Natalia Oreiro Es una de las figuras más reconocidas en el mundo del entretenimiento, su carrera como actriz y cantante marcó a toda una generación no sólo en esta región, sino también al otro lado del Atlántico. Fruto de su relación con Ricardo Mollo nació la luz de sus ojos, Atahualpa.
Criar a su hijo se describe como un “gran desafío”. En este punto, tanto Mollo como Natalia Oreiro Destacan la importancia de una crianza sin violencia y el respeto por la individualidad de los niños. Natalia revela que, aunque antes de ser madre no se imaginaba en ese rol, ahora no imagina la vida sin su hijo. Además, destaca que Merlín le enseña a disfrutar de la vida y a valorar aspectos que había olvidado.
Fue a través de redes sociales que la uruguaya compartió imágenes del que fue su último viaje en compañía de Atahualpa. Con un destino único como Japón para explorar, Las imágenes muestran no sólo la complicidad que existe entre madre e hijopero cuánto creció el hijo del jefe de Divididos.
La actriz y Ricardo Mollo optaron por mantener un perfil bajo para su hijo, respetando su privacidad y permitiéndole desarrollar sus propias pasiones, como el origami y la música. Esta idea de crianza libre refleja un enfoque consciente y reflexivo, que prioriza el bienestar y el desarrollo personal de su hijo sobre la exposición pública. Lo cierto es que, en esta ocasión, Oreiro no pudo contener su emoción y compartió imágenes que demuestran lo grande que es Atahualpa.
Una peculiaridad de este viaje entre Natalia Oreiro y su hijo, lo que no podía pasar por alto, era la amabilidad con la que la trataban. Reveló que en uno de los tantos viajes que hizo en tren olvidó su número de teléfono, y gracias a la organización y empatía de todo su personal logró recuperarlo prácticamente al instante.
