“Para mi vergüenza, hay una foto mía con Madonna y Donald Trump” – .

“Para mi vergüenza, hay una foto mía con Madonna y Donald Trump” – .
“Para mi vergüenza, hay una foto mía con Madonna y Donald Trump” – .

Han pasado cuatro décadas y griffin dune (Nueva York, 1955) continúa respondiendo preguntas sobre ‘¡Jo, qué noche!’ (1985) sin que pareciera molestarle lo más mínimo. Para el periodista es inevitable acudir a aquel fabuloso clásico de Martin Scorsese, que él mismo produjo y protagonizó. Por pura curiosidad pero también por un motivo más que evidente: en ‘Exhusbands’, la película que motiva esta entrevista, nuestro hombre , que vuelve a encarnar un papel protagonista tras años desempeñando papeles secundarios, se reencuentra con Rosanna Arquette, quien fue su compañera de aquel viaje infernal por la noche neoyorquina ochentera.

Muy amable y con una simpática reticencia en sus respuestas, Dunne tampoco evita recordar cuando le preguntamos por otro de sus hitos profesionales: ser pareja de Madonna en ‘Who’s That Girl?’ (1987). Aunque uno tiene la sensación de que Lo que se calla vale más que lo que se cuenta.la anécdota que nos desvela no tiene desperdicio.

Volviendo a ‘Exmaridos’ (que se estrena este viernes 7 de junio), los personajes de Griffin Dunne y Rosanna Arquette se divorcian tras 35 años de matrimonio. Y, con la vida dando vueltas como un calcetín de la noche al día, decide que podría ser una buena idea pasar unos días de relax en las playas mexicanas de Tulum, donde casualmente (o no tan casualmente) su hijo mayor está celebrando su despedida de soltero. fiesta. con sus amigos y su hermano menor. ¿Qué puede ir mal? En tono de comedia amarga, la película habla del paso del tiempo, de las derivas que podemos tomar tras una ruptura sentimental y de la soledad, apuntando interesantes reflexiones sobre la crisis de la masculinidad en nuestros tiempos.

‘Exhusbands’ nace de la experiencia del director y guionista Noah Pritzker con el tardío divorcio de sus padres. Usted mismo también experimentó un divorcio. Conocías muy bien el punto de partida de la película…
Es cierto que he vivido cosas similares a las de mi personaje. He sobrevivido a mis padres, me he divorciado y tengo una hija cuya edad estaría a medio camino entre la de James Norton y Miles Heizer, los actores que interpretan a mis hijos. El pasado es un equipaje que llevas contigo y es una herramienta muy poderosa a la hora de actuar. A nivel emocional sueltas algunas cosas para poder seguir adelante, pero si toda esa carga puede ser relevante para interpretar a un personaje, no dejas de utilizarla para hacer mejor tu trabajo. Con todo eso entendí muy bien a este hombre que no anda llorando sus penas, y que se esfuerza tanto en conectar con sus hijos. Hasta el punto de resultar ridículo cuando le pregunta a uno de ellos sobre su vida sexual. Me encantan las historias familiares, especialmente cuando son veraces y nada sentimentales, y creo que ‘Exmaridos’ es eso.

Soy un chico muy normal, me gusta divertirme y, a veces, soy ridículamente estúpido.

Tu personaje está en una despedida de soltero con sus hijos y sus amigos. Y la película la firma un director que no tiene ni 40 años. Eras el hombre sabio de la tribu rodeado de jóvenes…
Creo que rápidamente se dieron cuenta de que soy mucho más inmaduro de lo que pensaban. Nunca me sentí como el mayor del grupo, como si él fuera una figura en el Monte Rushmore, mirando hacia abajo y esperando que vinieran y aprendieran de la sabiduría de mi experiencia de vida (risas). La verdad es que soy un chico muy normal, me gusta divertirme, y a veces soy ridículamente estúpido, por eso me llevaba muy bien con todos esos jóvenes. Tanto delante como detrás de la cámara, y de la misma manera que me he relacionado con mi hija, al final se trata de apartarse de su camino y que no se desvíen, y hacerles saber que siempre estás ahí para ellos.

Esta es una película de hombres, y uno de sus ganchos es mostrarnos exactamente lo que somos: auténticos idiotas, si no francamente idiotas, a la hora de relacionarnos y mostrar nuestros sentimientos.
No podría estar más de acuerdo con esa idea sobre los hombres. De alguna manera, no importa cuáles sean tus intenciones originales, no importa cuán buenas sean, siempre decimos algo incorrecto, siempre cometemos un error. Tengo un amigo que vive en mi edificio de apartamentos en Nueva York, paseamos juntos a nuestros perros y hemos hablado mucho sobre nuestras relaciones. Y muchas veces, sin que él se dé cuenta, dice algunas cosas que me dejan boquiabierto. Me convierto en una especie de observador a distancia, y a veces no puedo creer lo que explica. Luego pasa lo mismo, pero al revés (risas). Supongo que seguiremos cometiendo los mismos errores una y otra vez hasta que muramos.

A todos nos llama la atención que vuelvas a trabajar con Rosanna Arquette y recordamos ‘¡Guau, qué noche!’, aunque os habéis visto en muchas otras ocasiones.
Creo que esta es la undécima vez que trabajamos juntos. Somos muy buenos amigos y la verdad es que tenemos una historia que se remonta al año 1980. Nos conocimos en un viaje a Polonia en el que tuvimos que tomar varios aviones. Íbamos a filmar juntos ‘El Muro’, sobre la vida en el gueto de Varsovia. Y nos caíamos muy bien, y eso nos llevó a tenerla en una película que yo produje y que dirigió John Sayles y que se llamó ‘Bebé, eres tu’. Luego la llamamos cuando estábamos preparando ‘¡Jo, qué noche!’ y, durante el casting, Marty (Scorsese) la propuso como coprotagonista. Desde entonces hemos participado en muchos proyectos juntos, pero es cierto que probablemente lo más destacable que hemos hecho sea ‘Jo, ¡qué noche!’.

Trabajar con Madonna fue realmente una gran experiencia, era una mujer muy divertida.

¡Es una verdadera película de culto!
Y sigue muy presente. Y no deja de sorprender, porque hoy nada de lo que sucede tiene mucho sentido, parece casi ciencia ficción. En aquel entonces no había teléfonos móviles, con ellos no habría películas. La verdad es que noto que hay una fascinación por la película que es incluso mayor que la que había en ese momento. Es tener una segunda vida y para mí es algo muy especial, porque fue un proyecto muy personal. Mi socia Amy Robinson y yo recibimos ese guión de Joseph Minion y decidimos producirlo, y fuimos nosotros quienes pensamos en Marty para dirigirlo. ‘¡Vaya, qué noche!’ Es una de las películas más importantes de nuestras vidas. Y es maravilloso ver el impacto que ha tenido en tanta gente y cómo sigue tan vivo.

No puedo resistirme a preguntarte sobre otra película de esa época, ‘¿Quién es esa chica?’, y sobre tu experiencia con una Madonna que entonces era la mujer más famosa del planeta…
Es curioso porque es otra película que ahora parece que se valora más que cuando la hicimos. Trabajar con Madonna fue una experiencia realmente genial, era una mujer muy divertida y manejó todo de manera brillante. Fíjate que lo que más recuerdo de aquel rodaje son los helicópteros que constantemente sobrevolaban sobre nosotros, en los que iban montados los paparazzi, que tomaban fotos con teleobjetivo de cualquier cosa que estuviéramos haciendo. Tuvimos que volver a grabar gran parte del diálogo por el ruido de las hélices. Dondequiera que íbamos había un circo, histeria por todas partes. Recuerdo que un día estábamos filmando frente a la Trump Tower, y ese tipo que da nombre al edificio bajó de su oficina decidido a tomarse una foto con Madonna. Y ella lo consiguió. Entonces, para mi vergüenza, hay una fotografía mía con Madonna y el ex presidente de los Estados Unidos. Todo eso fue bastante loco, aunque para Madonna fue solo un día más en la oficina.

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