Olivia Colman brilla en el papel de una odiosa solterona en una Inglaterra arrogante y provinciana

Olivia Colman brilla en el papel de una odiosa solterona en una Inglaterra arrogante y provinciana
Olivia Colman brilla en el papel de una odiosa solterona en una Inglaterra arrogante y provinciana

Podríamos pensar que la famosa “guerra cultural”, ya sabes, las personas trans, la familia como núcleo de la sociedad y el multiculturalismo, todo eso, es cosa de ahora. Pero viene de lejos. Inspirada en un hecho real olvidado por el mundo entero ocurrido en 1920, la película Pequeñas cartas indiscretas narra la agonía de la Inglaterra victoriana, que comienza en 1837, cuando la reina alcanza la corona, y que termina propiamente en 1901, cuando muere la soberana.

Sin embargo, esa era victoriana duró de facto incluso después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Imperio Británico comenzó a desmoronarse y La sociedad británica abandona el puritanismo y la “rectitud moral”lleno de patriotismo, que dominó una época en la que Gran Bretaña, y más concretamente Inglaterra, alcanzó un dominio colonial y cultural que ha perdido pero que sigue echando de menos como hemos visto con los discursos patrióticos y nostálgicos que terminaron inflamando el Brexit.

La trama comienza en la localidad costera de Littlehampton, un lugar esencialmente “inglés”, esa Inglaterra provinciana de los cuentos del oso paddingtonllevado al cine por pablo rey recientemente en dos películas animadas, o en la aún más reciente Wonka, dirigida por el propio King. Una Inglaterra que recrea su propio cliché y se representa a sí misma, orgullosa de su diferencia y también de su influencia en una época en la que la lengua inglesa se consolida como lengua de comunicación global.

Una Inglaterra aún más orgullosa que nunca, aunque Comienzan a aparecer los primeros síntomas de su decadencia y su mutación definitiva.después de la victoria en la Primera Guerra Mundial, que también exigió tantas muertes y sacrificios.

En ese mundo cerrado, nacionalista y moralista hasta la médula, la solterona y devota Edith (Olivia Colmán) comienza a recibir cartas insultantes firmadas de forma anónima. La mujer vive con su madre inexpresiva y su padre agitado (Timothy Spall), en una familia que está orgullosa hasta la médula de su dignidad y decencia.

El mal de la hipocresía

Las sospechas recaen inmediatamente sobre su rebelde vecina, Rose (Jessie Buckley), una madre soltera que tiene un novio negro y hace fiestas. Todo el pueblo, por supuesto, se pone del lado de la digna Edith, modelo de virtud, feligresa activa, y detesta. la rosa “inmoral”. Pronto comienza un proceso judicial en su contra, el cual se sitúa al inicio de la película para contar la historia en un largo flashback.

Dirigido por Teresa Sharrockconocido por la serie histórica La corona vacía: Enrique V y la comedia romántica con Emilia Clarke Antes de ti (2016), Pequeñas cartas indiscretas celebrar al mismo tiempo que “inglés” extremo y él la detesta en una extraña contradicción.

Por un lado, los personajes de Colman y Spall representan una “vieja Inglaterra” condenada a desaparecer porque ya entonces se avanzaba hacia una sociedad multicultural y porque los cambios sociales (feminismo, derechos individuales, derecho a disfrutar de la juventud) que cristalizarían en los años 60 con el éxito de los Beatles y los Rolling Stones Ya eran visibles y eran imparables. La película encierra un misterio sorprendente (la verdadera identidad de la persona que envió las cartas insultantes, claro) que no debería ser revelado pero queda claro desde el principio que no se trataba de la “inmoral” Rose.

Era otro inglés, Alfred Hitchcocken lo maravilloso Sospecha (1941), quien nos contó a través del personaje de Cary Grantun tipo desordenado, vago y seductor pero no malvado, cómo tendemos a pensar que las personas que no se ajustan a la norma son culpables de delitos peores y sospechosos inmediatos. Al parecer, las estadísticas aseguran que Los presos guapos tienen mejores sentencias que los feos.. En otras palabras, prejuzgamos más de lo que juzgamos y, por supuesto, cometemos errores.

[Crítica de ‘El imperio de la luz’, con una excelente Olivia Colman]

En todo este lío hay una mujer policía negra, representante de esa nueva Inglaterra que acabará derrotando a la vieja, que acabará poniendo un poco de orden. La película, Una comedia ligera, divertida pero sin excesiva sustancia y por momentos algo predecible.no trata demasiado severamente a esa hipócrita y odiosa Edith, que además representa otra característica fundamental de la época como es la represión sexual, con consecuencias devastadoras.

Gracias a Colman, una actriz maravillosa como hemos visto en el favorito (2018, Yorgos Lanthimospor la que ganó el Oscar) o la serie La corona, este insidioso personaje adquiere humanidad y acaba transitando su viaje desde una tristeza infinita disfrazada de rígida moral hacia una cierta liberación personal. Colman ciertamente hace que esta película valga la pena.

 
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