el caso del primer secuestro de un cadáver en Argentina – Diario El Ciudadano y la Región – .

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el caso del primer secuestro de un cadáver en Argentina – Diario El Ciudadano y la Región – .

Aquella tarde del 27 de junio de 1881 fue especialmente fría en Buenos Aires. Florentino Muñiz, un español polifacético, formó parte de la organización Los caballeros oscuros, encabezado por el belga Alphonse Kerckhove de Peñaranda. Muñiz había decidido tomar un café en un bar y, mientras leía el diario vespertino, sus ojos se toparon con la crónica y una idea hasta entonces impensable: secuestrar el cuerpo de la mujer más rica del país en ese momento, Doña Inés Indart Igarzábal de Dorrego. del Cementerio de la Recoleta.

Comenzó así una trama sin precedentes en la historia y orígenes del crimen en Argentina, en manos de la primera banda de secuestradores del país. Sobre este caso policial que mantuvo en vilo y escandalizada a la sociedad argentina de finales del siglo XIX, escribe Daniel Balmaceda en su último libro, Los caballeros oscuros.

El periodista, miembro de la Academia Argentina de la Historia y uno de los mayores divulgadores del país, cuenta la increíble -y fascinante- historia de un grupo de inmigrantes europeos que integran una banda criminal, que actuaba de noche, camuflándose durante el día. (y con reglamento propio), quien incluso robó un cadáver de la familia Dorrego para pedir rescate.

Luego de bestsellers como Grandes relatos de la cocina argentina, Historias de la Belle Époque argentina y Sarmiento, Balmaceda se anima a probar por primera vez el género narrativo histórico y vuelve a convertirse en uno de los libros que lidera los rankings de ventas desde sus inicios. . publicación. La historia que toca Balmaceda se convierte en oro. “Los Caballeros Oscuros es una narrativa policial histórica, pero es un paso intermedio hacia la novela”, dice Balmaceda en diálogo con Noticias Argentinas, y explica los motivos: “Es un hecho real, que ocurrió en 1881, y donde cada uno En estos eventos participó el miembro de la banda que aparece en el libro. La novela es un género muy atractivo y, al mismo tiempo, alejado de la no ficción, donde podemos darnos el gusto de generar ambientes, escenarios, personajes y situaciones”.

El libro, que se publica por primera vez simultáneamente en Argentina, América Latina y España, es producto de más de cinco años de investigación, a partir de todo tipo de material: “Es un caso policial fascinante y por eso me pareció “Para mí fue una excelente oportunidad para enriquecer el ambiente con datos ilustrativos de la época y provocar en el lector una escenografía completa de estos hechos”, añade el autor.

Los Caballeros Oscuros recrea un período crucial de la Historia Argentina, a finales del siglo XIX en Buenos Aires, marcado por importantes transformaciones políticas, sociales y económicas. La presidencia de Roca, la creación de la Policía Federal, encabezada por Marcos Paz, y las descripciones y detalles de los palacios donde residían las familias adineradas de la ciudad, son elementos que sitúan al lector en el ambiente de la época. El libro tiene el sello del autor: capítulos que conducen a una lectura encadenada e hipnótica.

“El policía hace un esquema muy completo de una sociedad”, define Balmaceda, en línea con una idea que supo expresar el escritor y periodista rosarino Reynaldo Sietecase cuando dijo que “una sociedad se muestra en un policía”. como en ningún otro género”. . Y agrega: “La delincuencia policial es un género que involucra acción, en muchos casos, acciones en la calle, diferentes personalidades, diferentes clases sociales, conductas erróneas”.

¿Cómo lograron sacar el féretro de la mujer más rica del país del Cementerio de la Recoleta? ¿Dónde lo escondieron? ¿Qué pedían como rescate? Estas son algunas preguntas que guían la narrativa de The Dark Knights. Y, una pregunta fundamental: ¿Cuáles fueron las estrategias para evadir a la recién creada Policía Capitalina? Un plan más atrevido y con la víctima perfecta.

Una banda “confiable”

Tres italianos, dos franceses, un griego y un argelino, encabezados por un belga, Alphonse Kerckhove de Peñaranda, y un español, Florentino Muñiz. Así se formó la insólita banda de secuestradores, “Los Caballeros de la Noche”, que protagoniza el nuevo libro del periodista argentino.

El nombre no es casual por varias razones. El nombre, según explica Balmaceda a NA, se inspiró en la novela policíaca francesa Les chevaliers de la nuit, de Pierre-Alexis Ponson du Terrail -conocido por la creación del famoso personaje Rocambole-. “Los Caballeros de la Noche fue una banda que se formó en Buenos Aires a principios de 1881 con la intención de delinquir y trascender en sus acciones, al punto de convertirse en la banda más reconocida de la región”, dice Balmaceda.

Al mismo tiempo, hace referencia a la novela del mismo nombre y a un aspecto más del misterioso nombre de la banda: “Su nombre fue tomado de una novela francesa, pero implicaba algo más: que durante el día todos tenían trabajos regulares, como camarero, proveedor de farmacia. , administrativos, pero por la noche se convertían en la banda de delincuentes. “Su gran golpe fue el secuestro del cuerpo de la mujer más rica de ese momento”.

El libro muestra esta doble cara: ciudadanos de día como cualquier otro, trabajadores y honestos; Por la noche todo se volvió clandestino. “Los Caballeros de la Noche” practicaron el anonimato y el nombrar por números, similar a lo que ocurre en la serie La casa de papel o la película Perros de la calle.

Este grupo tenía otra peculiaridad: estaba integrado exclusivamente por inmigrantes, no se aceptaban argentinos. ¿Porque? Según el libro, Kerckhove de Peñaranda y Muñiz, los líderes, no confiaban en los argentinos porque no eran dignos de confianza. Incluso generaron un código de conducta para sus integrantes, que constaba de 13 máximas, entre las que se encontraba una de las más sorprendentes: “Cállate siempre con quién tienes que callar y sobre qué tienes que callar. Misterio, secreto y silencio, en todo, para todo y con todos”.

El libro de Balmaceda narra este fascinante caso policial en cuatro partes, sin embargo, la gran pregunta es cómo esta banda logró lograr el primer secuestro de un cadáver. Inteligencia, detalle, estrategia y saber aprovechar las oportunidades.

Un secuestro que no fue el último

Al leer Los caballeros oscuros y los detalles del secuestro de Doña Inés Indart Igarzábal de Dorrego, se hacen ineludibles las relaciones con otros secuestros que cambiaron la Historia Argentina. Por ejemplo, el secuestro del cuerpo de Eva Perón en 1955, luego del golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón. En junio de 1987, otro hecho generó una gran conmoción en Argentina: ladrones ingresaron al mausoleo donde estaba enterrado Perón, en el Cementerio de Chacarita, abrieron el ataúd y cortaron las manos del líder peronista.

Si bien estos episodios históricos resuenan en la lectura, Balmaceda separa el caso policial sobre el que escribe en su nuevo libro cuando dice que “Los Caballeros Oscuros no tiene una relación directa con los casos mencionados porque no es una acción política; “Es una acción puramente policial, independientemente de las posiciones políticas distintas a las que integraron Los Caballeros Oscuros”.

Y continúa: “Es un grupo de inmigrantes que decidieron en Argentina en 1881 formar una banda y generar un gran golpe criminal que los hiciera millonarios y el plan era secuestrar un cadáver del cementerio de la Recoleta, lo cual fue una situación escandalosa. . y sensacional, palabra que no se usó en ese momento, pero que describe perfectamente esa noticia”.

En Los caballeros oscuros hay otro hecho significativo: la creación de la Policía de la Ciudad, al mando de Marcos Paz. “Marcos Paz y sus comisionados eran admiradores del trabajo de Scotland Yard. La peculiaridad de la policía inglesa era que trabajaban en investigaciones policiales. Hasta ese momento habían sido muy precarios, más producto de la intuición, pero Scotland Yard trabajó de una manera más científica y más pintoresca”, explica Balmaceda sobre la relación entre la flamante policía bonaerense y la inglesa.

Como señala el autor, en algunos casos, los detectives, para realizar su tarea, se quitaban los uniformes y vestían trajes que los camuflaban y que eran copiados por nuestra policía. El mismo tomó como referencia la fuerza a cargo de Marcos Paz y que se detalla en el libro.

“Nuestros propios comisarios aparecieron disfrazados en casas de juego, burdeles y también en la tarea de resolver este caso. Eso le dio una apariencia atractiva para los lectores de crónicas policiales, que empezaban a tener ese estilo de narración más detectivesco”, dice Balmaceda.

El mapa del crimen

En Los caballeros de la noche, Balmaceda construye una suerte de recorrido por la Ciudad de Buenos Aires del 188 y se convierten en otro plato fuerte de su nuevo libro.

“Las ubicaciones geográficas tienen un atractivo en la historia real de The Dark Knight porque involucran muchos puntos de la Ciudad de Buenos Aires que permanecen o son muy reconocidos hoy, incluso en el aspecto turístico, como el Cementerio de la Recoleta, donde tuvo lugar el secuestro. lugar”, dice Balmaceda.

El divulgador de Historia da una clave de cuál fue el mayor detalle que facilitó el secuestro del cuerpo, eje de su libro, en la conversación con NA. “En ese momento, en los meses en que se desarrolla la historia, el cementerio estaba siendo remodelado y, como lo vemos hoy, es producto de ese trabajo de renovación y remodelación”. Ese pequeño -gran- detalle facilitó el trabajo de la banda de secuestradores.

Pero el viaje que propone el libro no termina ahí. A pocos metros del Teatro Colón se encontraba el Palacio Miró, lugar donde Inés Dorrego, viuda de Mariano Miró e hija de la mujer cuyo cuerpo fue secuestrado, recibió la noticia.

“El Departamento de Policía también es muy importante porque todo el trabajo de la fuerza comandada por Marcos Paz, el primer jefe de la Policía Capitalina, se concentró allí, al lado de la Intendencia porteña, al lado de la Catedral”, señala Balmaceda y suma otro punto en el mapa porteño de finales del siglo XIX: la –hoy inexistente– estación de tren Alem (y Bartolomé Mitre), en los bajos del centro de la ciudad, a pocos metros de la Casa de Gobierno.

Las otras locaciones que componen esta cautivadora historia, de ritmo enigmático y thriller policial, son la estación Barrancas de Belgrano y el Hipódromo de Buenos Aires y el Parque Lezama.

“Lee el archivo, dos veces si quieres. Luego, guárdalo en un cajón y deja que tu imaginación te guíe”, aconsejaba a Balmaceda el escritor y exdirector de la Biblioteca Nacional Juan Sasturain, cuando Los Caballeros Oscuros eran un sueño ficticio. La imaginación, finalmente lo guió, y hoy le toca al lector seguir el camino.

 
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