‘Bluey’ (2024), reseña | El final de temporada de ‘Bluey’ elige la anarquía antes que la fórmula, rebelándose contra su inevitable conversión en franquicia

‘Bluey’ (2024), reseña | El final de temporada de ‘Bluey’ elige la anarquía antes que la fórmula, rebelándose contra su inevitable conversión en franquicia
‘Bluey’ (2024), reseña | El final de temporada de ‘Bluey’ elige la anarquía antes que la fórmula, rebelándose contra su inevitable conversión en franquicia

Y si no sabes de qué te hablo, no te preocupes: en el artículo tienes diez episodios de la serie para iniciarte en Disney+

Pocas veces en la animación infantil se ha producido un éxito tan merecido como el de ‘Bluey’. Lejos de caer en la repetición constante de otros formatos como ‘Dora la Exploradora’ o ‘Teletubbies’, la serie de la familia Heeler se esfuerza constantemente por romper su propio esquema y regalar los regates más inesperados a un público que, a priori, no los necesita para seguir viendo episodio tras episodio. Y ahí está la gracia: en una anarquía argumental que en la temporada 3 ha explotado todas sus posibilidades.

La sorpresa

Esta tercera temporada no ha sido la típica, como nos tiene acostumbrados en la televisión: empezó en septiembre de 2021 y ha finalizado ahora, cuatro años después, con una especie de trilogía con la que ha demostrado que está en plena formaApto para niños y adultos, entendiendo perfectamente a sus personajes y saber cómo hacer que tu audiencia sea tierna guardando un par de sorpresas bajo la manga.

Y, a lo largo de estos cuatro años, lo que empezó como una pequeña serie australiana se ha convertido en una franquicia en toda regla, con licencia de Disney, videojuegos, libros y todo tipo de merchandising: ‘Bluey’ está hasta en la sopa, pero eso no le ha hecho perder su ADN. Al contrario: de alguna manera, en lugar de relajarse y dejarse llevar, ha sabido rebelarse contra su condición de serie estrella e ignora lo que le pide el público más conservador, ofreciendo episodios que rompen por completo con su propia fórmula perfecta.

En esta temporada 3 de ‘Bluey’ hemos tenido capítulos que rompen con animación propia, cliffhangers (y, por tanto, continuidad), momentos en los que se meten en charcos en los que a ninguna otra serie infantil se le ocurriría meterse (como, por ejemplo, la imposibilidad de quedar embarazada), guiños para adultos y una serie de chistes recurrentes sólo aptos para el ojo más experto que influyen en el amor del equipo por su propia serie. Y, francamente, ¿Cómo no amar ‘Bluey’?

Calentando el corazón

Como comenté al hablar de ‘El Cartel’, ‘Bluey’ hace tiempo que dejó de ser una serie infantil que los padres pueden ver y abrazó un nuevo concepto: una serie sobre los desafíos de la paternidad que los niños también pueden ver. Y que siempre, de forma metódica, sepa dar en el corazón en los momentos justos. Está en una racha casi perfecta. con episodios que saben equilibrar a la perfección sentimentalismo y comedia. Y sí, ya sé que puede resultar extraño ser fan cuando eres mayor de edad y sin hijos a tu cargo. Pero es lo que es… y no estoy solo.

Es difícil explicar por qué, como adultos, Nos gusta mucho una serie que a priori está enfocada a los niños. Pero ‘Bluey’ tiene algo que falta en muchos productos televisivos actuales: el amor por los personajes, un humor propio que no intenta tomar prestado de nadie y una originalidad sin precedentes que no permite la previsibilidad episódica. Y todo ello envuelto en una inocencia cautivadora gracias a personajes con tantas virtudes como defectos que sus responsables no se molestan en ocultar. Los Heelers son perros, pero al mismo tiempo. Son más humanos que los personajes de muchas de las series de prestigio “para adultos” que nos comemos sin dudarlo.

Y como ejemplo de esta anarquía argumental en la que No tienen miedo de ir más allá de lo que un algoritmo debería limitarles. Ahí está el final de ‘¡Sorpresa!’, que culmina la temporada 3. Aquí, la serie se adentra en un nuevo territorio que nos ha dejado a bastantes con la boca abierta. ‘Bluey’, una vez más, escapa de la moral fácil y el aburrimiento en el que caen muchas series infantiles. La clave es no tratar a los niños no como seres incapaces de comprender tramas complejas, sino como uno a uno. Y el resultado no podría haber sido mejor para todos.

Todo el mundo ama a Bandido

Quizás hayas venido aquí preguntándote qué episodios de la temporada deberías ver sí o sí a ver si tanto laurel se debe a un alejamiento mental colectivo o porque realmente hay algo que rascar. No te preocupes: aquí tienes diez que, de una forma u otra, resaltan lo mejor de ‘Bluey’. ‘La Habitación’, ‘Perfecta’, ‘Teléfonos’, ‘Chat Cara a Cara’, ‘Cuento de Hadas’, ‘Lluvia’, ‘Pijamas’ y la trilogía final (‘La Cesta Fantasma’, ‘El Cartel’ y ‘Sorpresa’ !’) Son imaginativos, definitorios, emocionales, divertidos y únicos.. Y una manera perfecta de empezar a entender por qué, como adultos, estamos absortos en una serie aparentemente infantil.

‘Bluey’ no es sólo una franquicia, al menos por ahora: Tiene alma, corazón, ganas de trascender, amor, personajes secundarios de lujo, personajes adorables, sorpresas. y, sobre todo, la intención de ser algo más que un simple acaparador de dinero. Se trata de una auténtica revolución para las edades en las que se recomienda (entre BabyTV y ‘Gravity Falls’ o ‘Phineas y Ferb’), una franja de edad que las productoras han utilizado tradicionalmente para probar suerte con cuatro típicas lecciones y personajes repelentes. diseñado de manera abrumadoramente simple. Esto es otra cosa. Es una de las mejores series de la década por derecho propio. Y, francamente, ya es hora de reivindicarlo como tal sin adendas de ningún tipo.

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