Un problema que no distingue fronteras

En el concepto de Desarrollo Sostenible se articulan factores de diversa índole, en la medida en que se intenta compatibilizar el crecimiento económico y el desarrollo social con políticas específicas que apuntan a la gestión y protección del medio ambiente.

Los desafíos en esta materia son cada vez mayores, más complejos y numerosos. Al mismo tiempo, la resolución de problemas “urgentes”, las dificultades para proponer políticas de largo plazo y las desigualdades sociales hacen que los resultados obtenidos en sostenibilidad sean muchas veces insuficientes.

Ante este panorama, es necesario que como sociedad nos dediquemos a solucionar con seriedad y rigor los problemas planteados, asumiendo un compromiso a escala global, tanto del sector público como del privado. Son acciones que involucran múltiples aspectos, y uno de los más relevantes es la educación, específicamente la educación ambiental y la educación para el Desarrollo Sostenible.

En la historia de nuestro planeta el ser humano apareció tarde, pero ha podido modificarla de manera notable a través de sus actividades. Gracias a sus peculiares habilidades físicas y mentales, el homo sapiens pudo escapar de las limitaciones ambientales que limitaban a otras especies y logró modificar su entorno para adaptarlo a sus necesidades.

Es evidente que este proceso desembocó en uno de los mayores problemas que hoy pone en jaque, por un período desconocido, la existencia misma de la especie en la Tierra. Es el problema de la contaminación del medio ambiente y de los ecosistemas que hacen posible las diferentes formas de vida en el planeta. El significado del término “contaminar” se refiere a poner en peligro la salud de los seres humanos y otras especies, deteriorando los recursos naturales y ecosistemas, así como los bienes materiales.

Se entiende por “contaminante” toda sustancia que llega a nuestro medio ambiente por vía atmosférica, acuática o terrestre y que impide o perturba la vida de los organismos, o produce efectos nocivos sobre los materiales y el propio medio ambiente. Entre otros, los metales pesados, los hidrocarburos aromáticos policíclicos y los compuestos orgánicos volátiles son contaminantes cuando se encuentran en dosis superiores a las aceptadas por los órganos de control y la legislación pertinente.

La contaminación se puede prevenir mediante el uso de procesos, prácticas, materiales y productos que la eviten, reduzcan o controlen. Esto puede incluir, por ejemplo, reciclaje, tratamiento de residuos, cambios de procesos, mecanismos de control, uso eficiente de recursos y sustitución de materiales nocivos.

Sin embargo, es un hecho que cada día aumenta la contaminación del suelo, el agua y el aire, que son los soportes sobre los que se basan todos los fenómenos vitales que se desarrollan en nuestro planeta.

La formación del suelo es el resultado de una serie de procesos fisicoquímicos y biológicos sobre el medio rocoso original, y está formado por una mezcla de partículas minerales, materia orgánica, aire y una solución acuosa. Se considera suelo contaminado cuando su calidad ha sido alterada como consecuencia del vertido directo o indirecto de residuos o productos peligrosos. Puede aparecer como consecuencia de actividades industriales, agrícolas o de servicios, y provoca riesgos directos.

Por su parte, la atmósfera, además de filtrar la radiación solar y mantener la temperatura de la Tierra para hacer posible la vida, es la que recibe las emisiones procedentes de la combustión y otras actividades que se originan en el hombre, y que modifican su composición. Aunque el aire tiene mecanismos naturales de limpieza, en ocasiones la concentración de estos contaminantes es tan alta que la atmósfera no puede eliminarlos. La contaminación del aire, debida a causas físicas o químicas, constituye un problema importante para la mayoría de las ciudades del mundo y, a menudo, adquiere dimensiones regionales.

Respecto al agua, si bien se sabe que cubre el 70% del planeta, es un recurso escaso, pues sólo el 3% del total es agua dulce. De ese porcentaje mínimo, el 79% está almacenado en forma de hielo en los casquetes polares y glaciares, el 20% está formado por aguas subterráneas y el resto es agua superficial. En otras palabras, el agua dulce potable representa el 0,008% del agua de la Tierra.

La contaminación de este recurso, generalmente causada por el hombre, es una modificación de su calidad que lo hace inadecuado o peligroso para el consumo humano, la industria, la agricultura, la pesca y las actividades recreativas, así como para los animales domésticos y la vida natural. Los contaminantes pueden ser físicos, químicos y biológicos, como compuestos químicos inorgánicos y orgánicos, aceites, hidrocarburos, nitratos, fosfatos, bacterias y hongos.

Los efectos negativos de la contaminación del suelo, el aire y el agua pueden prevenirse o mitigarse con una gestión ambiental adecuada. Actuar a nivel de prevención es lo más adecuado, utilizando diversas técnicas para cada sustrato.

Capacitarse en aspectos ambientales específicos.

Para quienes deseen dedicarse a abordar este problema, lograr una adecuada formación de posgrado es fundamental. En Rosario, la Universidad Católica de Santa Fe y la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano se unieron para ofrecer una Maestría en Sostenibilidad Ambiental de dos años de duración, acreditada por la CONEAU. La dirección de la carrera que comenzará en el mes de agosto está a cargo del Dr. Ignacio Daniel Coria.

Es una propuesta educativa con un enfoque amplio, interdisciplinario, holístico e inclusivo. El egresado estará capacitado para coordinar equipos interdisciplinarios que estudien el impacto ambiental. Será capaz de identificar, diagnosticar e implementar soluciones a los problemas ambientales detectados, así como diseñar programas de sostenibilidad ambiental para instituciones, empresas, organismos oficiales, etc. para el máximo aprovechamiento de los Recursos Naturales.

Para mas informacion contacte [email protected] / [email protected], o vía telefónica al 0342 4603030 ext. 121.