Sánchez, un autócrata de manual y sus mentiras sinceras

Sánchez, un autócrata de manual y sus mentiras sinceras
Sánchez, un autócrata de manual y sus mentiras sinceras

Pedro Laín Entralgo escribió en su ensayo titulado Esperanza en tiempos de crisis (Galaxia Gutenberg. 1993) que cuando estos explotan producen “desorientación y confusión en la mayoría de los hombres educados, lo que en algunos puede provocar angustia, exasperación, desesperación o simple amargura”. Y ayer cientos de miles de ciudadanos experimentaron esos sentimientos y, además, se consideraron engañado y utilizado por Pedro Sánchez. Y eso era, claramente, lo que pretendía el presidente del Gobierno con su obscena estratagema: en quiebra en algunos casos y dominante en otros el espíritu de sus adversarios, advierte su propia soberbia para que sigan estando en estado de esclavitud intelectual y amenazar inequívocamente a jueces y medios de comunicación de comunicación crítico con la anomalía democrática que representa.

Emociones y mentiras

Toda la farsa que ha representado durante estos últimos cinco días encaja perfectamente con la reflexión del distinguido Stefan Zweig según la cual “uno de los rasgos más singulares de las personalidades histéricas o con tintes histéricos es su capacidad de mentir sorprendentemente bien, pero no sólo a los demás, sino también a ellos mismos. Lo que quieren que sea verdad se vuelve verdad para ellos y, por lo tanto, mienten de la manera más peligrosa: con absoluta sinceridad”. ( La verdad nunca es vana. Recopilación de aforismos de autor recogidos por Juan Parra. Publicación del alfabeto. 2024)

El primer rasgo del autócrata es alteración del estado de ánimo colectivo en los términos explicados por Laín Entralgo y el segundo es lograr ese objetivo mintiendo como reflexiona Zweig. Todo autócrata es un manipulador emocional mediante la falsedad. Por eso hay dos imperativos en este momento: plantearse en términos democráticos enfrentando la tentación de una resignación desesperada y revelando el engaño amparado por una dialéctica increíblemente victimista.

La polarización como modelo de negocio

Antes de Adulación norcoreana al líder -que es también síntoma de autocracias formalmente democráticas- se requiere, por un lado, serenidad y, por otro, lucidez. Sin eso y sin éste no sería posible entender del todo lo que está pasando en España desde que el 23 de julio Sánchez abrazó a los independentistas y a la extrema izquierda para seguir en el poder, renunciando a sus compromisos electorales. Porque él no cambia de opinión, miente. Lo ha hecho de manera evidente e incontestable en Un episodio en el que ha instrumentalizado a su partido. de un modo especialmente patético, apoyado por cientos de “abajo firmantes” que se tienen a sí mismos en muy poca estima. Faltan, es de temer, lectura imprescindible: Frente al poder por Martín Barón (La Esfera de los Libros. 2024) exdirector de El Correo de Washington durante la presidencia de Donald Trump.

Ciudadanos reacciona a la decisión de Sánchez: “No dimite, pero juega al escondite”

Su “carta a los ciudadanos” era completamente falsa, como lo demostró su discurso de ayer. Él era el epílogo de un capítulo de impotencia iniciar otro de arbitrariedades. Una nueva etapa que supone “limpieza” (sic) de cualquier control y contrapeso. Y en el que se consumará la estrategia de poder más perniciosa de este siglo: la polarización como modelo de negocio del político profesional y ambicioso.

El nuevo rol de Begoña Gómez

Por tanto, se cambiarán las mayorías cualificadas para elegir a los miembros del Consejo General del Poder Judicial y dominarlo y, como en el franquismo, el Jurados de ética profesional examinarán a los medios disidentes y ahogarlos reputacional y financieramente. Y se acudirá a un modelo fáctico confederal que intenta perpetuar al socialista en el poder. Para que no falte nada, Sánchez, tanto en la carta como en la intervención de ayer, Se refirió repetidamente a su esposa.Begoña Gómez, adquiriendo así un patrón más de las autocracias en las que cónyuges y familiares (como la esposa de Daniel Ortega en Nicaragua, Melania, la esposa de Trump en Estados Unidos o la hermana de Milei en Argentina) Desempeñan un papel cuasi institucional de carácter emotivo.

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Alejandro Requeijo

El Teatralización de la fase de resolución de tu reflexión. Ha sido especialmente grave. No sólo ha exasperado con el silencio lo que queda del PSOE, sino que, en un alarde de impertinencia, Ha utilizado al Rey. Digámoslo claro: no acudió a la Zarzuela para dar cuenta de su “carta a los ciudadanos” sino para introducir una dosis adicional de ansiedad para componer un final supuestamente sorprendente. Con Felipe VI trata por nada, porque si nada cambió, ¿para qué ir a la Zarzuela, un lugar que rara vez frecuenta y, para colmo, corregir al Secretario de Estado de Comunicación y rectificar la hora anunciada de su comparecencia? Efectismo que trivializa la institución (y el que implica en su trampa y que se deja implicar) y que alberga un propósito excesivamente traslúcido. La Corona va en el lote.

Sánchez, causa y síntoma

Algunas notas inevitables. Los autócratas, desde Trump hasta Orban, pasando por López Obrador y similares, han establecido un paradigma de la normalidad frente a su arbitrariedad, de tal manera que se espera de ellos lo que ofrecen y decaen las auténticas expectativas democráticas. Los autócratas garantizan como primer objetivo la quiebra del Poder Judicial y, de inmediato, la de los medios de comunicación, amparados hasta ahora por las libertades madre de cualquier democracia, que son las de expresión y prensa. Y por último, autócratas como Sánchez son una causa, pero también síntoma de una sociedad que, llena de problemas, se entrega acríticamente a estos ‘hombres de acción’, a estos ‘cirujanos de hierro’ que son los que, finalmente, marcan la decadencia de las democracias liberales y el inicio y desarrollo de las iliberales en las que ya existir. viven países de antiguo linaje democrático.

Es el signo de los tiempos. Y España no se abstrae de esta sugerencia autoritaria. Así hemos llegado a Sánchez, más ridículo que hace cinco días además más débiles y más vulnerables, y por lo tanto más peligrosos. Estamos en un juego de pollo. Y el afligido se debilita. Aquí ni aflicción ni pereza.

 
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