El pasado martes 16 de abril concluyó la jornada especial de inscripción y actualización del Registro Electoral de Venezuela, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.
Según resultados preliminares anunciados por el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, un total de 604.964 jóvenes venezolanos se inscribieron como nuevos electores, mientras que 847.999 personas cambiaron de centro de votación, lo que suma casi un millón y medio de movimientos. .
Estas cifras son notablemente deficientes. Según expertos independientes y ONG especializadas en temas electorales, se estima que más de 7,3 millones de venezolanos necesitan registrarse por primera vez o actualizar sus datos.
Entonces todo indica que, como mucho, el operativo sólo logró corregir el 20 por ciento del vacío en el Registro Electoral. Es probable que la cifra real sea incluso mucho menor.
Enorme brecha en el Registro Electoral
Para el politólogo venezolano Héctor Briceño, PhD de la Universidad de Rostock, “estos magros resultados confirman que el funcionamiento y la infraestructura fueron diseñados deliberadamente para ser insuficientes ante el considerable vacío que existe en el Registro Electoral”.
Además, en el caso del operativo en el exterior, “más que insuficiente, fue diseñado con la intención de dificultar los registros y actualizaciones de los migrantes venezolanos”, sostiene el experto electoral.
Tanto en Venezuela como en el exterior, “es evidente que detrás de este diseño hay una intencionalidad política”, concluye Briceño, quien es investigador del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES), de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y estudia estos elecciones presidenciales para el Observatorio Global “Comunicación y Democracia”.
Las acciones del CNE, según el experto electoral, no sólo constituyen una violación a los derechos y garantías electorales de los venezolanos, sino que también tienen un impacto significativo en el padrón electoral. Es evidente que el régimen de Maduro, a través del CNE, está manipulando el padrón electoral y promoviendo una baja participación en las elecciones presidenciales de julio.
Fecha anticipada y compromiso simulado
El 5 de marzo de este año, el CNE convocó a elecciones presidenciales para el 28 de julio de 2024. La elección de una fecha tan temprana por parte del CNE ha puesto en riesgo muchos de los procesos que garantizan la transparencia y equidad de las elecciones. En Venezuela. Uno de los procesos más afectados ha sido la actualización del Registro Electoral, que tiene un enorme retraso.
Esta situación era de conocimiento público, pues varias ONG especializadas en temas electorales venían advirtiendo, desde hacía varios años, que el CNE no estaba cumpliendo con su función de velar por una actualización efectiva, oportuna y correcta del Registro Electoral.
Durante las negociaciones en Barbados, representantes de la Plataforma Unitaria lograron incluir en el acuerdo el compromiso del régimen de Maduro de actualizar el Registro Electoral Permanente. Sin embargo, en la práctica, el régimen sólo pretendió honrar este compromiso.
Operación de registro insuficiente
Se estima que, hasta finales del año pasado, más de 1,5 millones de venezolanos habían migrado dentro del territorio nacional y por lo tanto requerían actualizar sus datos en el Registro Electoral. Además de este grupo de venezolanos, organizaciones como la asociación civil Súmate estiman que al menos 3 millones de jóvenes aún no están inscritos en el Registro Electoral.
Para atender esta demanda en el territorio de Venezuela, el plazo establecido por el CNE en el cronograma electoral fue excepcionalmente corto, limitado a sólo treinta días, en marcado contraste con los ocho meses asignados para este tipo de operaciones en las elecciones presidenciales de 2013.
Por otro lado, el número de puntos de registro habilitados a nivel nacional también sufrió una importante reducción respecto a 2013, cuando eran 1.300 puntos. En esta ocasión, sólo fueron 315.
Es decir, ante una brecha significativa en el Registro Electoral, el CNE optó deliberadamente por asignar una fracción mínima del tiempo y la infraestructura que había dispuesto para las elecciones presidenciales de 2013.
Además, el CNE no desarrolló una verdadera campaña de información y motivación para el registro, como exige la ley y como se había comprometido en Barbados. Lo que prevaleció, especialmente en relación con los extranjeros, fue más bien la desinformación.
Bloqueo intencionado del derecho de voto en el extranjero
Según la Plataforma R4V , el número de migrantes y refugiados venezolanos se estima en 7.722.579, es decir, casi ocho millones. Entre el 70 y el 80 por ciento de ellos son mayores de edad. Esto significa que aproximadamente 5,8 millones de potenciales electores venezolanos en el exterior necesitan actualizar sus datos o registrarse por primera vez en el Registro Electoral.
Briceño sostiene que este enorme desafío requirió una estrategia e infraestructura mucho más amplia que la que el CNE decidió implementar y habla, en consecuencia, de un “bloqueo intencional” del derecho al voto de los migrantes venezolanos.
Para atender esta enorme demanda en el exterior, el CNE sólo autorizó algunos de los consulados. Muchos venezolanos no pudieron registrarse porque en su país de residencia no existía un consulado autorizado o estaba muy lejos de su ubicación. En Alemania, por ejemplo, sólo se habilitaron los consulados en Berlín y Frankfurt.
Por otro lado, durante el operativo “no se cumplieron a cabalidad las fechas establecidas y los tiempos estipulados, por distintas razones ajenas al control de los electores”. Estos incluyeron el “retraso en la llegada de equipos, cortes frecuentes del sistema, retrasos del personal, limitaciones de espacio físico”, entre otros, según afirmaron 18 ONG venezolanas en su solicitud de ampliar el período de registro.
Según la solicitud, en el consulado de Tenerife hubo un retraso de 10 días; en Santiago de Chile y Berna, 15; en Viena y Bruselas, 16; en Buenos Aires, 17; en Vigo y Milán, 22; en San José, 23. Y esta lista no es exhaustiva, ya que, por ejemplo, en Berlín la inscripción recién se abrió el 8 de abril.
Además, agrega la solicitud, el proceso fue sumamente lento debido a la exigencia por parte del CNE de requisitos que “no aparecen en la legislación electoral venezolana vigente”, tales como: a) pasaporte vigente y b) residencia permanente (con tres años de antigüedad). y un año por beat).
En definitiva, los datos confirman que la infraestructura fue insuficiente, el tiempo limitado asignado se redujo, en algunos casos, entre 50 y 77 por ciento, y el proceso, además de lento, fue sumamente restrictivo.
Electores en el exterior: circuito electoral más grande de Venezuela
Finalmente, el politólogo Briceño destaca que los 5,8 millones de migrantes en edad de votar hacen del voto del exterior la circunscripción más numerosa dentro de una elección nacional en Venezuela.
Este número de electores potenciales supera incluso la suma de los distritos electorales de los estados Zulia y Miranda, que son los dos más grandes del país y en conjunto alcanzan los 4,7 millones de electores.
Esto explica el interés político del CNE en impedir que la mayoría opositora en el exterior vote en las próximas elecciones presidenciales.
(rml)
