Guillermo Francella en el archivo Pronto – .

Guillermo Francella en el archivo Pronto – .
Guillermo Francella en el archivo Pronto – .

Guillermo Héctor Francella nació el día de San Valentín, el 14 de febrero de 1955. Tiene un hermano, Ricardo, cuatro años mayor que él. Su abuelo paterno, Domenico, era un inmigrante de Falconara, un pequeño pueblo de la región de Calabria. Su apellido original era Frangella pero cuando entró a Argentina estaba mal escrito y pasó a ser Francella.

Su madre, Adelina, era ama de casa, y su padre, Héctor, era empleado bancario, profesor de gimnasia y entrenador de levantamiento de pesas en la sede de Racing Club en Villa del Parque. En entrevista con Leo Ibáñez para la revista Gente dijo: “Disfruté de una infancia hermosa. Me criaron con pleno amor. Jugué con las medallas y copas que ganaba papá, que competía por Racing. Las carreras siempre estuvieron en el aire en casa. De alguna manera, Racing tuvo algo que ver con toda nuestra vida. Dos años después nos trasladamos a Béccar. De ahí fuimos los dos juntos al campo. “Tomamos el tren hasta Retiro, el metro hasta Constitución, otro tren hasta Avellaneda y caminamos hasta el estadio”.

Su padre falleció cuando el actor tenía 26 años pero él rescata el amor que recibió de su familia. “He visto a mis padres felices estando juntos. Crecí en una casa muy hermosa. Una vida sencilla, no lo creas. En casa no había mucho dinero ni grandes lujos, más allá de estar juntos, pero sí sobraban estímulos. Y mamá, que todavía lo tengo, gracias a Dios, es de lucidez y amor sin medida. Con casa propia, y la casa de mis abuelos detrás de la nuestra. Realizado con sus propias manos por Domenico, el bracciante de la familia que había llegado de Génova el siglo pasado. Ese era su orgullo y también el nuestro. Todos ellos, y mi hermano, me brindaron una infancia inolvidable. Creo que cualquier niño que hubiera crecido rodeado de mi familia hubiera sido feliz”, dijo en entrevista en La Nación.

La fama le llegó con somos de carneuna comedia costumbrista dirigida por Rodolfo Ledo que se transmitió por Canal 13 entre 1988 y 1989. Allí, Ricardo Rípoli era un carnicero de barrio que, tras quedar huérfano, se convirtió en el sostén de su familia.

En el elenco destacó Chany Mallo, en el papel de su madre Angelita y sus tres hermanas Panky (Adriana Salgueiro), Vicky (Alejandra Darín) y Pucky (Lorena Paola). Silvia Kutika era Silvia Tacagni, la mujer de la que estaba enamorado su personaje. El reparto se completó con Juan Manuel Tenuta, Cecilia Cenci, Orlando Carrió, Pablo Codevilla, Adrián Suar, Emilio Vidal, Luis Cordara, Boris Rubaja, Fernando Lúpiz, Paolo el Rockero, Silvia Ciccelo, Nathan Pinzón y Patricia Terán. La primera temporada fue un éxito y contó con una producción teatral que en Mar del Plata alcanzó las tres funciones diarias. Pero en el segundo la familia se hizo millonaria y abandonó el barrio y el público no los acompañó.

“La crítica siempre ha hablado bien de mi trabajo. Nunca me hacen daño, aunque a veces critican los productos populares que hago. Hablan de “ese tipo de cien” como bajar el género. Y es más difícil hacer reír que conmover. Yo tengo mucho respeto por cada cine y el INCAA también debería hacerlo, porque estas películas son las que mantienen a otras, como las óperas primas. Me gusta recorrer todos los géneros”, afirmó en PRONTO en una entrevista en 2007.

Con Emilio Disi fueron imbatibles en la saga de los bañistasPor eso, cuando Francella decidió dejar ese tipo de películas, Disi se mostró irónico en una entrevista en PRONTO. “El último de Los Bañeros consiguió mucha audiencia. Francella no estará porque ya no quiere hacer este tipo de cine. Ella está con el tema del prestigio”. Y profundizó con una anécdota: “Recuerden que a Guillermo no le gusta lo popular aunque dice que sí. Se fue a filmar una película con (los directores) Mentasti y Scalella a República Dominicana. La primera noche cenaron en un restaurante y el camarero que los atendió les preguntó si eran argentinos. “Sí”, respondió Francella. —¿Conoce a Emilio Disi? preguntó el camarero. ¡Mentasti me dijo que a Guillermo se le cayó la cara!” Pese a este comentario Fracella mostró su tristeza por la partida de Disi. “Nos dejó nuestro querido amigo Emilio. Estaba sufriendo mucho. Estuve muy cerca de él esta última vez, hablamos mucho y recientemente fuimos a comer juntos. Emilio nunca perdió el humor, la chispa, ese ángel que siempre tuvo. Era alguien “muy importante para toda la industria y para todas las personas con las que trabajamos, trabajar con él ha sido fantástico”.

El actor protagonizó el éxito. naranja y media Cuando su compañera de reparto, Verónica Veyra, supo de su pasión por el carnaval y era originaria de Gualeguaychú, lo invitó a participar en una de las comparsas de esa gran fiesta entrerriana. Francella aceptó desfilar. “No puedo creerlo. De niño siempre iba a los desfiles en Villa del Parque, en la calle Cuenca, a jugar con la espuma y perseguir a las niñas con ese martillazo que hacía ruido. Y ahora estoy aquí, todo vestido de plumas y pasándola muy bien”, declaró en ese momento en PRONTO.

“El comediante es un actor igual que el otro, pero cuando llega ese otro todos corren y dicen ‘mira, ahí viene’. A veces siento que mi trabajo no es reconocido pero sé que el público me apoya”, reflexionó en PRONTO en una entrevista en junio de 1998.

Sus películas como la saga de los bañistas Fueron populares y vendieron miles de entradas pero no tuvieron buenas críticas ni prestigio y Francella reflexionó PRONTO: “No me duele, pero sí me incomoda que califiquen una película que atrae en promedio a un millón setecientos mil espectadores. Todavía me río de lo que la gente ríe y me emociono con lo que entusiasma a la gente. Espero no perder eso”.

En entrevista con PRONTO el actor reconoció que “Me deprimiría si el producto que hice no funcionara bien. Lo que pasa es que a uno le pagan por llamar, y se genera toda una expectativa y si un programa no es tan fuerte como uno desea, uno se siente debilitado. Lo pasé muy mal antes, no puedo mentir. Pero estoy aprendiendo a pasarlo mejor”.

Cuando era adolescente, cada vez que salía empezaba a arreglarme dos horas antes. Tenía el pelo muy largo, se lo secaba con secador y dormía con el pelo puesto. Llevaba camisetas morley, pantalones a cuadros y zapatos con plataforma. Con el tiempo recrearía el look de su personaje Enrique, el viejo. En una entrevista en Siete Días en 2007 admitió “Se me cae mucho el pelo. Se está cayendo a pedazos pero trato de conservarlo. Pero podría ser peor si decidiera ponerme un gato muerto en la cabeza. Lo hizo un amigo mío, no me gustó nada. No me animaba a ponerme ningún postizo. Hay que llevarlo con dignidad”.

En una de sus facetas no tan conocidas, antes de convertirse en actor estudió y se tituló como periodista en el Instituto Grafotécnico. Con el tiempo descubrió que se había metido en el periodismo para estar más cerca del espectáculo. Durante tres meses trabajó en la revista Gente. La directora fue Chiche Gelblung. Francella había cumplido 20 años y fue acogida durante los meses de verano para sustituir a los periodistas que cubrían la temporada. Según él, nunca pudo comprobar si era bueno en el trabajo porque en la revista solo estaba para “ir a buscar paquetes a Ezeiza”. Apenas escribió una crónica que nunca llegó a publicarse. Aunque le aseguraron que le estaban “haciendo un favor” al no contratarlo, dijo que simplemente lo despidieron sin contemplaciones.

Antes de casarse con María Inés Breña tenía fama de gran seductor. Admite que disfrutaba mucho de estar soltero. Era común verlo por los pasillos de los canales y a fuerza de carisma y sabía enamorar a alguna bella dama, y ​​también realizar malabarismos para no quedar atrapado en alguna “descuidada”. En los años 80 estaba en sus primeros años de actuación cuando quedó deslumbrado por Carmen Barbieri, quien ya era una estrella reconocida y que brillaba en los teatros. El amor duró poco más de dos años, durante los cuales compartieron, según Francella, un viaje a Brasil con Moria Casán y Mario Castiglione, su pareja en aquellos años. El amor se acabó y las cosas no salieron de la mejor manera. Carmen Barbieri se encargó de revelar que en varias ocasiones el actor se mostró distante con ella y trató de evitar cualquier tipo de contacto: “Nunca volvimos a hablar con Francella”.

Conoció a su mujer cuando él tenía 32 años, ella había cumplido 21 y trabajaba como azafata. Un amigo sugirió presentársela. “Nunca aposté mucho por las presentaciones. Fue bastante fortuito. Era el cumpleaños de mi hermano, me habían dicho algo que querían presentarme a alguien. Me senté frente a frente en la misma mesa y tuvimos una relación divina desde el principio. “Ella es una compañera de hierro”., dijo el actor según la periodista Liliana Podesta. Al día siguiente voló a Río Gallegos pero se volvieron a encontrar a su regreso.

En el momento de casarse, Francella quiso intentar vivir juntas pero su Marynes fue tajante. “Primero tienes que casarte”. Lo hicieron el 27 de septiembre de 1989 en pleno éxito de De carne Somos. La luna de miel fue un sueño: Nueva York, Los Ángeles, Las Vegas y un crucero por el Caribe.

La pareja tiene dos hijos. Nicolás Francella nació el 22 de octubre de 1990 y Johanna ‘Yoyi’ Francella llegó tres años después, el 4 de diciembre. Ambos se dedican a la actuación. Guillermo elogió la solidez de su familia, destacando el apoyo de Marynés: “Hemos logrado formar una familia muy sólida. Es una mujer de hierro, que siempre está ahí. Muy unidos todos nosotros”.

Aunque nunca falta al trabajo, en su tiempo libre le gusta descansar, quedar con amigos, almorzar con gente que no ve desde hace mucho tiempo, hacer deporte y compartir tiempo con su familia. Marynés. Aunque evita las declaraciones públicas, es una consejera inestimable para su marido. “A veces se lo hago ver primero a ella para que me dé su opinión. Mis hijos también son grandes lectores de mis cosas. Todos somos fuentes de consulta”reveló el actor.

Con un matrimonio de más de tres décadas, dio pistas de cómo lograrlo. “El secreto para pasar tanto tiempo con la misma persona es la tolerancia, y saber respetar el tiempo y el espacio de los demás. Hay que ceder, aceptar, compartir, comprender. Con María Inés somos diferentes y hay que buscar el entendimiento. “No sólo nosotros dos: el hombre y la mujer somos dos universos totalmente diferentes”.afirmó en PRONTO cuando estrenó El hombre de tu vida.

Con proyección internacional, le ofrecieron trabajar en Hollywood. Pronto ella dijo: “Recibí varias propuestas pero no me atreví. Esa es la verdad. Sucede que no hablo inglés lo suficientemente bien como para poder actuar, y eso me frena bastante.. Si tuviera la oportunidad de hablar con fluidez creo que me animaría un poco más. Hablo inglés pero tengo miedo porque mientras pienso cómo decir el texto puedo perder la naturalidad”. Tiene algo de razón. Escuchando un ¡Buenos días!, Bonito día, ¿no? en inglés nunca será tan divertido como “Buenos días, bonitos días, ¿verdad?” Dicho por Francella y en Argento.

Con producción de Giselle Billordo

 
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