia… ”, anunció el lunes el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en su habitual rueda de prensa.
Según publicación ClarínDesde el área de Ministerio indicaron que el plan seguirá funcionando pero la aplicación quedará en manos de las provincias.
“Como organismo nacional de salud, el Ministerio de Salud juega el papel rector que marca el rumbo y define las estrategias a seguir, mientras que las provincias tienen la responsabilidad de aplicarlas en sus respectivos territorios. Esto significa que, en este caso, si las provincias quieren continuar con los contratos antes mencionados, podrán hacerlo bajo su propia evaluación y solvencia”, indicaron.
Y agregaron: “El Ministerio de Salud de la Nación continuará con el desarrollo del Plan, a través de su rol rector y desde una perspectiva integral, a través del seguimiento, control y compra de insumos”.
Las fuentes detallaron que el plan dependerá de la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, hoy acéfala. No se proporcionaron datos sobre a qué se destinará el presupuesto.
¿Qué es el Plan Enia?
Pan Enia comenzó a diseñarse en 2016, impulsado por Cippec junto con el Cedes (Centro de Estudios de Estado y Sociedad), y fue liderado por el Ministerio de Desarrollo Social y específicamente por Senaf (Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia).
Se pensó porque era necesario articular las intervenciones que se habían distribuido en diferentes áreas del gobierno. La idea era integrarlos para reforzar su impacto”, explicó a Clarín Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).
“Los métodos anticonceptivos no llegaron a las adolescentes, básicamente porque se los daban en los hospitales y los adolescentes son población sana, no van al hospital. “Entonces la asesoría se hacía en las escuelas, donde están los adolescentes, y se iba a los barrios”, detalla. Al principio se implementó en doce provincias hasta llegar a todo el país, y el embarazo adolescente se redujo a la mitad”, resaltó, resaltando que “no implicó costos adicionales sino articular políticas que ya existían”.
Día Langou consideró que interrumpir el Plan “es una mala noticia en este contexto porque amplificará las desigualdades y acabará con las posibilidades de miles de niños por la desinformación”.
Por su parte, Silvina Ramos, socióloga, investigadora del CEDES y excoordinadora técnica del Plan, sostuvo que el desmantelamiento del Plan Enia “significa abandonar a las adolescentes, retirarles el apoyo que se les dio en los últimos cinco años para que tuvieran mejores oportunidades para finalizar sus estudios e incorporarse al mercado laboral en mejores condiciones. Significa también desmantelar una política pública ejemplar por su eficiencia, su buena relación costo-beneficio, ya que cada embarazo evitado sólo cuesta $60, su transparencia y su enorme impacto al reducir a la mitad la fecundidad adolescente en un tiempo récord. Las niñas que sufren abusos también serán abandonadas”.
Los resultados del Plan Enia
Las últimas estadísticas arrojan 46.236 nacimientos entre adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.394 entre niñas menores de 15 años. El Plan Enia consiguió reducir a la mitad los embarazos adolescentes.
Cuando comenzó a implementarse, habían nacido en el país 704.609 niños y niñas, de los cuales el 13% (94.079) eran hijos de adolescentes menores de 20 años y 2.493 de niñas menores de 15 años.
Trabajar para reducir el embarazo adolescente es una política pública en casi todos los países del mundo.
Especialistas destacan que el Plan Enia es un ejemplo de política pública para América Latina y el Caribe.
