del que llega a ciegas a la serie, que ya sabía todo sobre el evento

Cualquier serie basada en la reconstrucción de un hecho real, o que repasa la biografía de una persona, se puede llegar de dos maneras: sabiendo lo que cuenta y abordándolo como una recreación de lo que ya sabes, o sin tener idea y preparándote para ver una obra. de ficción más. En El caso Asuntala tan esperada serie de netflix protagonizada Candela Peña y Tristán Ulloa este llega viernes 26 de abril al andén, es probable que dos personas que lleguen hasta él desde esos dos puntos tan diferentes lo vean en el mismo sofá.

En ver la televisión Ya hemos podido ver la ficción deseada por Producciones de Bambúy mi compañera Laura Pérez será la encargada estos días no sólo de aportar su opinión, sino también de recoger la de sus protagonistas y la de su creador, Ramón Campos. Pero primero queremos ayudar a aquellos que tienen dudas sobre si deberían mirar El caso Asuntaya sea porque conocen el caso al dedillo, o porque no saben nada más de lo que todos sabemos: su final.

Gracias a Netflix en mi casa ya hemos podido ver la serie completa, sus 6 capítulos de unos 50 minutos. Pero a cada lado del sofá lo hemos afrontado de una manera muy distinta: yo, sólo sabiendo que Rosario Porto y Alfonso Basterra mataron a su hija Asunta. Lidia, tras su mes de inactividad laboral coincidió en 2013 con el apogeo del caso en televisión, lo que le permitió seguirlo en directo. El programa AR y espejo publico; y en estos diez años haber escuchado todos los podcasts posibles (destacados criminopatía sobre ‘El Caso Nenúfar’, capítulos 103 y 104), ver todos los programas especiales (destacados El objetivo de: El crimen de Asuntaque se emitió en Antena 3 con Nacho Abad y Gloria Serra, en el que analizan todas las imágenes y webs encontradas en el ordenador de Basterra), hasta hace poco, por ejemplo, Código 10 de Cuatro en el que repasaron el caso. Literalmente, había momentos en los que me avisaba antes de que se viera en la serie para que estuviera atento porque algo importante iba a pasar, o me recalcaba que debía guardar ese detalle, sabiendo que al final era relevante. .

Desde estas dos posiciones tan diferentes, la de alguien que va a ver una serie sabiendo simplemente que está basada en un caso real, y la de una persona muy conocedora que ha seguido el caso con ganas de verlo por primera vez reconstruido con Personajes de carne y hueso. hueso, Este artículo pretende animarte a ver El caso Asunta de donde sea que vengas. Y para ello, captamos las diferentes perspectivas que extraemos sobre tres ingredientes principales: los actores, la trama y el desenlace.


– Actores –

En este artículo lo interesante, sinceramente, siempre será lo que aporte Lidia. Porque desde mi perspectiva opinar sobre las interpretaciones de actores y actrices es en realidad hablar de cómo lo hacen, cómo transmiten. Como cualquier otra ficción. No conozco a Rosario Porto, ni a Alfonso Basterra, ni al juez Vázquez Taín (quien en El caso Asunta pasa a llamarse Malvar). No sé cómo hablaban, ni cómo se movían, ni cómo lucían. Tampoco por supuesto, salvo el final, lo que estaban haciendo. Entonces, como una ficción más, lo que puedo destacar es, por un lado, la trabajo interpretativo excepcional de todo el reparto, destacando especialmente Candela Peña (y su forma de hablar) y Javier Gutiérrez. Y por otro lado, combinar un elenco de estrellas que realmente sorprende: María León, Carlos Blanco o Raúl Arévalo son “secundarios”, y de repente se suman Francesc Orella y Alicia Borrachero en el ecuador de la serie para que el nivel no baje, a pesar de desconocer el caso.

Pero mejor aún si se conoce el caso, porque Lidia tiene Pude “ver” a Rosario Porto y Alfonso Basterra. Evidentemente fueron los que más atención mediática tuvieron, los que más fueron “analizados”, y de los que más y mejor imagen se podía tener después de verlos en las salidas al juicio, teniendo que acudir a las recreaciones en el casa… Desde allí, ella La actuación de Tristán Ulloa como Alfonso Basterra fue la que más repercusión tuvo. No sólo por su parecido físico, sino también por sus gestos, sobre todo en el juicio, con esa postura peculiar, como desenfadada, y la manera altiva con la que saca a relucir su carácter cuando se enfada. Las escenas en las mazmorras, con la cámara de seguridad, son calcos de la realidad como ya se pudo comprobar, y el actor consigue la misma entonación, los mismos gestos. Realmente se transforma en ese personaje que no conozco, y que Lidia ha identificado con total verosimilitud.

Alabar a Tristán Ulloa no significa menospreciar a Candela Peña. A la actriz le llama especialmente la atención cómo ha logrado modular su voz para cantar como Rosario Porto, y captar el énfasis con el que se presentaba como víctima con esa voz melosa y dulce; además de lograr esa inmovilidad y frialdad de juicio que la hacía parecer en continuo estado de shock. Detalles como el famoso pañuelo morado que usó en la recreación ayudan a Mimesis absoluta de Candela Peña como “Charo” Porto, y la intérprete vive y transmite la preocupación por el “qué dirán” que marca su imagen pública durante todo el caso. Del resto de personajes poco se puede decir, ya que la repercusión mediática, y por tanto el conocimiento de quienes siguieron el caso, se centró en ellos y no en el juez, el policía o los abogados.


– La trama –

Después de ver la serie, alguien que no siguió el caso como yo puede entender perfectamente por qué atrajo tanta -tanta- atención mediática y pública. Eso de “la realidad es más extraña que la ficción” fue inventado por él, y si sólo sabes cómo terminó y no cómo se desarrolló, te enfrentas a un Serie de suspenso de misterio e intriga. con detalles y giros inconcebibles… que eran reales. Es una buena serie en sí misma, disfrutable (o soportable) como ficción con entidad propia sin conocer la realidad que capta. La sensación es similar a la de su antecesor más cercano en Netflix, El cuerpo en llamas -sobre el Crimen de la Policía Urbana-, un caso que tampoco conocía (los crímenes verdaderos no son lo mío) y que también me enganchó y me gustó verlo como serie. Si es cierto que El caso Asuntapor momentos me confundo: los saltos temporales y las contradicciones en las que incurre su protagonista hacen que la producción sepa que tiene que haber “revisar” escenas, como aquella en la que el juez (Javier Gutiérrez) discute acaloradamente con el fiscal (Ricardo de Barreiro). Curiosamente acaba siendo una de mis escenas favoritas de la serie, porque el enfadado Javier Gutiérrez adquiere más acento gallego que nunca y mantiene un brillante duelo interpretativo con De Barreiro.

En este aspecto quizás los que no teníamos idea del caso disfrutamos más de la serie, porque los que vienen conociéndola No te aporta nada nuevo.. En realidad es un éxito, porque la intención de la producción es precisamente recrear lo sucedido, y la trama logra parecerse a la realidad. Sin embargo, Lidia pensó que añadiría más detalles que se fueron conociendo después y a lo largo de estos diez años (archivos del ordenador de Basterra, perfiles en las redes sociales del padre, comentarios del abuelo de la niña…). Es decir, la serie quiere, y consigue, llevarnos por todos los pasos que atravesó el Caso Nenúfar, y No quiere rejuzgarlo con los ojos del ahora., ni saber lo que se supo después. Narrativamente, la serie utiliza un recurso muy inteligente para recrear las dos teorías principales sobre cómo fue asesinada Asunta. A dispositivo narrativo con el que también “orienta” al espectador sobre lo que defendía la policía, y la teoría del juez instructor.

La representación de Vázquez Taín (repetimos, en la ficción rebautizada como Malvar) lo tiene claro para quienes como yo no seguimos el caso: un juez que se impregnó del espectáculo mediático y quiso participar en él aprovechándose de filtraciones interesadas. Desde el otro lado del sofá, y después de haber visto tropecientos podcasts y programas, Lidia me explica que el carácter percibido del juez (que ha sido procesado por tener negocios audiovisuales) era precisamente ese, el de gustar del ‘show business’. , aunque contrasta con que, una vez abierto el secreto del resumen, tomó medidas como poner marcas de agua en cada una de las páginas. El ejemplo de su personaje sirve también para entender que es más difícil compararlo con el resto: el foco mediático siempre estuvo en Rosario Porto y Alfonso Basterra, por lo que hay menos imágenes y referencias de otros. La serie sí crea una pequeña historia de vida en torno a ellos que nos permite conocerles mejor e identificarnos con ellos: el policía (Carlos Blanco) haciendo de abuelo, la policía (María León) y su proyecto de vida como pareja, el juez él mismo y el cuidado de tu padre…



– Resultado –

En verTele contamos con una anécdota mítica: un seguidor que se enfadó y nos insultó online porque publicamos un tuit que decía “Hoy muere la reina Isabel”, en referencia a la serie de TVE. Porque hay ‘spoilers’ que duran siglos. En El caso Asunta el final es precisamente lo que todos sabemos. Incluso aquellos como yo que no tenían idea del caso. Desde esa mirada más externa, me sorprendió que la serie se presente como una exposición, y no como una frase. En su ultima parte muta en una serie judicial y se limita a exponer las principales conclusiones del caso, tanto las que apuntan claramente a la culpabilidad de los padres, como las que dejan dudas sobre si todo estuvo prejuzgado por la presión mediática y el juego de filtraciones del juez y el abogado de Rosario Porto. . La serie no sentencia, sino que actúa como jurado.

Para Lidia es aún más evidente, cree que incluso suaviza la imagen de Rosario Porto y Alfonso Basterra. Ella lo cree porque la serie logra por momentos empatizar con ellos, dos delincuentes juzgados y condenados por el asesinato premeditado de su hija Asunta. La debilidad y sumisión que muestra Porto, su enfermedad, el trato que le dio Basterra (en el juicio, recuerda, incluso le preguntaron si estaba siendo maltratado); o la empatía que provoca el dolor de Basterra al enterarse de la infidelidad de su mujer. Sin embargo, extraña que la sobreeducación de la niña o la falta de unidad familiar no reciben tanta atención, detalles que sí recibieron importancia en su momento, y que nos permitieron conocer un poco más sobre los protagonistas de la historia de la serie. Desde su punto de vista –y de esto no habíamos hablado, lo prometí–, la serie se basa en contar lo sucedido hasta el juicio, sin añadir nuevos detalles conocidos a posteriori, y sobre todo sin “mojarse” ni querer tomar lados. culpabilidad del condenado. Lo cierto es que esto es exactamente lo que buscaba la producción, tal y como ha afirmado el propio Ramón Campos.



‘El caso Asunta’, una buena serie con entidad propia para conocer o recordar

Si el caso se había proseguido o no, y si se sabía o no cómo se desarrolló, El caso Asunta justifica ser una de las series españolas más esperadas en Netflix en este año 2024. No cabía duda de la calidad de Bambú Producciones después de tantos éxitos (Gran reserva, Gran hotel, terciopelo, Harina…), pero las expectativas eran tan altas que le costó alcanzar el listón que había logrado imponerse. El tiempo dirá si está bien valorado como El cuerpo en llamaso incluso si se convierte en un éxito de Netflix como DahmerOtras dos ficciones que recrean crímenes.

A priori, y según la muy pequeña muestra del sofá de mi casa (y el intercambio con mis compañeras Laura Pérez y Paula Hergar, con un perfil más cercano al de Lidia como expertas en el caso), El caso Asunta permitirá a aquellos no interesados ​​saber qué pasó a través de una exitosa apuesta ficticia que, se basa tanto en la realidadque quienes sí lo siguieron puedan sentir que no les aporta nada nuevo, pero les permitirá “verlo” desde dentro.

 
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