«Hice negocios con mi cuerpo tras una propuesta indecente para poder avanzar» – .

Luis Font, uno de los fundadores y miembro del grupo Locomía, es noticia desde hace días por su regreso musical al metro de Madrid. A sus 55 años, aunque le gusta decir que “los ángeles no tienen edad”, el artista reconoce que “no voy al metro con intención de pedir nada. Primero llego para presentarme tal cual soy, y si hay alguien cerca, le extiendo la mano. Sin embargo, lo que recibo es como un caramelo que meto en el bolsillo sin mirarlo. no estoy rogando, estoy mostrando quién soy. He actuado en escenarios con más de 60.000 personas, pero en el metro canto con el mismo respeto y sentimiento», confiesa emocionado.

Para Luis Font, formar parte de Locomía no es simplemente una etapa pasada, es parte de su identidad. «No me gusta decir que soy un ex integrante de Locomía. Soy socio no practicante de Locomía, pero soy Locomía. Eso es arraigado en mi sangre y mi ADN», expresa con pasión.

infancia complicada

Su historia comienza en la adolescencia, cuando tenía 15 años. Su vida dio un giro inesperado debido a un trauma familiar, lo que lo llevó a irse con su madre y encontrarse cara a cara con la realidad. Fue su hermano Xavier Font quien, a petición de su madre, se lo llevó con ella a Ibiza. Allí floreció el mundo de Locomía, un oasis de fantasía donde llegó a codearse con figuras como Freddie Mercury o la Duquesa de Alba.

Luis Font, en sus inicios con el grupo ‘Locomía’

Fotos proporcionadas por luis font

Pero detrás de las hombreras y los abanicos, la realidad era otra. Luis confiesa que su hermano administró el dinero dejándolo sin nada material a pesar de su contribución al éxito del grupo. “Ojalá me hubieran hecho a mí con menos corazón y más ambición y a mi hermano con menos ambición y más corazón”. Recuerda con tristeza cómo incluso el premio que ganó en Mister Ku Ibiza se lo quitó Xavier. «Me dieron 100.000 pesetas de la época, que ahora serían un pasto. Mi hermano Me agarró el talón y me lo quitó.. “Ella no me dio un beso ni me dio nada”, admite emocionado. “Solo quería un hermano”.

Problemas con su hermano

La ruptura llegó cuando Xavier le negó un simple favor: “Un amigo coreógrafo de la discoteca Joy Eslava me pidió la furgoneta para hacer un traslado y le dije: ‘¡Claro! ¿Cómo no puedo dejar que lo tengas?’ Se lo comenté a Xavier y me dijo que ni modo. Ese acto de desacato fue suficiente para que Luis tomara la decisión de salir y volver a barcelona buscando el apoyo de su madre.

La primera formación de Locomía en Ibiza, en 1983. De izquierda a derecha: Manolo Arjona, Xavier Font, Gard Passchier y Luis Font.

Fotos proporcionadas por luis font

El momento en que descubre que había sido reemplazado en el grupo por otro, marca el comienzo de una época oscura en su vida. Mientras Locomía alcanzaba la cima del éxito, él luchaba por sobrevivir en Ibiza, viendo cómo su lugar era ocupado por otro. «Imagínense cómo me sentí al verlos crecer, verlos viajar, verlos triunfar y en el lugar que me pertenecía un boceto».

Regreso a Locomia

La oportunidad de volver al grupo llegó años después. «Incitado por mi hermano, el grupo se separó del directivo por cuestiones económicas y acabó disolviéndose. José Luis Gil, que tenía un contrato de tres LP, y todavía le quedaba uno por hacer, se dirigió a mí, a Pablo Robledo, a Frank Romero y a Antonio Abella. Y de repente regresé al lugar donde me pertenecía por derecho».

Frank Romero, Luis Font, Antonio Abella y Pablo Robledo, componentes de la segunda etapa del grupo ‘Locomía’

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El grupo no consigue el éxito esperado de los últimos años y acaba disolviéndose también. Para entonces, las consecuencias emocionales de encontrarse solo y no saber qué hacer con su vida llevan a Luis a volcarse en el mundo de las drogas. «Descubrí que con ellos estaba tranquilo pero sacaba al Luis vulnerable, al Luis avergonzado. Llegué a convertirse en un zombi». Pero un día: «Me doy cuenta de que he tocado fondo cuando cojo la tarjeta de una persona con la que estaba en una relación y saco dinero para comprar cocaína. Discutimos y ella me echó de su casa”, confiesa arrepentido.

Una decisión difícil

Sin embargo, y cuando más lo necesitaba, un amigo suyo le tendió la mano para viajar a Dinamarca y empezar allí una nueva vida. «Descubro que tengo un físico y unos atributos que se salen de lo común. Por una proposición indecente que me hicieron, Creo un ‘alter ego’, Nacho Delfierrode origen italiano.

A través de este personaje, Luis recupera sus ganas de vivir. «Yo iba a ser un zombie y Nacho era una persona que durante 60 minutos se sintió deseado. Hicimos un intercambio, un trueque, pero curiosamente comencé a sentirme yo mismo otra vez. Nacho me ayudó a salir adelante en momentos puntuales. Este personaje que inventé y que ya no está en mi vida, me ayudó en un momento concreto a seguir avanzando. “No me escondo de nada, para continuar hay que cerrar etapas de la vida”.

Luis Font inventó un alter ego llamado Nacho Delfierro

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Camino a la felicidad

Actualmente, Luis ha comenzado recientemente a trabajar a tiempo parcial como camarero en un hospital, donde se tiene el privilegio de brindar atención a quienes cuidan a los demás: los médicos. “Estoy muy feliz”, declara con una sonrisa radiante en el rostro.

Video.

Luis Font en su nuevo trabajo como camarero

Instagram

En su tiempo libre planea seguir cantando en el metro, ya que no puede dejar de lado su pasión por la música; lo necesita como respirar. Gracias a todo esto, los programas han vuelto a contactarlo para regresar a los sets, pero Luis es cauteloso, ya sabe lo volátil que es la fama y no quiere perderse en eso. Ahora se siente “indestructible”, caminando hacia la felicidad y en constante búsqueda de la paz interior.

 
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