En medio de la carrera para abordar el cambio climático, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, advirtió a China el fin de semana pasado contra la sobreproducción de productos de energía limpia, como paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos (EV). .
Durante un viaje al país asiático, Yellen afirmó que las prácticas comerciales desleales de China eran una amenaza tanto para las empresas como para los empleos en Estados Unidos.
Las empresas chinas a menudo pueden ofrecer precios más bajos que sus homólogos occidentales por muchas razones, incluida mano de obra más barata y economías de escala. Pero también se benefician de subsidios o incentivos estatales muy generosos, que contribuyen a hacer menos competitivos a sus rivales extranjeros.
Subsidios chinos “omnipresentes”
“Los subsidios chinos están omnipresentes”, afirma a DW Rolf Langhammer, ex vicepresidente del Instituto Kiel para la Economía Mundial (IfW-Kiel, en alemán). “Cubren casi todas las industrias y son mucho mayores que los subsidios de la UE o los Estados Unidos”. señala Langhammer.
Un informe publicado esta semana por IfW-Kiel estimó que estos subsidios industriales ascendieron a 221 mil millones de euros (240 mil millones de dólares) o el 1,73 por ciento del producto interno bruto (PIB) de China en 2019.
Además de los enormes subsidios, los autores del informe señalan que los productores chinos también se benefician de un acceso preferencial a materias primas críticas y de menos burocracia interna que sus competidores extranjeros.
Más exportaciones y menos demanda
“El nerviosismo de EE.UU. y Europa llega en un momento en el que la demanda de vehículos eléctricos [en Occidente] ha flaqueado un poco”, dijo a DW Brad W. Setser, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de investigación estadounidense.
“Ahora parece que China va a ser un exportador aún mayor de vehículos eléctricos en el futuro”, añade el experto.
El año pasado, China vendió más de 100.000 automóviles en el extranjero, la mayoría de los cuales eran vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Las exportaciones de vehículos eléctricos del país aumentaron un 70 por ciento en 2023 y se valoraron en 34.100 millones de dólares (31.660 millones de euros). Europa fue el mayor receptor de vehículos eléctricos chinos, con casi el 40 por ciento de los automóviles eléctricos exportados.
En octubre, la Unión Europea comenzó a investigar si debía imponer aranceles más altos a los vehículos eléctricos fabricados en China para “compensar los subsidios estatales y nivelar el campo de juego”.
Bruselas impone actualmente un arancel del 10 por ciento a los vehículos fabricados en China y, según informes de los medios, un arancel retroactivo del 25 por ciento podría introducirse ya en julio. Washington, por su parte, aplica un arancel del 27 por ciento a los vehículos eléctricos chinos y se prepara para aumentarlo aún más para fortalecer su industria automovilística.
La crisis de los paneles solares, una advertencia
El sector europeo de la energía verde ya se ha visto afectado por las importaciones chinas de paneles solares baratos.
“Definitivamente, China está arrojando sus excedentes de paneles solares al mercado global”, señala Setser. “Las fábricas chinas están produciendo entre dos y tres veces más paneles solares de los que el mundo utiliza actualmente”, lo que, según él, está provocando “precios de liquidación”.
La UE anunció esta semana otra investigación sobre la industria china de turbinas eólicas. La potencia asiática aspira a dominar las cadenas de suministro globales y es socia de varios parques eólicos en España, Grecia, Francia, Rumanía y Bulgaria.
La vieja estrategia china para dominar el mercado
La Comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, describió esta semana la estrategia de China para dominar los sectores de energía verde: Beijing normalmente primero atrae inversión extranjera a través de empresas conjuntas, luego cierra su propio mercado a empresas extranjeras antes de exportar el exceso de capacidad al resto del mundo a precios bajos y subsidiados. .
Beijing, por su parte, ha acusado a EE.UU. y a la UE de utilizar el proteccionismo para intentar frenar el progreso económico del país.
“Deberíamos estar preparados para jugar duro con China”, afirma Langhammer a DW. “Para los coches eléctricos y la tecnología verde, Estados Unidos y la UE son los mercados extranjeros más importantes y los chinos necesitan acceder a ellos”.
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