La cocinera Pepa Muñoz vierte en un libro su “Puchero de verdades”

La cocinera Pepa Muñoz vierte en un libro su “Puchero de verdades”
La cocinera Pepa Muñoz vierte en un libro su “Puchero de verdades”

Pilar Martín.

Madrid, 14 jun (EFE).- La cocinera madrileña Pepa Muñoz es “huerta, dedicación, sencillez y sensibilidad”, lema de su cocina y de su vida personal, dos facetas que se fusionan en ‘Un caldero de verdades’, una especie de biografía donde se abre para contar su historia.

Cuando hace 21 años Muñoz (Madrid, 1969) abrió su restaurante, El Qüenco de Pepa (Madrid), lo pasó “fatal” porque cuando todo el mundo hablaba de “vanguardia” lo que salía de su cocina eran pisto, sabrosos. tomates o esparragadas de espinacas: “y eso sí que es vanguardia”, ríe en una entrevista con EFE con motivo de la publicación de este libro (Espasa).

“Hay una Pepa que siempre ha sido muy pionera, abriéndonos muchas puertas y muchos caminos, tanto en la cocina como en su vida personal (está casada con su ‘pareja’ Mila Nieto, con quien tiene dos hijas), en En la cocina elegí mi cultura, mi identidad era seguir la tradición y cuando abrí Qüenco todo era vanguardia, la pasé bastante mal pero ahora la tradición es vanguardia”, afirma.

Amiga de sus amigos, Muñoz nos desvela en este libro el universo en el que se movía siendo niña y adolescente, cuando su padre, tras ser chófer de la familia Oriol, se hizo cocinero en la Casa de Córdoba y luego abrió Casa Pepe ( ambos en Madrid); pero también cuando le ayudaba en lo que hoy se conoce como catering, aunque la cocinera prefiere llamarlo “hospitalidad al aire libre”.

Y fue ayudando a su padre en esta labor cuando conoció a la cineasta Pilar Miró durante el rodaje de ‘El Crimen de Cuenca’, una artista que le regaló una bicicleta a Muñoz.

Junto a Miró, la lista de amigos y conocidos de la chef es amplia y diversa, desde mujeres a las que “admira”, como María Jiménez o Amparo Muñoz, hasta otros nombres como los hermanos Cadaval, Jesús Gil, Fernando Fernández Tapias, Naty Abascal. o José María García.

Clientes que con el tiempo se sumaron a esta lista de amistades hechas gracias a su buen hacer en la cocina, donde las verduras son las grandes protagonistas, ya que esta madrileña con corazón de rociera (sus padres eran sevillanos y cordobeses) tiene la suya propia. jardín.

Pero, deja claro en el libro, hay un amigo que destaca por encima de todos, el cocinero José Andrés, su “hermano” y que marca un “antes y un después” en su vida.

“Si bien habíamos realizado muchas veces acciones solidarias hasta la pandemia, la solidaridad no nació como bandera. José es una persona que siempre quieres tener a tu lado, somos gemelos separados al nacer (…) lo que nos une son nuestras familias, ellas están muy presentes en nuestros negocios. Mis hijas estudian pero colaboran en el restaurante, les hemos enseñado que en esta vida hay que trabajar”, ​​destaca.

Trabajar, trabajar y trabajar, porque esta es la clave del éxito de Muñoz: “He trabajado la suerte, pero lo que pasa con la suerte, como dice Mila, es que hay buena suerte cuando te toca la lotería, pero la mala suerte es que tocas el cáncer”.

En un libro donde también regala algunas de sus grandes recetas, como el pisto con huevo o el bacalao confitado, Muñoz destaca el salmorejo como la receta que representa su infancia, o aquel melón y jamón que “siempre se servía en los banquetes”. .

Además, y por si alguien aún no lo sabe, en estas páginas la cocinera revela su otra faceta, la de cantante, hasta el punto de que siendo niña los clientes de su padre le decían: “Pepa, súbete al banco y canta’. Los campanilleros’”. EFE

pmv/lml

 
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