Son famosos por sus chocolates y trufas, que han vendido en grandes superficies y restaurantes de lujo. Y a partir de ahora, las clarisas de Belorado y Orduña serán también conocidas como las primeras monjas españolas que protagonizaron un cisma. Esto es lo que dejan escrito en un divertidísimo manifiesto de 70 páginas.
“A partir de hoy, día de Nuestra Señora de Fátima del año 2024, nuestra comunidad, (Belorado y Orduña), dejando la Iglesia Conciliar a la que pertenecía, pasa a formar parte de la Iglesia Católica bajo la tutela y jurisdicción de Su Reverendísima Dr. Don Pablo de Rojas Sánchez-Franco, legítimo Obispo de la Santa Iglesia Católica”, anuncian en el texto. ¿Y quién es este obispo? Un prelado ultratradicionalista, cuyo abuelo fue gobernador civil de Jaén y jefe provincial del Movimiento Nacional, de 1948 a 1955, y que fue excomulgado en 2019 por el entonces obispo de Bilbao –y hoy arzobispo de Burgos, donde se encuentra Belorado–. , Mario Iceta . Sánchez-Franco es, en ese momento, seguidor de las doctrinas de un prelado vietnamita directamente relacionado con la secta El Palmar de Troya.
La historia lo tiene todo: la madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, en una decisión que ha dejado completamente desconcertados a los eclesiásticos de Burgos y Bizkaia, ha decidido que sus conventos se declaren ‘sedevacantistas’. Es decir, creen que todos los Papas después de Pío XII, a quien reconocen como el “último Sumo Pontífice válido”, son “herejes usurpadores”. De hecho, en buena parte de su documento destacan los males de los “monseñores” Roncalli, Montini, Luciani, Wojtyla, Ratzinger (el único al que, pese a todo, llaman “padre”) y Bergoglio, a quien refieren. a como “Señor”.
Al mismo tiempo, aprovechan para denunciar el “robo” del Concilio Vaticano II que, en su opinión, acabó “robando la fe de miles de millones de creyentes”. De hecho, los actuales catecismos y códigos de derechos canónicos son, para estas veinte monjas, “heréticos, anticanónicos, ilícitos e inválidos”, como la estructura actual de la Iglesia católica, por lo que aseguran su “sumisión” a Pablo. . de Rojas.
“Nos van a llamar herejes y cismáticos, locos y muchas cosas más, muy calumniadoras y desagradables, no les crean; Al menos esta vez, no os dejéis engañar», dicen las monjas en su escrito, en el que denuncian cómo desde el Vaticano «en los últimos años han ido llegando contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedades, lagunas en una doctrina clara que Nunca es más necesario que en tiempos de tormenta, sujetar firmemente el timón”.
“Nosotros, en conciencia ante Dios, después de las preguntas, las dudas, la incertidumbre, el escándalo y la falta de claridad, nos encontramos -mientras buscábamos valientemente caminos y respuestas sólidas- con la PERSECUCIÓN”, proclaman. “Persecución por parte de muchos: superiores, pastores, hermanas, sacerdotes, algunos que se dicen amigos sin ser amigos, y una persecución que ha desorganizado a nuestra comunidad en todos los frentes: su fama, su avance, sus decisiones, sus trabajos, sus mayores. , sus familiares, en definitiva, su vida y su paz”, hasta el punto, dicen, de “ser bloqueados de Roma”, por el arzobispo de Burgos y por el responsable federal de las comunidades clarisas, que han No se concede licencia de venta para el convento de Derio.
Un fondo inmobiliario
Y el dinero también parece cobrar relevancia en este curioso cisma monja. De hecho, las monjas informan que el contrato de compraventa del monasterio de Orduña ha sido rescindido. “Esto de la propiedad debe ser muy dulce para algunos”, denuncian, enumerando casos de monjas que, según su relato, han sido expulsadas de sus monasterios, como las Clarisas de Arnedo. “Pero ellas, las monjas, deberían callarse y quedarse quietas”. Excepto las clarisas rebeldes. “¡Dios nos salve de los lobos vestidos de ovejas!” concluyen, por ahora, las monjas sedevacantistas.
La reacción de la Iglesia fue inmediata. A mediodía, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, compareció en rueda de prensa para anunciar su sorpresa por el anuncio de las clarisas y alertar a los fieles para que no participen en las celebraciones del monasterio, donde los seguidores del obispo cismático anuncian una masa. .
En un comunicado conjunto, las diócesis de Burgos, Vitoria y Bilbao afirmaron no tener constancia oficial de la declaración cismática de las religiosas que, en palabras de Iceta, “nunca habían manifestado malestar”.
“Nunca han manifestado ningún desacuerdo, más bien, en las últimas comunicaciones con el delegado episcopal para la vida consagrada, las monjas expresan que se sienten felices y agradecidas”, declaró el arzobispo, quien, sin embargo, ya ha tomado medidas, inició una investigación y informado tanto a la Santa Sede como al Nuncio y a la Conferencia Episcopal. “Procederemos según las instrucciones de la Santa Sede”, subrayó. La polémica, al parecer, dura ya mucho tiempo.
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