Los mejores monólogos de Tato Bores y su recuerdo el día que cumpliría 97 años

Los mejores monólogos de Tato Bores y su recuerdo el día que cumpliría 97 años
Los mejores monólogos de Tato Bores y su recuerdo el día que cumpliría 97 años

Tato Bores y el famoso monólogo 2000

“Y aquí estamos señor. 30 años. 30 años de apoyar a 16 presidentes y 37 Ministros de Economía que seguían diciendo ‘esta es la crisis más grande que sufre el país’, ‘hay que reducir el gasto público’, ‘hay que trabajar más’, ‘hay que invertir en él’ ispa“, Tiroteo Tato Bores el domingo 9 de septiembre de 1990.

Esa transmisión del programa. Tato Bores en busca del camino del sol No era uno más, ya que estaba leyendo su monólogo número 2000, y lejos de quedarse en la visión clásica de lo ocurrido en la semana, se tomó el tiempo de resumir, en un lenguaje y mirada fiel al estilo con el que lo ha hecho. Siempre lo acompañó a 30 años de su llegada a la televisión.

Nació el 27 de abril de 1927 en un modesto hogar de ascendencia judía, ubicado en el corazón de Buenos Aires, específicamente cerca Avenidas Córdoba y Libertad. Hijo de un comerciante de pieles con fuertes convicciones religiosas, Mauricio Borensztein creció con sus hermanos Abrahán y Enrique. Su infancia y juventud se caracterizaron por un marcado desinterés académico, lo que le llevó a ser expulsado del colegio. Julio A. Roca y saliendo de la Escuela Técnica N°1 Otto Krause antes de finalizar el bachillerato.

Tato Bores irrumpió en la pantalla chica a finales de los años 50 y a partir de ese momento el público se rindió a sus pies.

Desde temprana edad mostró un profundo amor por la música, particularmente el jazz y el piano, lo que le impulsó a colaborar con la orquesta de Luis Rolero y René Cospito como asistente, llevando partituras e instrumentos a los 15 años. Antes, a los 9 años, había coqueteado por primera vez con el ámbito artístico trabajando como acomodador en el Teatro Nacional Cervantes. Este conjunto de experiencias marcaron el inicio de su carrera en el mundo del entretenimiento, las cuales sentaron las bases de lo que eventualmente se convertiría en una destacada carrera artística.

Fue con 20 años cuando, en la despedida de soltero del músico Santos Lipesker Empezó a contar algunos chistes que llamaron la atención del guionista. Julio Portero y el comediante Pepe Iglesias, El zorro. Inmediatamente fue convocado para formar parte de su espacio en Radio Splendid, y al mismo tiempo le dieron el seudónimo con el que sería conocido por el resto de su vida: Nació Tato Bores.

Luego vino su incursión en el teatro y el cine, pero sin dejar de lado la televisión, donde lo acompañó desde 1957 y durante tres años. Dringue Farias en La familia GESAser parte también de Caras y morisquetasdonde vestido de frac, con peluca despeinada y un cigarro, comenzó a realizar monólogos, que terminarían por distinguirlo: “El monólogo tiene una clave: es una especie de informe político; Leo los titulares de los periódicos y cuento la noticia en el escenario añadiendo un comentario humorístico. Pero siempre hay que actualizar la información: un chiste político el jueves no te hace reír el viernes”.

Tato Bores y la fiebre argentina por el dólar

Así comenzó la magia: combinando el humor con una aguda observación social y política, su enfoque único para abordar temas delicados y su capacidad para hacer reír incluso a quienes eran objeto de sus críticas, le valieron una posición destacada y el aprecio del público.

“Cuando digo que estamos viviendo un gran momento de expansión monetaria, sé muy bien lo que digo. Fíjense que en lugar de pagar el dólar a 30, 40, 50, 70, 80 o 90 mangos lo estamos pagando a 135, y si nos mojamos la oreja lo vamos a pagar a 200 porque somos ricos y todos Compramos y armamos todos. Y el día que tengamos muchos dólares podremos lograr un éxito fantástico. Te voy a explicar, resulta que el dólar es la moneda norteamericana, el día que tengamos todos los dólares del mundo nos iremos a estados unidos con su dinero y tendrán que entregar el país. para nosotros. no le expliqué como yanquis que están tan vivos que no se dan cuenta del peligro que corren con nosotros“, detalló, sobre la fiebre argentina por el dólar en 1962 en el marco del ciclo Siempre me tatúo los domingos..

Así, luego del inicio de su propio ciclo en Canal 9, dos años después pasó al Canal 11 donde el ciclo estuvo al aire durante seis años, para luego cambiar su nombre a Por siempre tato en esa misma pantalla. En 1973 aterrizó en Canal 13 donde pasó el resto de su carrera, salvo un año en Teledos, en 1988, y otro en Telefe, el último año en pantalla.

Tato Bores en 1990 habló sobre el ajuste planeado.

Pero claro, no estuvo solo en ese buque insignia del humor político, y entre sus guionistas se encuentra la pluma de Landrú al principio, luego César Bruto durante 10 años, y después el español – radicado en Argentina desde los 9 años – Jordán de la Cazuelauno de los nombres más apreciados de la industria, que falleció en un accidente aéreo apenas tres años después de haber formado parte del núcleo duro del humorista.

Entonces llegarian Aldo Cammarotta, Juan Carlos Mesa, Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburgo, entre otros, quienes compartieron la escritura de los monólogos y los sketches. A principios de los 80 lo acompañó el dúo de Geno Díaz y José María Jaunarena, quienes fallecieron con dos años de diferencia. Luego de eso llamó al periodista y comediante. Santiago Varela, quien fue advertido desde el principio: “Mira, los dos últimos guionistas que tuve murieron de enfisema pulmonar”. Ese día dejó de fumar.

Varela comenzó a trabajar en 1988 al momento de Dieta Tato, en Teledos, y fue el guionista que le acompañó hasta el final de su carrera. En aquella época, lejos de los correos electrónicos, Envió el guión de seis páginas y 10.000 caracteres. en moto los lunes, para que Bores pudiera estudiarlos hasta el jueves y grabarlos el viernes, antes de su emisión los domingos.

El periodista y escritor Santiago Varela fue autor de memorables monólogos de Tato Bores (Télam)

“Había algunos autores que eran de la UCeDe y otros peronistas, era policromático, no había problemas siempre y cuando se mantuviera el carácter”, recordó hace un tiempo en una conversación con el Canal neto sobre si el cambio de nombres a lo largo del tiempo tuvo algún efecto. De hecho, reconoció que eran tan buenos estudiantes que no dijo una sola palabra que no estuviera fuera de lo estipulado en los escritos.

Guionista de Monólogo 2000 que comienza esta nota, incluso él mismo era el dueño de los billetes que se mostraban en cámara para dar cuenta de cuántos ceros se habían quitado a la moneda nacional en cada cambio de denominación, Varela nunca se sintió orgulloso de que cada uno de esos textos, vistos hoy, siguen siendo válidos. “Habla de lo malos que somos. porque estamos repitiendo cosas”, dijo. “Lo que más siento es que se repiten las mismas situaciones, y a veces incluso con casi las mismas personas”, lamentó.

A pesar de su muerte en 1996 a causa de un cáncer de huesos, la influencia de Tato Bores perdura en la memoria del público y en las nuevas generaciones de humoristas que ven en él a un pionero de la crítica social a través del humor.

 
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