Cada 8 de mayo se celebra Día de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina. Este día, miles de fieles se reúnen en la Basílica de Luján, ubicada a unos 70 kilómetros al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para rendir homenaje a la Virgen y ofrecer oraciones, agradecimientos y peticiones por la intercesión de su amor maternal. .
La historia de la Virgen de Luján tiene sus raíces en el año 1630, cuando llegaron al puerto de Buenos Aires dos imágenes de la Purísima Concepción de María, procedentes de Brasil. Una de estas imágenes, cuando era transportada en carreta a Santiago del Estero, misteriosamente se detuvo a orillas del río Luján, y los bueyes que tiraban de la carreta no podían moverla. Los transportistas descubrieron que al sacar la imagen de la virgen del carro, éste se movía con facilidad. Este hecho hizo concluir que la Virgen quería quedarse en ese lugar, convirtiéndose en la Virgen de Luján, símbolo de devoción para los argentinos.
En 1887, el Papa León XXII coronó a la Virgen como “Nuestra Señora de Luján”, consagrándola como patrona de la parroquia católica argentina. Además, el Poder Ejecutivo de la Nación la declaró patrona de las rutas argentinas en 1944, de la Policía Federal Argentina en 1946 y de los ferrocarriles argentinos en 1948.
La Basílica de Luján, donde reside la imagen de la Virgen, es un lugar de gran importancia religiosa y cultural. Aunque la imagen original fue trasladada en 1904 desde la capilla donde fue encontrada hasta la Basílica, esta última no fue reconocida oficialmente por la Santa Sede hasta 1930, coincidiendo con el Tricentenario de la Virgen de Luján.
La celebración del 8 de mayo es un momento para reflexionar sobre la profunda conexión espiritual que une al pueblo argentino con la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján.
