dos propuestas antitéticas – .

al trabajo de Jean Michel Basquiat ya nos hemos referido anteriormente en estas columnas. de la amada Raúl Soldi Llevamos mucho tiempo trabajando en el marco de la tercera década de su desaparición. En sus campos, ambos artistas gozan de importante notoriedad, aunque en su concepción se sitúan en el extremo opuesto. A través de ellos hoy ponemos la lupa sobre la fealdad y la belleza y su papel en la creación artística.

Jean-Michel Basquiat, “Sin título”.

Jean-Michel Basquiat desarrolló un estilo distintivo que fusiona el graffiti con una versión sui generis del expresionismo, utilizando textos crípticos, símbolos y una estética de energía cruda que a menudo busca establecer la voz de la marginalidad. Podría decirse en este sentido que estamos ante un “arte” conceptual de ruptura, confrontado con el status quo de la sociedad en la que opera.

Jean-Michel Basquiat, “La culpa de los dientes de oro”.

Sus recursos: composiciones caóticas de elementos superpuestos, desprecio por el oficio, temas oscuros y una estética brutal desafían deliberadamente la noción tradicional de belleza.

Raúl Soldi “Sarita” 1947

En el extremo opuesto Raúl Soldi, que tuvo una rigurosa formación en la Academia de Brera de Milán, se empapó de la esencia de la cultura occidental que nació en Europa, más allá del Renacimiento, hundiendo sus raíces en la Grecia clásica. Los valores de esa cultura, entre los que la belleza es un pilar fundamental, determinan el canon de la producción artística.

Soldi, Diego y el diábolo, 1948

De ese entrenamiento soldado Adquiere una convicción personal, que mantiene durante toda su vida (continuidad que a veces se le reprocha como el peor de sus pecados). Su objetivo es transmitir felicidad al contemplador de su obra a través del disfrute estético.

Soldi, “La Marama” 1971

Lo escribió en 1978: “Creo que mi posición como artista es clara. No pretendo cambiar la pintura y mucho menos haberla inventado. Mi único deseo es, si es posible, transmitir paz, tranquilidad, belleza y poesía”.

González Lanuza dijo algo más refiriéndose a los dibujos de Soldian: “tienen un sentido lúdico, de ellos trasciende un inocultable soplo de deleite que no sólo no nos amarga de angustia existencial, sino que nos entretiene mientras él se divierte al realizarlos”.

Soldi, “Los músicos” 1956, Fundación Soldi, Glew

las obras de soldado que envío hoy pertenecen a la Fundación soldado que tiene su sede en Glew. Son algunos de los 60 que componen la donación de su colección particular realizada en 1979. Con ellos invito a todos a visitarla.

No tengo dudas de que, sumado a los frescos de la Capilla, transmitirá paz, tranquilidad y poesía, alejándonos (aunque sea temporalmente) de la angustia existencial. Creo que ahí es donde el arte cumple su verdadero papel.

Fundación Soldi en Glew. Consultar horarios: 02224 420121

*Carlos María Pinasco es consultor de arte.

[email protected]

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Banksy, en diálogo con la infancia y la adolescencia
NEXT «El arte es para mí una manera de no perder el fino hilo que todavía me une al sentimiento sutil de la infancia, donde la percepción de lo invisible era fuerte, tangible» – .