Apuntes sobre Fidel Castro y el desarrollo del libro en Cuba – .

Apuntes sobre Fidel Castro y el desarrollo del libro en Cuba – .
Apuntes sobre Fidel Castro y el desarrollo del libro en Cuba – .

Bajo el sello de la Editorial Letras Cubanas y en formato digital, el libro fue publicado en 2023. Fidel y la industria editorial cubana: una Revolución desde las letras. Sus autores, los profesores de la Universidad de La Habana Francisca López Civeira y Fabio E. Fernández Batista, hacen realidad -como dice la nota al lector- el pedido del presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez, de un texto capaz de de presentar la dimensión de Fidel Castro como principal impulsor del desarrollo editorial y de la lectura en Cuba tras el triunfo revolucionario. Ambos emprendieron la investigación de una faceta conocida pero a la vez poco estudiada del líder de la Revolución Cubana, empeño en el que también recibieron el aliento del fallecido Hermes Moreno, director de la Editorial Nuevo Milenio.

El libro se basa en una presentación del panorama editorial cubano y la capacidad lectora de la población cubana a mediados del siglo XX. El analfabetismo, prevalente especialmente en las zonas rurales, el bajo nivel educativo evidenciado por las tasas de deserción escolar, así como un pequeño y lucrativo grupo de editores se convirtieron en obstáculos para el acceso masivo a los libros en un escenario de desempleo y bajos ingresos. para ciertos segmentos de la población. No se puede perder de vista que estos fenómenos, evidencia también de la crisis estructural de la república neocolonial burguesa, fueron resultado natural de la ausencia de políticas públicas sólidas en materia de educación y cultura.

Esta situación, generalmente llamada “el problema de la educación”, fue presentada por Fidel Castro en La historia me absolverá como uno de los temas fundamentales cuya transformación pretendía transformar la Revolución. En documentos programáticos posteriores, como el Manifiesto No.1 del Movimiento 26 de Julio al Pueblo de Cuba y el Manifiesto de la Sierra Maestra, hay alusiones a la necesidad de promover el desarrollo educativo, mientras que experiencias en la lucha insurreccional como la del Departamento de Educación del Segundo Frente Oriental Frank País muestran preocupación por este tema.

El interés de Fidel Castro por ampliar el nivel de educación del pueblo, tanto como base para el fomento de la lectura como como medio para su avance intelectual y espiritual, se puede constatar en múltiples intervenciones en los albores del gobierno revolucionario, de las cuales se destacan cita algunos fragmentos del libro y que se resume en la expresión: “no le decimos al pueblo: ¡cree! Le decimos: ¡lee!”

La victoria del 1 de enero de 1959 abrió enormes posibilidades para la realización de estas aspiraciones y la creación de la Imprenta Nacional, en medio de un surgimiento de instituciones culturales que siguió a la victoria, fue expresión del futuro que se estaba configurando para el universo editorial y la lectura, de la mano también de un gigantesco esfuerzo educativo y una disminución del precio de los libros. El número de editoriales y circulaciones, así como la variedad temática, se ampliaron durante la década de 1960 en correspondencia con la formación de un público progresivamente educado y con altas expectativas, así como con las exigencias motivadas por el creciente desarrollo científico y educativo del país. Un ejemplo de ello fueron las Ediciones Revolucionarias, un proyecto que surgió en 1965 y que pretendía cubrir las necesidades bibliográficas en el ámbito universitario.

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NOTAS SOBRE FIDEL CASTRO Y EL DESARROLLO DEL LIBRO EN CUBA

Por: Alejandro Sánchez / Imagen: Cortesía de Editorial Letras Cubanas

12/06/2024

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Por: Alejandro Sánchez / Imagen: Cortesía de Editorial Letras Cubanas

12/06/2024

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Por: Alejandro Sánchez / Imagen: Cortesía de Editorial Letras Cubanas

12/06/2024

NOTAS SOBRE FIDEL CASTRO Y EL DESARROLLO DEL LIBRO EN CUBA

Por: Alejandro Sánchez / Imagen: Cortesía de Editorial Letras Cubanas

12/06/2024

NOTAS SOBRE FIDEL CASTRO Y EL DESARROLLO DEL LIBRO EN CUBA

Por: Alejandro Sánchez / Imagen: Cortesía de Editorial Letras Cubanas

12/06/2024

Bajo el sello de la Editorial Letras Cubanas y en formato digital, se publicó en 2023 el libro Fidel y la industria editorial cubana: una revolución desde las letras. Sus autores, los profesores de la Universidad de La Habana Francisca López Civeira y Fabio E. Fernández Batista, hacer realidad -como señala la nota al lector- el pedido del presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez, de un texto capaz de presentar la dimensión de Fidel Castro como principal motor del desarrollo editorial y de la lectura. en Cuba después del triunfo revolucionario. Ambos emprendieron la investigación de una faceta conocida pero a la vez poco estudiada del líder de la Revolución Cubana, empeño en el que también recibieron el aliento del fallecido Hermes Moreno, director de la Editorial Nuevo Milenio.

El libro se basa en una presentación del panorama editorial cubano y la capacidad lectora de la población cubana a mediados del siglo XX. El analfabetismo, prevalente especialmente en las zonas rurales, el bajo nivel educativo evidenciado por las tasas de deserción escolar, así como un pequeño y lucrativo grupo de editores se convirtieron en obstáculos para el acceso masivo a los libros en un escenario de desempleo y bajos ingresos. para ciertos segmentos de la población. No se puede perder de vista que estos fenómenos, evidencia también de la crisis estructural de la república neocolonial burguesa, fueron resultado natural de la ausencia de políticas públicas sólidas en materia de educación y cultura.

“No le decimos al pueblo: ¡cree! Le decimos: ¡lee!” Imagen: Tomada de Internet.

Esta situación, generalmente llamada “el problema de la educación”, fue presentada por Fidel Castro en La historia me absolverá como uno de los temas fundamentales cuya transformación pretendía transformar la Revolución. En documentos programáticos posteriores, como el Manifiesto No.1 del Movimiento 26 de Julio al Pueblo de Cuba y el Manifiesto de la Sierra Maestra, hay alusiones a la necesidad de promover el desarrollo educativo, mientras que experiencias en la lucha insurreccional como la del Departamento de Educación del Segundo Frente Oriental Frank País muestran preocupación por este tema.

El interés de Fidel Castro por ampliar el nivel de educación del pueblo, tanto como base para el fomento de la lectura como como medio para su avance intelectual y espiritual, se puede constatar en múltiples intervenciones en los albores del gobierno revolucionario, de las cuales se destacan cita algunos fragmentos del libro y que se resume en la expresión: “no le decimos al pueblo: ¡cree! Le decimos: ¡lee!”

La victoria del 1 de enero de 1959 abrió enormes posibilidades para la realización de estas aspiraciones y la creación de la Imprenta Nacional, en medio de un surgimiento de instituciones culturales que siguió a la victoria, fue expresión del futuro que se estaba configurando para el universo editorial y la lectura, de la mano también de un gigantesco esfuerzo educativo y una disminución del precio de los libros. El número de editoriales y circulaciones, así como la variedad temática, se ampliaron durante la década de 1960 en correspondencia con la formación de un público progresivamente educado y con altas expectativas, así como con las exigencias motivadas por el creciente desarrollo científico y educativo del país. Un ejemplo de ello fueron las Ediciones Revolucionarias, un proyecto que surgió en 1965 y que pretendía cubrir las necesidades bibliográficas en el ámbito universitario.

“El número de editoriales y circulaciones, así como la variedad temática, se expandieron durante la década de 1960, en correspondencia con la formación de un público progresivamente educado…”

La actuación del Instituto del Libro, creado en 1966 y rebautizado como Instituto Cubano del Libro al año siguiente, la estructuración de una red de editoriales temáticas y el desarrollo de capacidades productivas para producir impresiones millonarias recibieron la atención directa del Comandante en Jefe. , quien expuso las concepciones de estos procesos y mostró interés por el plan de publicación, incluso recomendando títulos. A partir de 1982, con carácter bienal hasta 1998, se realizaron las primeras Ferias Internacionales del Libro en La Habana con el fin de promover la lectura. Los grandes logros en el campo editorial –gracias a una situación económica y una política gubernamental más favorables– sufrieron una severa contracción con la crisis que resultó del colapso del socialismo real.

En medio de las difíciles circunstancias del Período Especial, Fidel no dejó de comunicar en distintos espacios sus ideas sobre los libros que debían publicarse para que la gente se apropiara de una cultura general y hiciera un balance del desarrollo editorial de las décadas precedentes, al tiempo que Supervisó personalmente las estrategias de recuperación del sector. La palpable aunque insuficiente recuperación de la economía a principios del siglo XXI le permitió poner en práctica algunos de estos sueños a través de los programas Batalla de Ideas, en los que la producción editorial creció significativamente para apoyar el Sistema de Ediciones Territoriales, iniciativas como la Universidad de Todos los cursos televisivos y las proporciones que alcanza un evento como la Feria Internacional del Libro.

Las normas jurídicas fundacionales de la industria editorial revolucionaria y los testimonios recogidos por los autores se incluyen en el libro como anexos. La inclusión de voces testimoniales permite a los lectores interactuar directamente con la historia sobre distintos momentos del mundo editorial cubano y la preocupación de Fidel Castro por su expansión. Al final del libro aparecen breves entrevistas con Ambrosio Fornet, Isabel Monal, Juanita Conejero, Rolando Rodríguez, Cira Romero, Juan Nicolás Padrón, Hassan Pérez, Omar González, Iroel Sánchez y Fernando Rodríguez Sosa. Es de destacar cómo los testimonios de Rolando Rodríguez, presidente fundador del Instituto del Libro, y de Iroel Sánchez, su líder durante la Batalla de Ideas, nos muestran la atención que Fidel prestó a la industria editorial cubana en sus dos momentos más importantes.

Con este libro, Francisca López Civeira y Fabio E. Fernández Batista nos ofrecen un valioso acercamiento a la comprensión que tenía un lector voraz como Fidel Castro de la importancia de promover el libro y la lectura como medio de apropiación del conocimiento y la formación. de una conciencia. La industria editorial de la que ha sido artífice se ha convertido así en uno de los ejes de la labor cultural del socialismo cubano.

Tomado de La Jiribilla

Foto de portada: Roberto Chile

 
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