Muy perfeccionista y celosa de su intimidad, fueron muchos los retales creativos de Amy Winehouse que se perfilaron como textos personales, dibujos y listas de lo más variadas (por ejemplo sobre qué hacer cuando fuera famosa), y que han sido recogidos en un reciente libro publicado. publicado en español.
“No es que quiera ser como todos, me gusta tener mi propia forma de ser. Me encanta ser ruidosa y malhablada con la gente, porque eso es lo que soy”, escribe en una de esas reflexiones de juventud expuestas en ‘Amy Winehouse, de su puño y letra’, que, gracias a Libros del Kultrum, ve la luz sólo unos meses después de la edición en inglés.
Son los padres de la artista británica, Janis y Mitch, quienes le han dado forma y contenido, tras llegar a la conclusión de que, “con demasiada frecuencia, su genio ha sido relegado injustamente a un lugar secundario”, cuando, “al margen de la Decepciones habituales de su agitada vida personal, quería ser reconocida como autora y compositora.
“No podemos blanquear la historia de Amy. Sí, era adicta y, sí, su vida también era un caos. (…) Pero esas son circunstancias e imponderables en los que no es nuestra intención detenernos aquí”, subrayan en el prólogo de este libro.
Ciertamente, como señalan los padres de la cantante, fallecida en 2011 por ingesta excesiva de alcohol, “es difícil encontrar el más mínimo rastro de ese tormento o de tanta tristeza en cualquiera de sus textos”, salvo en algunos fragmentos. .
“Odio mi temperamento. A veces se apodera de mí hasta el punto de volverme físicamente violento con quienes amo. (…) Ahora mismo escribo para liberar toda la rabia reprimida”, confiesa en uno de esos escritos íntimos.
Ella revela lo terapéutico que fue para la creadora de ‘Back to Black’ la escritura, como en otro comentario de sus diarios: “He pasado por momentos en los que me ha jodido tanto una situación que he tenido que ponerlo todo por escrito y descubrir sentimientos que he tenido que asimilar”.
Deseos “desesperados”
‘Amy Winehouse, de su puño y letra’ se remonta a su nacimiento, cuatro días después de la fecha prevista: “Bromeábamos diciendo que llegaba tarde a todo, incluso a su propio nacimiento”, recuerdan sus padres.
Y, entre abundantes fotografías, algunas de sus vacaciones en Benalmádena (costa sur de España), comparten dibujos y notas escolares que coinciden en mostrar su inteligencia y, al mismo tiempo, su carácter alborotador.
“Después de la muerte de Amy, comenzamos a buscar en los cuadernos y dibujos que habíamos atesorado desde su más tierna infancia. Y en ese momento comprendimos cómo, detrás de ese velo de aparente descuido, había ido perfeccionando cuidadosamente su arte, a la sombra de su talento. , desde hace años”, indican los Winehouse ante unos textos cada vez más elaborados y personales.
En ellos comenta sus deseos “desesperados” de ser periodista o de ser “muy famosa y trabajar en el escenario”. “Quiero que la gente escuche mi voz y olvide sus problemas durante cinco minutos, que me recuerden tal como soy”, escribió, meta que incluso proyectó en una lista de lo que haría cuando alcanzara esa meta.
Ser fotografiado por David Lachapelle, actuar con Michael Madsen o Steve Buscemi, ser muy amigo de Sarah Jessica Parker o Stella McCartney, hacer una colaboración con Missy Elliot y Timbaland, tener una colección de más de 300 pares de zapatos o “tener el pelo de Marilyn ” son algunos de sus curiosos deseos.
Y, aunque del libro “no se puede derivar una comprensión completa de todas las interioridades de la artista”, como reconocen los autores, lo más interesante es comprender cuántos de sus pensamientos quedaron congelados en esas líneas y, tiempo después, ya procesados. , Los convirtió en canciones.
“Reprimía sus emociones hasta que alguien o algo le daba las llaves para abrirlas”, señalan sus padres, recordando que detenía en seco las discusiones para tomar notas de esos momentos, otra señal de que “escribía sus letras y encadenaba sus melodías desde el principio”. en lo profundo de su corazón”.
El ejemplo más claro es la canción ‘Rehab’, que nació tras una conversación con su padre después de que le recomendaran someterse a un tratamiento por adicción al alcohol. “No quiero ir, papá. ¡No tengo noventa días! Ella se lo dijo entonces, y varios años después lo filtró en su mayor éxito musical.
ee (efe, Muzikalia)
