En el norte de Israel, la creciente tensión con el grupo militante libanés Hezbollah, respaldado por Irán, ha llevado a los residentes de la región a prepararse para un posible estallido de un conflicto abierto a gran escala. Después de una guerra inconclusa que duró un mes en 2006, el espectro de una confrontación total vuelve a asomar, con ambas partes fortaleciéndose y advirtiendo de las consecuencias devastadoras que podría traer.
La ciudad de Haifa, la tercera más grande de Israel y al alcance de las armas de Hezbollah, está en la primera línea de este potencial enfrentamiento. Recientemente, su alcalde instó a los residentes a abastecerse de alimentos y medicinas en medio del creciente riesgo de una guerra total.
Durante los últimos seis meses, Israel y Hezbollah han intensificado sus ataques transfronterizos diarios, en paralelo a la guerra en Gaza, y su creciente alcance y sofisticación ha generado temores de un conflicto regional más amplio. Hezbollah ha acumulado un arsenal formidable desde 2006, incluida una red de túneles para mover combatientes y armas, y sus fuerzas han sido entrenadas por las tropas del presidente sirio Bashar al-Assad durante más de una década.
Hasta ahora, Hezbollah ha limitado sus ataques a una franja del norte de Israel, tratando de alejar a las fuerzas israelíes de Gaza. Israel, por su parte, ha declarado su voluntad de expulsar a Hezbolá de la frontera, pero no ha quedado claro cómo lograrlo.
La escalada de violencia ha obligado a unos 60.000 residentes israelíes a huir de sus hogares en la primera evacuación masiva del norte del país, sin poder regresar de forma segura. Esta situación ha llevado a un aumento de los llamados dentro de Israel para una acción militar más fuerte contra Hezbollah. Al otro lado de la frontera, en el Líbano, unas 90.000 personas también han sido desplazadas por los ataques israelíes.
El líder de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, ha sido contundente al advertir que los residentes del norte de Israel “no regresarán” a sus hogares, lo que ha aumentado las tensiones y la posibilidad de una escalada.
El ejército israelí ha declarado que ha dado un paso más en la preparación para una posible guerra con Hezbollah, centrándose en la logística y los preparativos para una “amplia movilización” de reservistas.
Un conflicto entre Israel y Hezbollah probablemente causaría una destrucción masiva en ambos países. En la guerra de 2006, 1.200 personas murieron en el Líbano y 158 en Israel. Desde octubre, más de 300 personas han muerto en combates en la zona fronteriza, principalmente combatientes de Hezbolá.
Assaf Orion, un general de brigada israelí retirado, dijo a Reuters que existe una probabilidad cada vez mayor de que estalle una guerra entre Israel y Hezbolá, ya sea debido a una escalada imprevista de los combates o porque Israel pierde la paciencia al no poder regresar a sus hogares. .
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Fuente: Reuters
