La inédita operación de traslado de niños que cambió la vida del padre de uno de los hombres más ricos

La inédita operación de traslado de niños que cambió la vida del padre de uno de los hombres más ricos
La inédita operación de traslado de niños que cambió la vida del padre de uno de los hombres más ricos

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Su voz se quiebra Jeff Bezos cuando habla de su padre adoptivo, quien le puso su apellido y lo acogió como a su hijo cuando apenas tenía un añodespués de que el hombre que lo engendró, con problemas de alcoholismo y adicción al juego, abandonó a su esposa de 18 años y al pequeño Jeff. “No podría haber tenido mejor modelo en la vida que Miguel Ángel Bezos”Hace poco comento quien hoy es el dueño de Amazonasla empresa de comercio electrónico más grande del mundo y uno de los hombres más ricos del planeta con una fortuna estimada en 195 mil millones de dólares.

Historia aparte es la de su padre biológico, Ted Jorgensen (1944-2015), quien recién en 2012 se enteró de la exitosa carrera del pequeño que había abandonado. Jorgensen se casó con su novia de la secundaria en Albuquerque, Nuevo México, a los 18 años. Jacklyn Gise, dos años menor que él, e inmediatamente tuvieron al pequeño Jeff. Pero Jorgensen se dedicaba a hacer acrobacias en monociclo y viajar por todo el país con un grupo de compañeros. No tenía suficientes ingresos para mantener a su familia y lo que ganaba lo gastaba en alcohol y entretenimiento, por lo que Jackie acabó pidiendo el divorcio, y Jorgensen no se molestó en volver a tener contacto con ellos.

Jeff Bezos, con su padre adoptivo, Miguel Ángel Bezos

Fue cuatro décadas después que el escritor Brad Piedra –que estaba preparando un libro biográfico sobre Jeff Bezos– entró en 2012 en la modesta casa de Jorgensen en Phoenix, Arizona –quien en ese momento, a sus 68 años, tenía un pequeño taller de reparación de bicicletas– y le dio la noticia de aquello. El hijo que había abandonado era uno de los hombres más ricos del planeta.

“Me gustaría verlo, darle la mano y decirle que realmente hizo un buen trabajo con su vida”. dijo Jorgensen.

Bezos respondió con una carta meses después. Él le dijo que No le guardaba rencor y le deseaba lo mejor., pero nunca hubo un reencuentro. Jorgensen murió tres años después de enfisema pulmonar.

Hasta los 10 años, Jeff no supo que Miguel Ángel Bezos era su padre adoptivo. No fue hasta esa edad que su madre le dijo la verdad. Y en 2018, tres años después de la muerte de Jorgensen, Jeff decidió que era hora de correr la voz. la dura historia de su padre, un inmigrante cubano. Hizo colocar su nombre en el Museo de Historia de Estados Unidos, reabierto con un evento musical producido por Emilio Estefan, que costó dos millones de dólares, y logró grabar el nombre de Miguel Ángel en una de las 50 estrellas ubicadas al pie de la Estatua de Libertad en Nueva York.

“Yo no sería nadie sin mi padre cubano. “Él es mi verdadero padre”.dijo Jeff, emocionado.

Frente al aserradero de Salvador Bezos, abuelo de Jeff, en Santiago de Cuba

Miguel Ángel nació en 1945 en el seno de una familia acomodada de santiago de cubapropietario de un aserradero que Fidel Castro expropió tras el triunfo de la revolución.

A medida que los “barbas”, recibidos con enorme entusiasmo en 1959, se volvían hacia un sistema estatal comunista, los temores de las familias de clase media crecieron e incluso comenzó a circular el rumor de que el Estado estaba planeando desarraigar a los hijos de sus familias hasta que pudieran llegar a la mayoría de edad, para adoctrinarlos.

“¡Madres cubanas, no dejen que les quiten a sus hijos! El gobierno revolucionario os los quitará cuando cumplais cinco años y os mantendrá hasta los 18. A esa edad ya seréis monstruos materialistas.dijo un mensaje transmitido por la radio cubana del exilio Swan, desde Honduras a la isla.

Fue así que entre 1960 y 1962 se lanzó la convocatoria “Operación Peter Pan”o “Pedro Pan”, organizada por el gobierno estadounidense, la CIA y la Iglesia católica de Miami, por la que Unos 14.000 padres enviaron a sus hijos de entre 3 y 17 años desde Cuba a Estados Unidos para “salvarlos” del adoctrinamiento. En Estados Unidos fueron alojados en campamentos y luego distribuidos temporalmente entre familias adoptivas. La ruptura de todas las relaciones entre ambos países hizo que un número indeterminado de estos niños nunca volvieran a ver a sus padres y, como en el caso de Miguel Ángel Bezos -que llegó a Miami con 16 años-, nunca regresaran a su país. cualquiera. nativo.

“Pedro Pan comenzó como una operación para sacar de Cuba a los hijos de quienes luchaban clandestinamente” contado desde Miami hasta LA NACIÓN el medico cubanoamericano María de los Ángeles Torres.ella misma una “niña Pedro Pan” y autora del libro La manzana perdida: Operación Pedro Pan, niños cubanos en Estados Unidos y la promesa de un futuro mejor.

“En plena Guerra Fría se produce este cruce de intereses entre Washington y La Habana sobre quién va a controlar el futuro y los niños. La operación comenzó entonces en diciembre de 1960 con el traslado a Estados Unidos de unos 500 niños. Supuestamente el reencuentro de padres e hijos iba a darse cuando Estados Unidos invadió Cuba.. Pero aquella invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961 fracasó. Comienza una segunda etapa de Pedro Pan, cuando todos quieren abandonar la isla. Y el tercer momento de la operación fue después de la Crisis de los Misiles, en octubre de 1962, cuando se cerraron todas las puertas”, recordó Torres.

El destino de aquellos chicos de Pedro Pan en Estados Unidos fue diversode aquellos para quienes la operación supuso el inicio de un futuro exitoso, como el caso de Bezos, incluso aquellos que fueron víctimas de abusos de todo tipo y nunca lograron superar el trauma de la separación. Para Torres, que tenía 6 años en julio de 1961 cuando sus padres la enviaron sola en un avión a Miami, el distanciamiento de ella fue relativamente breve. Su madre, una profesora de ciencias de 35 años, logró abandonar la isla cuatro meses después y su padre, un oftalmólogo de 35 años, unos días después. “Pero la madre que vi bajar del avión en Miami con mis dos hermanas menores en brazos no era la misma persona que conocí en la isla. “Estaba triste y angustiada”recordó Torres.

Miguel Ángel con sus padres, el español Salvador Bezos y la cubana Teodora Cesares

Respecto al caso de Bezos, Torres destacó que el hecho de que ya era un adolescente de 16 años “Seguramente funcionó a favor de que su caso fuera incluido entre los de resiliencia y superación. Lo que vimos en nuestra investigación fue que cuanto más pequeños eran los niños, más traumatizante era la experiencia de separación de sus padres”, dijo el investigador.

En su video testimonial, Miguel Ángel Bezos recordó que cuando salió de Cuba el 21 de julio de 1962, a sus padres no les permitieron acompañarlo al aeropuerto, y el adolescente solo pudo llevar consigo tres mudas de ropa: “tres camisas, tres pantalones, tres ropa interior y un par de zapatos”. Ese fue todo el equipaje con el que llegó al aeropuerto de Miami después de un vuelo de 45 minutos. Además, como su madre asociaba Estados Unidos con el clima frío, le cosió a mano una chaqueta hecha con trapos para el “frío” de Miami, recuerdo que Miguel Ángel aún conserva hoy.

La campera que la mamá de Miguel Ángel Bezos le hizo a su hijo con trapos de piso, para el “frío” de Miami

“Aterricé solo en Miami” recuerda Miguel Ángel, que en aquella época sólo hablaba español. Pasó varios meses en un campo de refugiados y estudió gracias a subvenciones del gobierno, por lo que hoy es un Defensor acérrimo de la escuela pública.

Después de graduarse de la escuela secundaria, estudió Matemáticas y luego Ingeniería Mecánica en la Universidad de Albuquerque con subsidios del gobierno. Por las noches trabajaba en un banco donde conoció a Jacklyn y se enamoraron de ella. Pronto la pareja y el pequeño Jeff se mudaron juntos.

Una vez graduado, fue contratado por la mayor petrolera estadounidense, Exxon Mobil, en Texas. A partir de ahí y durante unas tres décadas, Bezos ocupó varios puestos de ingeniería y gestión en Estados Unidos y en el extranjero, una carrera de viajes que compartió con su esposa, Jeff, y los dos hijos que tuvieron juntos, Cristina y Marcos.

Jeff Bezos con sus padres, Miguel Ángel y Jacklyn, y sus hermanos Christina y Mark

Jeff recuerda con humor los primeros años de vida familiar, cuando su padre todavía tenía un fuerte acento cubano y le costaba pronunciar, por ejemplo, el sonido de la letra inglesa “j”, que no existe en español. Entonces, jeff Era “ieff”, y el mes Julio era “iulai” (que el niño Jeff entendía como tu mientes“tu mientes”).

Jacklyn y Miguel Ángel también contribuyeron económicamente al éxito de Jeff. En 1995, con 31 años, el joven ingeniero se acercó a sus padres, que ya contaban con una sólida situación financiera, con una propuesta para invertir en su nuevo negocio de venta por Internet. Sus padres le prestaron 245.000 dólares, que fueron la base para lanzar Amazon, hoy un gigante mundial del comercio electrónico.

Pero la admiración y el afecto de Jeff por su padre –quien ahora dirige junto a Jacklyn la organización filantrópica Bezos Family Foundation– va más allá del apoyo incondicional que recibe constantemente de él. “Mi papá es un gran trabajador. Mi papá es cálido y tiene una sonrisa fácil. Mi hermano, mi hermana y yo no podríamos haber tenido un mejor modelo a seguir”.

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