¡Guerra en la mesa de noticias literarias! – .

¡Guerra en la mesa de noticias literarias! – .
¡Guerra en la mesa de noticias literarias! – .

VALENCIA. Cualquier sinvergüenza que se pase habitualmente por esos lugares llamados ‘librerías’ se habrá topado inevitablemente con una tendencia que recorre el mercado editorial desde hace años: La dictadura de la novedad. Cada pocas semanas las estanterías se inundan de títulos recién salidos de la prensa que desplazan sin piedad a aquellos familiares que fueron publicados unos meses antes. Este fenómeno se repite a lo largo de todo el calendario, pero es especialmente fácil de identificar alrededor del 23 de abril, Día del Libro. Es entonces cuando la sed de lo inmediato que rige tantos ámbitos de nuestra vida se muestra en todo su esplendor también en el universo lector.

Y este constante encadenamiento de títulos rima perfectamente con la velocidad de la existencia contemporánea: todo tiene que suceder ahora, todo se vuelve obsoleto en poco tiempo, todo debe ser tragado (y descartado) lo más rápido posible. Cuanto más y cuanto antes, mejor. En el caso del libro-galaxia, esta voracidad está marcada por un ecosistema dominado por grandes grupos editoriales que lanzan volúmenes al mercado sin cesar. Ante este frenético conglomerado, los editores independientes intentan encontrar resquicios para garantizar la visibilidad (y viabilidad) de sus propios títulos. Con este tablero de juego, de Culturaplaza Nos preguntamos si es posible plantar cara a la mesa de noticias. Y también, si esos libros que injustamente cayeron en los barrancos de la amnesia colectiva pueden tener una segunda vida.

Abran fuego, Óscar Brox, librero en Ramon Llull. Y lo hace hablando de “darwinismo editorial”, ya que las publicaciones compiten entre sí para posicionarse tanto en las estanterías de las librerías “como en la agenda de los lectores”. Y, por supuesto, los más fuertes sobreviven.

“Como librero, es bastante triste ver esos volúmenes nacer, acumular polvo y morir”, admite. manuel garrido, de Bartleby. Sobre este canibalismo libresco señala “la sobreabundancia de títulos publicados cada año, que en España alcanza la desorbitada cifra de 90.000. Las estanterías de las librerías son finitas, lo que provoca una rotación de ejemplares que puede reducirse a unas pocas semanas”. Otros factores que influyen en esta fugacidad pueden ser la coincidencia de dos piezas con la misma temática “en las que seguramente ganará el autor más conocido” o el atractivo “de una portada o edición y su impresión”.

al dispositivo Pepe Miralles, de Librería Primado, que señala la estacionalidad del sector como uno de los culpables: “todas las editoriales suelen publicar sus apuestas literarias en fechas muy concretas (marzo y octubre), y el bosque es tan inmenso que no se ven los árboles . venir”. Precisamente por eso surge esa apisonadora llamada ‘grandes grupos editoriales’ “que bombardea con publicidad tanto a las librerías como a los clientes. Y las pequeñas editoriales innovadoras y de gran calidad desaparecen en el feliz bosque editorial”.

Por su parte, Brox pone la lupa sobre un sospechoso habitual cuando hablamos de coordenadas turbocapitalistas: el tiempo. O mejor dicho, su ausencia. “Estamos cada vez más impacientes con la novedad y tal vez Deberíamos pensar más en el extraordinario esfuerzo que supone la edición y el trabajo de descubrimiento o redescubrimiento de autores y lecturas.”, sostiene.

Alodia Clemente, librera de La Rossa, reconoce sus sentimientos contradictorios sobre ese mantra “que se publica demasiado. Estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo al mismo tiempo. Es cierto que el ritmo editorial imposibilita que el público se mantenga actualizado. Al mismo tiempo, Tenemos un mercado grande, rico y prolífico de pequeñas editoriales independientes con obras fantásticas.”.

Quizás por eso reivindica la importancia de todas aquellas piezas que no son “el gran lanzamiento de una gran editorial y no tienen un gran compromiso económico detrás, funcionan de otra manera”. Es en esos caladeros sin vocación maximalista donde encontramos “pequeñas joyas que pasaron desapercibidas y cobran una segunda vida cuando la gente consigue llegar a ellas: en unos seis meses o un año tendremos un resurgimiento de estos títulos”.

La librería Nöstlinger abrió sus puertas en noviembre de 2023 y ha María García Cabrera. Al frente. Recién introducido en la profesión, García señala que en esta fugacidad librería “mucho tiene que ver con el tipo de librería y el público al que se dirige. No creo que se venda el mismo volumen en una librería como la mía, pequeña, con una selección muy concreta, con mucha edición independiente, que en una librería centrada en la venta de sellos de grandes grupos y los más vendidos”. Habla por experiencia propia: “He tenido que devolver bestsellers por no venderlos y, en cambio, otros títulos minoritarios que pensé que no tendrían mucha tracción, han sido un éxito en mi librería”.

A estas alturas, queda claro que la dictadura de la inmediatez gobierna con mano de hierro. Pero seguramente hay trucos para abrir grietas en sus cadencias hipervitaminizadas, métodos para hacer rebrotar esas obras que se marchitaron demasiado rápido.

De hecho, para Garrido, lograr esa ansiada segunda vida tras una primera no demasiado triunfal no es tan complicado “si entra en juego algún factor exógeno, como un premio importante o muy publicitado que haga que el libro o el autor pasen de serlo”. siendo conocido entre sus seguidores por ser famoso por ‘el público en general’. Las ediciones conmemorativas aprovechando un aniversario, la coincidencia de una trama con algo que realmente está pasando en el mundo o, por alguna razón que se me escapa, la muerte del autor también relanzan sus ventas. Otra oportunidad para el renacimiento de una obra sería la llegada al mercado de una nueva edición ilustrada, “que sume a los seguidores del texto los seguidores del ilustrador y haga que las piezas se adapten a nuevas corrientes o sensibilidades. Este es el caso de la colección Política para la infancia Libros para mañana de Media Vaca, que traen a la actualidad títulos publicados en los años 1970 por otra editorial ya desaparecida y magníficamente ilustrados por autores actuales de toma pan y moja”.

Preguntado por su catálogo íntimo de volúmenes que merecían más, el librero de Bartleby confiesa que se dispone a “hacer trampa” porque, si entendemos el éxito como número de ventas, “de los volúmenes que me gustan, siempre pienso que deberían venderse más”. .” Y precisamente por eso, hay ejemplares que siempre están presentes en las estanterías de tu librería, porque, independientemente de que se vendan mucho o no, “de alguna manera nos definen y muchas veces los recomendamos, aunque tengan mucho tiempo”. desde que se salió de la rueda del “hámster de las noticias”. Sucede con volúmenes como ¿Y si repensamos el canibalismo?con texto Albert Pijuán e ilustraciones de Clara Iris Ramos (Libros del Zorro Rojo) o Palicaire, pinyol, pruna, tio y otro poli palicairecon texto Vojtech Masek e ilustraciones de Chrudos Valousek (Barret).

¿La fórmula de Nöstlinger para luchar contra las exigencias de la última hora? Ignoralo: “Si hay una obra que me fascina y quiero que la gente la compre, la destaco; Me da igual que lleve 5 años, 5 meses o 5 días publicado, aunque sé que no es lo habitual. Él bombo publicitario “Las novedades hacen que el sector del libro sea un poco tiránico”.

 
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