Vivir y trabajar en una finca valenciana futurista

Vivir y trabajar en una finca valenciana futurista
Vivir y trabajar en una finca valenciana futurista

Al igual que otras construcciones rústicas vinculadas a una producción agrícola local concreta, como los cortijos o las chozas, los caseríos levantinos también viven su momento de renovación, generacional y por diseño. En Valencia, estos huertos y sus casas pueden estar en barrios bastante cercanos a la ciudad, como el que encontraron Ana Milena Hernández Palacios (Bogotá, 42 años) y Christophe Penasse (Bruselas, 41 años), del estudio Masquespacio. , en la zona de Pueblo Nuevo. “La casa fue construida en 1925 y posteriormente se le adjuntó un almacén en el que guardaban caballos y tabaco seco. Tenía una arquitectura con una mezcla entre rústico tradicional e industrial que nos gustó mucho y que hemos tratado de preservar. Su estructura también nos permitió tener nuestro estudio y nuestra casa, por separado, pero al mismo tiempo conectados”, explica Penasse.

La cocina queda enmascarada tras el original diseño triangular de sus frentes.Raúl Belinchón

No tocaron lo esencial de su arquitectura original, pero intercambiaron funciones: la casa ahora alberga su estudio mientras que la nave es su hogar. Ambos edificios están conectados, de modo que desde la zona más profunda de lo que fue la casa, donde ahora se ubica la sala de reuniones, se accede directamente a la nave. Su planta baja se ha convertido en patio, con jardín interior con vistas al desván de estética futurista en la que se ha transformado el nivel superior. “El patio interior que hemos creado en la planta baja del almacén es donde guardaban el tractor y los animales; No tenía piso”, dice Penasse. “Lo cubrimos con una solera sinuosa, dejando espacios de tierra para las plantas. Es como un pulmón verde tanto para la casa como para el estudio, pero también un punto de transición y un espacio que utilizamos para hacer muchas cosas, desde gimnasia hasta reuniones familiares”.

Una de las oficinas de la casa-estudio de Christophe Penasse y Ana Milena Hernández Palacios en una antigua masía valenciana, donde trabaja su equipo de diseño.Raúl Belinchón

Cuando Ana y Chris se conocieron, ella estudiaba Diseño de Interiores en la escuela Barreira Arte + Diseño y él estaba en Valencia aprendiendo español. “En sus días libres, Ana hacía de camarera para pagar sus gastos. Un día me encontré con mis amigos en el bar donde ella trabajaba y así nos conocimos. Nos llamó la atención enseguida. Al día siguiente nos conocimos”, dice Chris, riéndose de lo arcaico que hoy parece recordar que ella le propuso conectarse por Messenger ese día.

El envolvente cabecero y el somier de tu cama son una sola pieza impresa con tecnología 3D.Raúl Belinchón

Cuando Ana terminó sus estudios, Chris no pudo encontrar un trabajo que lo motivara. Se había formado en gestión empresarial en Bélgica, con dos años de especialización en marketing. Fueron los peores años de la crisis, pero aun así se propusieron montar su propio estudio, con Ana al frente de la parte creativa y Chris al frente de la gestión y relación con el cliente. Esta es una decisión que muchos estudios de diseño toman demasiado tarde, cuando empiezan a crecer y se sienten desbordados, pero es, posiblemente, una de las claves del rápido éxito de Masquespacio. No sólo trabajan a nivel internacional en multitud de proyectos, destacando especialmente por los espectaculares diseños que crean para tiendas y restaurantes, sino que además cuentan con su propia marca de objetos y mobiliario: Mas Creations.

Como todo está abierto, desde el patio se puede ver la colorida parte trasera del cabecero.Raúl Belinchón

Con mucha exuberancia y mezcla, pero sin ser ecléctico, su estilo combina tres elementos que se repiten en cada proyecto: una profusa geometría y uso del color más un alto grado de personalización: todo lo hacen a medida. Sus espacios son lugares únicos, especiales y, sobre todo, envolventes, no sólo por su estética impactante, colorida y lúdica, sino también porque hasta el más mínimo detalle ha sido pensado y creado con un concepto, por y para ese lugar. Y lo mismo han hecho en su casa-estudio.

Los objetos de decoración son diseños de Maora Ceramics, Poggi Ugo o su propia marca, Mas Creations.Raúl Belinchón

“Tengo referencias muy claras. Por ejemplo, el arte me influye mucho. Me entusiasma el uso que hace Rothko de geometrías muy simples y sus tonos de masa saturados. También el trabajo de Mondrian, independientemente de que los colores primarios no sean mis favoritos. En diseño de interiores, sin embargo, mis referentes son figuras femeninas: India Mahdavi y Kelly Wearstler, ya que utilizan paletas de colores muy inspiradoras. El color es algo realmente muy importante para mí. Creo que la gente no me cree, pero a veces en mi vida diaria, mientras hago cualquier cosa, visualizo paletas. [se ríe]. Quizás también por eso uno de mis referentes en arquitectura es Luis Barragán”, explica Hernández.

Si hay un espacio que destaca en tu casa es tu cama, no tu dormitorio, porque no tienen. La planta superior del barco es un espacio diáfano en el que se han creado islas con diferentes funciones mediante la disposición de mobiliario y elementos personalizados como, por ejemplo, la cama, que está realizada mediante impresión 3D. Incluye el cabecero y el somier. Se imprimió por partes y luego se montó in situ con la misma técnica, utilizando un robot como brazo. Esta estética poderosa y futurista también se puede ver en el diseño de la cocina, con sus grandilocuentes frentes triangulares, o en el rincón de la televisión, con asientos abatibles diseñados a medida.

Oficina de Ana, con un diseño creado a partir de los colores de los suelos originales.Raúl Belinchón

“Algo que ha influido mucho en nuestra forma de hacer las cosas es la oportunidad que tenemos de trabajar con los fabricantes y artesanos que hay en Valencia: carpinteros, tapiceros, ceramistas… A menos de 15 minutos tengo un taller de azulejos artesanales que pueden hacer exactamente el color que quiero. El alicatado de la casa no es de catálogo. Pasamos meses trabajando en ellos hasta que conseguimos los tonos exactos de azul, morado o amarillo que queríamos. Hemos llegado al punto de hacer lo mismo con el color del microcemento del suelo y de las cortinas, que se imprimieron ex profeso porque sus tonalidades no existían. Esta forma de trabajar no sólo se ha utilizado en casa, así trabajamos en nuestros proyectos”, explica Hernández.

Christophe Penasse y Ana Milena Hernández Palacios, del estudio Masquespacio. Raúl Belinchón

No hay interiorista que no diga que su proyecto más difícil ha sido su casa. “¿Cómo serías si fueras una casa? Esta fue la pregunta que me hice cuando comencé el proyecto”, dice. “Por un lado, teníamos que tener todos los colores posibles aplicados en bloques, porque es algo que nos define mucho. Por otro lado, entendemos la vida como un juego, pensamos que hemos venido aquí a disfrutar, y eso es algo que hemos intentado representar a través de su diseño”.

¿Cómo serías si fueras una casa? Quizás esta sea una pregunta que todos deberíamos hacernos.

 
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