Cuando una empresa anuncia su cierre, no suele haber una respuesta única que explique ese fin. Y mucho menos una explicación sencilla que ayude a entender cómo una de las escuelas de formación fotográfica más antiguas y prestigiosas del país ha acabado en quiebra.
Pero lo que siempre ocurre es que más allá de la versión oficial y de los argumentos esgrimidos por la dirección, existen muchas otras versiones. Y, sobre todo, personas afectadas por un cierre que, eso sí, todos coinciden en señalar como poco elegante a sus maneras.
Algunos recibieron un mensaje de WhatsApp el viernes por la noche, otros leyeron un comunicado en su correo electrónico el sábado por la mañana, pero muchos sabemos que se enteraron directamente por la noticia publicada por este medio. En total, unas 200 personas se han visto afectadas por el cierre.
Aunque en cierto modo no pilló por sorpresa a casi nadie y los problemas económicos eran de sobra conocidos desde hacía tiempo, muchos alumnos con cursos remunerados pero inacabados y profesores colaboradores han comenzado a organizarse para intentar buscar una solución a la situación de abandono e indefensión. en el que les queda.
En un comunicado publicado por MagníficoLas víctimas afirman que “se había asegurado a los trabajadores que todo seguiría igual el próximo año” y que recientemente incluso se había presionado a los estudiantes para que hicieran pagos pendientes.
Hemos podido hablar con algunos de ellos para que nos cuenten en primera persona qué pasó y cómo lo están viviendo. En todos los casos, hemos optado por mantener el anonimato de quienes quisieron hablar con Photolari y mantener sus historias literales tal como nos las han explicado.
La deuda y el precio de los másteres
«Soy estudiante, o al menos lo fui, del Máster de Fotografía de Moda EFTI y una de las afectadas. El cierre es algo que no esperábamos y no entendemos muy bien por qué ha sucedido esto. Ahora nos hemos enterado de que tenía una gran deuda que no pueden solucionar, pero, sinceramente, viendo el precio de los másteres y el dinero que hemos invertido en ellos, es algo que no podemos explicar.
Ya empezamos el máster con cinco o cuatro meses de retraso y nos dijeron que, una vez empezado, se podía terminar. ¿Qué gestión emocional va a suponer ahora tener que reorganizar todo ese año que habías dedicado a esto? El tiempo que, entre comillas, has perdido dedicándole tiempo a esto sin poder terminarlo, sin poder llevarlo más lejos. Y, sobre todo, el dinero. Dinero que no puedo recuperar o que no puedo reinvertir en mis estudios.
Me preocupa especialmente la situación de algunos compañeros de América Latina y Estados Unidos, ¿qué va a pasar con sus visas? Tampoco sé qué pasará con los trabajadores, con los profesores. Me parece más que lamentable la forma en que nos lo comunicaron a través de un correo electrónico bastante lloroso. Entiendo que la situación es difícil pero me parece muy desconsiderado, la verdad”.
Lo fueron dejando morir poco a poco
«Soy docente del curso profesional desde hace más de diez años. Por supuesto que me entristece que esto haya terminado así, pero es algo que veía venir. Desde que nos enteramos de los problemas económicos, nos hemos comprometido a seguir adelante con la escuela, que ha sido nuestra casa durante tanto tiempo.
Pero no vimos ningún cambio de actitud por parte de los responsables. Todo seguía igual y no había interés en mejorar las cosas. Parecía que lo estaban dejando morir poco a poco.
Creo que tanto empleados como profesores hemos dado el 100% a nuestro trabajo. Y nosotros también hemos mantenido la sonrisa hasta este mismo viernes, cuando encontramos el mensaje de WhatsApp. Hemos confiado en la dirección del centro hasta el último momento, creyendo que sobreviviríamos. O al menos si terminara, sería de forma digna y elegante. Pero nunca imaginé que lo harían como lo hicieron. Eso no está bien”.
Una exposición recién inaugurada
«Estuve haciendo el Máster de Fotografía de Autor hasta el momento en que cerró la escuela. EFTI se ha puesto en contacto con nosotros estudiantes dos veces: la primera para anunciar el cierre.
Posteriormente, en un segundo correo electrónico para informarles que hasta encontrar un administrador concursal estarán un poco en guardia, pero nos dicen que el objetivo es que los estudiantes que ya habían comenzado su formación puedan continuarla en otra institución equivalente. También que se emitirán certificados con las horas cumplidas.
Aunque ya lo vimos venir y se habló de ello en el colegio, no esperábamos que fuera tan inminente y mucho menos que no nos avisaran con antelación. Ahorita nos estamos organizando para poner las denuncias respectivas y también para apoyarnos entre todos.
Por nuestra parte, tuvimos una exposición recientemente inaugurada que se realiza todos los años para los estudiantes de esta misma maestría, y ahora mismo no sabemos qué pasará con nuestras obras ni cuándo podremos sacarlas de la institución.»
Nos dieron esperanza diciendo que se podía vender la escuela.
«Llevo unos siete años dando clases, siempre como autónomo como profesor colaborador. La situación económica no ha sido buena en los últimos años porque hubo retrasos en el pago de las facturas. Nada que yo considerara muy alarmante, pero la situación sí empeoró, sobre todo el año pasado y más a partir de enero, cuando nos pidieron que les hiciéramos una deducción del 50% de la mitad de las facturas que nos debían desde hacía meses.
Estaba claro que la escuela no era buena, pero aun así decidimos continuar. Soy profesor tanto del Máster de Autor como de otros cursos. Nos prometieron que a partir de entonces nos pagarían mes a mes, pero no ha sido así. La situación ha comenzado a ser insostenible en el último mes y medio o dos meses, cuando ya nadie en la escuela cobra y los trabajadores permanentes cobran la mitad. A algunos de nosotros se nos deben muchas facturas.
A pesar de esto, nos dieron muchas esperanzas de que la escuela podría venderse a otra universidad, que no deberíamos preocuparnos y que la situación seguramente podría revertirse. Luego llegó el mensaje el viernes por la noche, sin ninguna reunión previa con nosotros ni nada por el estilo. La verdad es que a lo largo de todo este proceso nunca nos han pedido nuestra opinión.
Nuestro tutor se fue hace semanas por falta de pago
«Soy estudiante de primer año de maestría. En teoría me matriculé en dirección de fotografía, pero, debido a esta crisis económica que están sufriendo, la maestría pasó a mezclarse con dirección de cine y guión, lo que implicó un nuevo programa de estudios. Aún así lo aceptamos agradecidos de poder tener esta disciplina mixta.
Sin embargo, muchas clases fueron canceladas a lo largo del curso y nuestro tutor se fue por falta de pago hace unas tres semanas. Me parece un motivo totalmente justificado, pero nos quedamos indefensos. La escuela tampoco fue clara al explicar por qué no había clases.
Ahora cierran sin dejarnos terminar el curso. Nos quedaba un año de formación y ahora comenzamos todas las producciones prácticas importantes, en las que la mayoría de alumnos íbamos a poder dirigir la fotografía de nuestro corto o dirigir el corto en sí. Sólo tres estudiantes han podido realizar prácticas. El resto nos hemos quedado sin, además de todo el dinero invertido en la escuela. “Nos deben un año entero”.
