Emiliano Kaczka trabajó en Pelito y Clave de sol, luego se alejó de todo, pero ahora cumplió su sueño de volver a actuar

Emiliano Kaczka trabajó en Pelito y Clave de sol, luego se alejó de todo, pero ahora cumplió su sueño de volver a actuar
Emiliano Kaczka trabajó en Pelito y Clave de sol, luego se alejó de todo, pero ahora cumplió su sueño de volver a actuar

19 de junio de 202414:51

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“Estamos ensayando desde enero. No había opción porque los textos tienen una poética profunda. Trabajamos duro para encontrar una manera”. Con esa seriedad tomó el actor Emiliano Kaczka su nuevo proyecto, el trabajo Sólo nieblas, de Tato Pavlovskyque se estrenó a principios de junio y que se presenta todos los viernes en el Teatro Belisario. Dirigido por Gonzalo Urtizberea, se centra en los diálogos e intersecciones de tres figuras que realizan un trabajo macabro. “La pieza pertenece a un género apasionante y complicado: el absurdo, que habla del sinsentido de la vida. En este caso se trata de personas en ningún lugar que intentan recuperar su dignidad”, explica Kaczka.

Kaczka parece estar de buen humor, aliviado tras los lógicos nervios que supuso este doble reto: volver a hacer teatro después de 15 años y sumergirse de lleno en la espesura de una obra escrita por Pavlovsky. En un café de Belgrano, el niño que fue protagonista de icónica serie de ficción cabello y Clave de sol, que se formó en estudios de televisión, que conserva cierto aire juvenil con el que se hizo famoso -muy parecido a su hermano menor, Guido Kaczka–, que ama la literatura y publica cuentos en la web y que durante unos años hizo un parón de la actuación para dedicarse al derecho, Confiesa que tenía miedo de semejante desafío, pero que sus compañeros de reparto fueron fundamentales para seguir adelante. “El vértigo me invadió. En algún momento de los ensayos tuve esa sensación de no poder hacerlo. Allí me ayudaron mucho Victoria Aragón, Paula Cantone, Gonzalo Urtizberea y Guillermo Alfaro. “Nos unimos como un equipo de trabajo”.

Emiliano Kaczka, a sus 52 años, vuelve a enamorarse de la actuaciónRodrigo Nespolo

En realidad, este regreso a la actuación empezó a gestarse hace unos años en plena pandemia, cuando vio la serie. El método Kominsky, en el cual miguel douglas Interpreta a un actor retirado que se gana la vida como profesor de interpretación, pero que decide volver a su antigua vocación. Ese fue el detonante para volver a intentarlo. Y así empezaron a surgir propuestas para participar en series de televisión: primero lo llamaron para María Marta: el crimen del paísentonces él estaba en las mufas y en El sabor del silencio y ahora espera el estreno de otra tira en la que formó parte del elenco.

“Desde niño tuve mucha suerte de formar parte de programas exitosos”, analiza con una mirada retrospectiva a su propia historia como actor. “En este regreso, una cosa llevó a la otra: el público me recibió bien, el periodismo se interesó, se generó algo lindo. No pensé que iba a ser así, me sorprendió. Lo estoy disfrutando, tengo propuestas de trabajo. A sus 52 años vuelve a cumplir un sueño”.

Su inicio en la actuación se remonta a 1982. Fue un salto temprano a la popularidad en la era analógica, cuando no había cable ni Internet y la única oferta televisiva consistía en cinco canales por aire. La televisión en color seguía compitiendo con la televisión en blanco y negro, que ya estaba en declive, y había que ser un mago para sintonizar los canales moviendo la antena de casa. En este panorama irrumpió Emiliano Kaczka: con sólo 10 años se incorporó cabello.

En rigor, la tira infantil fue un hervidero de actores donde también aparecían Adrián Suar, Julián Weich, Gustavo Bermúdez, Pepe Monje y a auge televisión por donde se la mire para la generación que hoy ronda los 50 años y que en aquel entonces tomaba un refrigerio viendo el programa. Allí Emiliano interpretó a Jorge, el chico que gana la carrera de atletismo del barrio en la apertura. Posteriormente se hizo aún más famoso como Rolo en la tira. Clave de sol, escrita por Jorge Maestro y Sergio Vainman, que hablaba de la problemática adolescente de la época, junto a otro grupo de actores: Pablo Rago, Leo Sbaraglia, Cecilia Dopazo, Federico D’Elía y Viviana Saccone.

“En aquella época todo era muy nuevo. Estábamos saliendo de la dictadura, estábamos en plena efervescencia democrática. En un capítulo de cabello Estábamos bailando lentamente cuando de repente aparecieron los padres. Uno de los chicos exclamó: ‘¡Ya llegaron los caducados!’ Fue fuerte para la época. Recuerdo que una revista tituló: ‘Sin censura, pero esto tampoco’ y hubo revuelo”.

En Clave de Sol, Emiliano Kaczka hizo de Rolo

–¿Cómo ve, en perspectiva, haber empezado en la televisión siendo tan joven?

–Mi saldo es positivo. Agradezco haber pertenecido a programas que fueron hitos en la televisión, que la gente los siga recordando. También había un vínculo con los chicos que no era tan sensible como hoy, había maneras que a veces estaban mal mantenidas, pero que tenían que ver con el tiempo.

–¿A qué te refieres específicamente?

–No había tanta contemplación con el hecho de que éramos niños, sino que era nuestra responsabilidad haber llegado a un lugar laboral. Hoy en día se tiene mucho más cuidado con esto, incluso piden un reconocimiento médico y psicológico, los niños están mucho más contenidos. Esa es una de las cosas que cambió.

-Vestidos Parchís: el documental? Allí hablamos directamente de explotación.

–Sí, Los Parchís fue un caso extremo. Yo lo vi. Hay un momento en que el chico pelirrojo (Frank Díaz), ya adulto, dice: cuando pasas por allí, ya no ves la vida igual después. Me identifico con esas palabras. En eso de ser observado y celebrado hay algo que no se vuelve a encontrar y que permanece en uno.

–¿Hiciste terapia?

–Hice terapia porque quería y necesitaba, pero no por un trauma infantil. Lo pasé bien y lo disfruté. Sólo digo que la experiencia tiene algo estrella de rock. Es muy particular.

–¿Qué sugerencia le haría a un padre con un hijo pequeño que quiere ser actor?

–Si tu hijo tiene ganas, que lo acompañe, lógicamente. Deja que lo cuide y enséñele al niño que él también va a tener que renunciar a cosas. Un padre tiene que ser muy claro en estos aspectos. Me perdí los viajes de egresados ​​de primaria y secundaria. Crees que es algo menor, pero cuando era niño y vi partir el autobús, sentí que se me hundía el corazón.

–¿Cómo fue un día en tu vida?

–Cuando yo era niño, mi familia vivía en Moreno. Hice la primaria en la Escuela 38 por la mañana. Después mis padres me acompañaron hasta los estudios de Canal 13: el tren hasta la estación Once y de allí a la Línea 98 hasta Constitución. Grabamos por la tarde durante seis horas, pero no fue posible por acuerdo. En el verano pasamos un tiempo en Mar del Plata.

–¿Eran importantes los sueldos que se pagaban en la televisión en aquella época?

-No, en absoluto. Hubo un acuerdo básico. Era el mínimo, que hoy podría ser un salario más o menos bueno. No fui salvo (risas).

–Era como en el fútbol de aquella época, donde ni las estrellas hacían fortuna.

-Claro. El actor sólo ganó dinero en los años 90. En esa época se privatizaron los canales, hubo mucha competencia y los salarios llegaron a ser muy buenos. Pude comprar mi departamento con las tiras que hice en esa década en Canal 9.

–¿Te volviste a juntar con los chicos de cabello y Clave de sol?

–Hace unos años nos reencontramos con el elenco de Clave de sol en[person]la casa Gloria Fichera y también en el Pablo Rago. con los chicos de cabello Siempre decimos acerca de reunirnos. Nos pasa un poco como a nuestros compañeros de secundaria, las ganas están, pero luego las circunstancias no se dan.

Emiliano Kaczka (derecha, con sudadera a rayas) y todo el elenco de Clave de sol, un clásico de la televisión para toda una generación

–Tu hermano Guido Kaczka también empezó a actuar cuando era niño en los años 80. ¿Le benefició su éxito como presentador de televisión?

–Creo que más allá de esos programas exitosos por los que la gente me recuerda, el hecho de que él tuviera una gran carrera sostuvo mi vigencia. Nos parecemos físicamente, nos identifican, pero lo único que hicimos juntos fue Clave de sol y un episodio de la serie El club de niñeras. Además nos llevamos bien, charlamos, es una persona a la que escucho, tiene muchas opiniones sobre el medio ambiente.

Luego de ser un niño prodigio en sus inicios, Emiliano siguió muy ligado a la televisión: formó parte de los ciclos Regalo del cielo, Manuela, Alta comedia, El club de las niñeras, Sólo para parejas, La hermana mayor, Rica y famosamientras estudiaba Derecho. Con el temporal de la crisis de 2001 y la inestabilidad laboral decidió acelerar su carrera para licenciarse como abogado y dedicarse a esa profesión.aunque durante un tiempo siguió más vinculado al medio, incluso en el teatro (Confesiones de pene) y en el cine (Interpretó a Jorge Cyterszpiler en la película italiana. La mano de Dios).

Durante los años que permaneció alejado de la pantalla apareció la otra pasión que lo mantuvo espiritualmente ocupado: escribiendo. Comenzó a investigar en el taller de Sergio Olguín y luego asistió al grupo de Liliana Hecker. “Ella me aceptó para entrar. Fue muy reconfortante escucharla, leerla, escribir y aprender de su retroalimentación, me dio otra mirada a lo artístico”. En el blog Vicio despuntado (viciodespuntado.blogspot.com) se pueden leer cuentos y cuentos de Emiliano, y tiene más material inédito: una novela que espera terminar algún día. Aborda la historia de un hombre que comienza a actuar desde muy joven.

–¿Es este un libro autobiográfico?

–Tomé como punto de partida algunas situaciones por las que pasé, pero no se trata de mi vida. En su momento, en las reuniones con Heker, leí tres capítulos y le gustó mucho. La verdad: llegué al capítulo 12, no vi el final y eso me detuvo. Quizás otro taller de literatura pueda ayudarme a terminarlo.

Emiliano Kaczka tuvo un largo impasse con la actuación y se dedicó a estudiar derecho e investigar literatura; Hoy regresa a los escenarios en una obra de Tato PavlovskyIgnacio Sánchez

–¿Ha sido importante la literatura?

–Siempre estoy leyendo, aunque soy un lector lento, me gusta profundizar. Los libros me ayudaron mucho y me hicieron ver mis propias áreas. En la pandemia fue de gran ayuda, casi un salvavidas.

–¿Y cómo estás viviendo este regreso a la actuación?

-Me estoy divirtiendo. Me siento más grande y disfruto lo que me pasa. Además, tener esta oportunidad, después de tantos años y a esta edad, es especial.

Sólo nieblas, de Tato Pavlovsky. Funciones: viernes, a las 22 horas, Teatro Belisario (Avenida Corrientes 1624).

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