El libro ‘Un viaje por los Planetas (una segunda dimensión)’, de Alfonso Méndez acerca al lector a los primeros años del grupo dirigente granadino.
Alfonso Méndez fue un activo editor de fanzines musicales en los años noventa. Hace diez años, con el libro ‘De Viaje por Los Planetas’, un texto coral sobre el grupo, se inició como editor en la marca ‘Ondas del Espacio’, que luego editaría otros volúmenes sobre 091 o Niño Mutantes, también como el precioso libro ‘Undercover’, de Julio Le Marchand. Diez años después, ha dedicado mil reflexiones a aquella obra, completando lo que llamó ‘Una nueva dimensión’, que sale a la venta el 30 de mayo, y es una de las poquísimas aproximaciones literarias publicadas sobre este grupo icónico de su época. .
─ Diez años, que se dicen pronto…
─ Efectivamente, ha pasado una década desde que creamos el primer “De viaje por los Planetas”. Para nosotros fue un gran aprendizaje, no sabíamos editar un libro (entonces hacíamos fanzines) y mucha gente nos ayudó a hacerlo. Al final salió un buen trabajo que visto con la perspectiva de los años necesitaba una actualización tanto en contenidos como en diseño.
─ En este periodo, ¿la leyenda de Los Planetas ha crecido, disminuido o se ha mantenido?
Afortunadamente, los Planetas son un grupo que no deja indiferente a nadie, por lo que cada vez que hacen algo sirve para potenciar su legado.
─ Por suerte, los Planetas son un grupo que no deja indiferente a nadie, por lo que cada vez que hacen algo sirve para potenciar su legado. Lo que sí puedo decir con seguridad es que el libro ha crecido, no en tamaño, que es el mismo, sino en contenido. Esto tiene relación con la leyenda del grupo que cuento desde sus inicios a principios de década, como símbolo en el tránsito de los ochenta a los noventa, y finaliza en 1996, cuando May y Raúl abandonan el grupo en un momento tumultuoso dentro de la banda. Les aseguro que esos años dieron mucho que contar.
─ A estas alturas, ¿por qué hay tan poca literatura girando en torno a ello?
─ Los Planetas han sido un grupo un tanto hermético, han defendido fervientemente sus principios musicales, y quizás eso haya hecho que pocos se hayan atrevido a contar su historia, viéndolos como un núcleo un tanto inaccesible. Pero invito a la gente a contar, escribir, grabar un podcast… en definitiva, a contar sus experiencias con la música de Los Planetas. Seguramente tienen mucho que decir porque cada uno lo vive de manera diferente.
─ Por diversas razones, ¿2024 será el ‘Año Planetario’?
─ Sin duda, la gira que realizará el grupo para celebrar los 30 años de “Super 8” hace de este año un momento muy especial. No sólo por el aniversario, sino también porque no actúan mucho en vivo y parece que tendrán muchas fechas a lo largo del año. Si a eso le sumamos la película “Segundo Premio”, que va a tomar protagonismo en los próximos meses, este año no dejaremos de hablar de ellos por un motivo u otro.
─ Revisando el original, ¿lo has encontrado actual?
─ Por un lado sí, ya que el libro cuenta hechos que evidentemente no han cambiado, pero por otro lado no. Esto se debe a que hubo aportes que, si bien se basaron en experiencias personales, no contribuyeron mucho a detallar la historia del grupo. De ahí que muchos de ellos hayan desaparecido y los que tenían contenido destacable hayan sido incorporados al discurso narrativo del libro.
─ Aquel vino acompañado de un disco de adaptaciones, ¿aguanta?
─ Ese fue un trabajo bastante extenso debido a que se coordinaron muchos grupos para hacer las versiones. Ciertamente valió la pena, pero ahora no teníamos tiempo suficiente para afrontar un período de preparación tan largo. Personalmente me hubiera encantado poder organizar un nuevo disco porque el otro lo disfruté mucho.
─ Y tenía las letras, algo muy útil cuando se habla de aquellos primeros Planetas, vocalmente impenetrables casi…
─ Esto se convirtió en una seña de identidad del grupo. Por momentos no se le entendía bien y aunque a algunos les molestaba, como cuento en el libro, para muchos otros era un curioso reto descifrar qué decía J en determinados momentos. Mirando hacia atrás, no me molestó mucho, pero sí me obligó a prestar más atención a las canciones. Quizás la obra les resultó mejor de lo que nos hubiera parecido en aquellos días.
─Y sin el ardor de la hinchada incondicional, ¿cuál crees que fue el secreto y/o las particularidades de este grupo para convertirse en un tótem generacional por encima de sus contemporáneos?
Nos contaron sus experiencias en la lengua de Cervantes y en eso tenían razón. Así como en la forma de transmitirlo, con atmósferas alejadas de los estándares del rock que entonces reinaban en este país.
─ Te sorprenderá si te digo que no me considero fan de Los Planetas, aunque han formado parte de mi vida como una banda sonora que siempre me ha acompañado. Pero no los veo desde la perspectiva del aficionado, ni a ellos en particular ni a nadie en general, eso sí, soy un admirador de su carrera. Lo cual me parece digno de mención porque en un principio hablaban el idioma de una nueva generación, que rápidamente se identificó con letras y sonidos. Fundamentalmente porque los entendieron, lejos de otros que usaban un “chup chup” o un “wachuweri”, nos contaron sus experiencias en lengua cervantina y en eso tenían razón. Así como en la forma de transmitirlo, con atmósferas alejadas de los estándares del rock que entonces reinaban en este país, de esta manera rompieron el molde existente.
